El juicio por la muerte de Genaro Fortunato (25), ocurrida el 9 de setiembre de 2017 en San Rafael, arrancó y con intensidad. Frente a todos los pronósticos, la principal protagonista e imputada, Julieta Silva (30) abrió el debate con su declaración y sin moverse un ápice de la versión que ofreció en la etapa de instrucción de la causa, insistió en que fue un accidente.
"No lo vi. No podía entender lo que había pasado. Yo lo buscaba parado donde lo dejé", fueron algunas de las frases que dejó Julieta Silva durante la exposición, que duró poco más de una hora.
En el extenso relato que dio la imputada, uno de los aspectos más controvertidos fue cuando dijo que imaginó que había pasado por un pozo, cuando en realidad había arrollado y matado a Fortunato.
Como estaba previsto, el tribunal compuesto por los jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle inició el debate por la muerte del joven rugbier a las 9 de la mañana y tras la lectura de los cargos que enfrenta Silva, homicidio simple con dolo eventual (que conlleva una pena de 8 a 25 años) u homicidio culposo (con una pena máxima de 6 años), la primera en declarar fue la imputada.
Durante su testimonio Silva realizó un detalle de los momentos previos a la llegada del bar La Mona y comentó que allí Genaro estuvo tomando (bebidas alcohólicas) junto al amigo que los acompañaba.
Una vez en el bar, Silva describió al rugbier como muy alterado, hasta dejó entrever que estaba algo celoso, y que participó de varias discusiones. "Estaba raro, sacado", afirmó Silva, y luego aseguró que al no dar para más la situación "decidimos irnos".
"Salí yo y salió él, cuando salí escuché un quejido y cuando me di vuelta estaba doblado, me dijo que se había tragado la baranda de la puerta.
Entonces lo abrazo para ayudarlo y me paré enfrente de él. Como el chico (con el que había discutido) estaba llegando a la puerta le dije que nos fuéramos, se incorporó y nos fuimos. Se fue enojado, diciendo cosas como queriendo volver", dijo.
Siguiendo con el relato, Silva aseguró que "entré al auto, llovía, me subí del lado del acompañante y él iba a manejar. Puso las llaves y me dijo 'esperame, voy a bajar' y vi que volvía al bar. Como estaba cansada de la situación me quería ir, me crucé al lado del conductor, hice marcha atrás y cuando lo acomodé (al auto) él aparece y me golpea con la mano por la ventanilla abierta dos veces. Después él se despega, como dejándome ir, y fue la última vez que lo vi".
Según la declaración de la acusada, después de recorrer unos 150 metros "me arrepentí de haberlo dejado, hice la U y volví. Iba buscándolo del lado izquierdo, donde estaba estacionado el auto; miraba para ese lado", insistió.
Sobre el momento de la tragedia, cuando el Fiat Punto atropelló a Genaro y arrastró el cuerpo 3 metros, Silva sostuvo una vez más que nunca se percató de lo que había pasado ya que pensó que era un pozo.
"Sentí un movimiento en el auto, la sensación de que había pisado un pozo y seguí", remarcó.
En el testimonio, Julieta dijo que al ver al cuidacoches que se le acercó levantando las manos creyó que "era para cobrarme el estacionamiento" y al bajar la ventanilla es cuando le dice "lo atropellaste" y ella respondió sin entender qué estaba ocurriendo "a quién", entonces le tira "al chico que estaba con vos".
"No le creía, venía buscándolo parado, me bajé y fui para atrás y ahí lo vi en el piso. No podía entender cómo estaba ahí", esbozó entre lágrimas.
Luego aseguró que regresó al auto y llamó al 911.
Cuestionamientos
El fiscal Fernando Guzzo, jefe de homicidios de Mendoza, lleva adelante el caso en lugar del retirado Norberto Jamsech, junto a la fiscal que encabezó la investigación, Andrea Rossi.
La fiscalía y Tíndaro Fernández, abogado de la familia Fortunato, cuestionaron duramente varios pasajes de la declaración de Silva. La falta de anteojos para manejar, los llamados telefónicos que realizó luego del incidente, la dirección que tomó cuando decidió dejar a Fortunato en el estacionamiento del bar, pero sobre todo se tomaron de la versión del pozo para ponerla en aprietos.
