46 días pasaron desde la fatídica madrugada de 9 de setiembre, momento en que el rugbier Genaro Fortunato (24) murió tras ser atropellado por su ex novia, Julieta Silva (29) -quien continúa detenida en la cárcel-. El caso conmocionó no sólo al Sur mendocino, sino a todo el país; y desde entonces las novedades no dejaron de sucederse.
Al momento de la reconstrucción, fue clave el testimonio aportado por un cuidacoches que estaba trabajando esa noche a la salida del boliche “La Mona”. Fue él quien relató que los jóvenes salieron del local discutiendo cerca de las 5:25, que Silva subió a su auto con intenciones de retirarse de la escena y que Fortunato intentó impedirlo colgándose de la ventanilla del conductor (siempre del lado de afuera).
De acuerdo a este testimonio, este movimiento brusco desencadenó en la caída del joven -quien quedó tendido sobre el asfalto-, mientras que Silva avanzó cerca de 150 metros con el auto alejándose de Fortunato antes de girar en “U”.
Fue en ese momento cuando -relató- Julieta regresó con su vehículo sobre el camino que ya había recorrido y atropelló a Genaro, quien todavía permanecía tendido en el piso. “No lo vi, no lo vi. ¡Esta muerto!”, dicen los testigos que gritó la joven shockeada, luego del episodio y tras bajarse del auto.
El nuevo abogado de la imputada -Alejandro Cazabán- fue quien aportó el video que se conoció en las últimas horas, que ya está incluido en el expediente y donde se observan cómo fueron los minutos previos al trágico hecho.
La estrategia de Cazabán es contradecir la hipótesis de la fiscal -quien sostiene que Silva tuvo intención de atropellar al rugbier, en base al informe del Cuerpo Médico Forense- y atacar la versión del mencionado cuidacoches.
Imputable
Desde el principio la defensa de la joven -tomada en un primer momento por la abogada oficial Florencia Garciarena- y su familia intentaron evidenciar que Silva no tuvo intención de atropellar a su ex pareja.
“Era de noche, llovía y mi hermana tiene astigmatismo, que eso también lo pueden comprobar. Ella usa lentes y no los usaba en ese momento”, afirmó su hermana Florencia los días posteriores. Además, insistieron en que Julieta no sabía lo que hacía.
Sin embargo, la fiscal Andrea Rossi (quien instruye la causa) alegó desde el principio en que la joven es imputable -basándose en las pericias a las que fue sometida-, y durante la audiencia en que la Justicia le negó la prisión domiciliaria sostuvo que la voluntad de Julieta Silva fue dirigida “a darle muerte” a Genaro, al tiempo que destacó que “no siente angustia ni culpa porque cumplió su cometido”.
La audiencia tuvo lugar el 10 de octubre ante el juez Pablo Peñasco, y fue éste quien le negó la prisión domiciliaria y -además- mantuvo la carátula de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía.
En su alegato, la fiscal Rossi consideró que la imputada "se percató que Fortunato estaba en el piso y de todas formas lo atropelló", al tiempo que remarcó que la joven "nunca se quebró" por lo ocurrido con la víctima, sino que recién "lloró cuando se enteró de su situación procesal".
Tomando como referencia las pericias oficiales, Rossi confirmó que Silva tiene astigmatismo, aunque aclaró que "su campo visual no le impidió verlo". Por este motivo, la fiscal pidió su procesamiento y la prisión preventiva oportunamente.
"Impera en su condición el riesgo de fuga, tiene los medios para hacerlo gracias a que tiene parientes en la Patagonia y en San Luis", argumentó.
Cambio de abogado
Luego de este traspié, Silva decidió cambiar de abogado y contrató al penalista Alejandro Cazabán, ex ministro de Seguridad en la gestión de Arturo Lafalla y ex ministro de Gobierno de Celso Jaque.
Ya interiorizado en el expediente, Cazabán prepara su estrategia para revertir la decisión del juez Peñasco. Y apunta a la audiencia en la Cámara de Apelaciones donde los magistrados confirmarán o revocarán la resolución del primer juez.
El video que se conoció durante las últimas horas fue aportado por Cazabán (algo que ya había intentado Garciarena, aunque había sido rechazado como prueba) y allí se ve la secuencia posterior a la salida de ambos jóvenes del boliche (72 segundos).
En ella se ve como Genaro se golpea con una baranda ubicada en la puerta del local nocturno, al tiempo que Silva se acerca a asistirlo. En los segundos finales, los jóvenes se alejan hablando y la cámara no los toma más.
Con esta evidencia, Cazabán intentará demostrar que la muerte del rugbier fue accidental y que su ex pareja no tuvo una conducta alevosa al momento de arrollarlo.