¿Sabe la diferencia de un pozo a llevarse por delante algo?, la interrogó Guzzo. "Pensé que de mi lado se había hundido y levantado del otro, fue la sensación", respondió Julieta Silva.
Además de insistir con ese aspecto en particular, a la fiscalía le resultó extraño que Silva afirmara que al momento de arrancar y salir con el auto se iba del lugar y solo regresó porque se arrepintió. Sin embargo no entendían por qué partió en dirección contraria a su casa. "No lo sé", dijo ella.
Otro punto que atacó la fiscalía fue el porqué detenerse ante el trapito supuestamente para abonarle el estacionamiento si ella había decidido partir pero arrancó en otra dirección.
"Cuando se bajó Genaro el cuidacoches estaba ahí", respondió.
También le preguntaron si trató de asistir o ver en qué estado estaba Fortunato y Silva afirmó que "no quería corroborar nada, no quería que fuera cierto y el de la playa decía que estaba muerto".
A lo largo del interrogatorio, Julieta confirmó que llevaban unos 3 meses de relación, que salió sin anteojos porque se suponía que iba a manejar Genaro, a quien describió como "una persona divertida, servicial y un poco impulsiva".
Los celos de Julieta
Al testimonio de Julieta Silva le siguieron el de los tres hermanos de Fortunato, Agostina, Ariadna y Fausto. Aunque no conocían demasiados detalles de lo ocurrido la madrugada del 9 de setiembre afuera del bar La Mona, la declaración de los tres le sirvió a la querella para afirmar que tenían una relación estable e instalaron de nuevo en escena la hipótesis de los celos de Julieta y la discusión con Genaro aquella noche al enterarse que Agustina Quiroga (22), la ex novia, estaba embarazada.
Agostina aseguró que "una semana antes se confirmó el embarazo" y que ella acompañó a la joven a hacerse la ecografía.
En tanto, Ariadna ratificó lo dicho en un audio de whatsapp que puso a disposición de la fiscalía, en el que una conocida cuenta que esa noche discutieron porque "se había enterado del embarazo de la ex de Genaro".
Fausto dijo que su hermano conoció a Silva cuando ella "tenía esposo e hijos", y que la llevó a visitar a una tía en Mendoza y la presentó "como la novia", entre otros detalles de relación de la pareja.
Hacia la tarde declararon los dos primeros policías que llegaron a la escena del hecho.
Y para hoy se espera el turno del cuidacoches, uno de los pocos testigos presenciales del caso.
Padre de la víctima: “Fue un homicidio”
Tras la primera jornada del juicio por la muerte de Genaro Fortunato, su padre Miguel dijo que "estoy absolutamente convencido de que no fue un accidente. En realidad creo que fue un homicidio, esto es basándome en el sentido común".
Además al ingeniero nadie le quita de la cabeza que Silva no vio el cuerpo de su hijo tirado en la calle. "Estoy convencido de que lo vio y además confundir un cuerpo con un pozo, que lo arrastra tres metros, el ruido, el impacto, todo lo que se siente dentro arrastrando un cuerpo de 85 kilos... No puedo creer en las lágrimas, no creo que no se haya dado cuenta; es una locura, sino no debería haber manejado nunca”.
Por último, aseguró que el embarazo de la ex novia de Genaro "perfectamente podría haber sido el móvil".
Murió una hermana del fiscal
Ayer, cerca del mediodía, la tragedia familiar de uno de los fiscales frenó la audiencia por unos minutos.
El jefe de la Fiscalía de Homicidios de Mendoza, Fernando Guzzo, estaba presente en los tribunales de San Rafael, pero le comunicaron que había fallecido su hermana, por lo que debió regresar a Capital para dar su último adiós y participar del velatorio.
Por minutos se vio interrumpida la audiencia del juicio, a fin de determinar si continuaba o no durante el resto de la tarde. Finalmente, la fiscal de Instrucción, Andrea Rossi, estuvo a cargo del debate.
De acuerdo con las fuentes, el fiscal Guzzo volverá hoy a San Rafael para continuar con su labor en el juicio que determinará el destino de Silva por la muerte de su novio.