La etapa de indagatorias del juicio contra Julieta Silva por la muerte de Genaro Fortunato concluyó ayer con pequeños cambios y sorpresas.
Las partes acordaron obviar los testimonios de cuatro de los ocho testigos que estaba previsto que declararan y sólo incluir sus dichos iniciales. Entre ellos estaban Agostina Quiroga, la ex novia del rugbier que quedó embarazada, y Pablo Tabanera, padre de los hijos de Silva.
Entre los testimonios que brindaron quienes sí comparecieron ante los jueces hubo dos detalles que resultaron particularmente llamativos.
Carolina Quiroga estuvo la noche del 9 de setiembre en Mona Bar cerca de la pareja. La mujer contó que fue testigo de una discusión entre el rugbier y Julieta y afirmó que la enojada era ella mientras que Genaro trataba de calmar la situación.
En tanto, una de las cajeras del bar introdujo un elemento que, hasta ahora, nadie había mencionado: la niebla.
María de los Ángeles Gutiérrez nunca supo lo que había ocurrido pero compareció ante el tribunal por solicitud de la defensa.
"Llovía, hacía mucho frío y había niebla", dijo luego de comentar que casi chocó con un Fiat 147 que circulaba sin luces.
Señaló que casi no logró ver el rodado por la niebla. "Puse el limpiaparabrisas, el desempañador, pero no (había buena visibilidad)".
Cierra la etapa probatoria
Mañana terminarán con la parte formal y ahí se conocerá la fecha de los alegatos y cuando se conocerá la sentencia.
La fiscalía, con la anuencia de la querella y la defensa, solicitó que el jueves comiencen los alegatos.
Silva enfrenta cargos con dos carátulas distintas: por un lado, está el de homicidio simple con dolo eventual que tiene penas de 8 a 25 años y, como alternativa, el de homicidio culposo con un máximo de condena de 5 años.
El fiscal buscará el dolo eventual
A la salida del Palacio de Justicia de San Rafael, el fiscal Fernando Guzzo aceptó dialogar con la prensa y, como había deslizado en el juicio, reiteró que va a inclinarse por la acusación por homicidio simple con dolo eventual.
La ronda de testigos ha terminado. La inspección ocular no va a modificar en nada, sino que los jueces van a tener una percepción directa de la escena donde ocurrió el hecho y el resto de los testimonios no han hecho variar en nada la posición del Ministerio Público, que sigue sosteniendo que esto no se trató simplemente de un accidente.
Sobre el rechazo del tribunal ante el pedido de inclusión de una prueba de último momento, el fiscal en jefe de Homicidios de Mendoza, no dudó en remarcar: "No modifica en nada lo que hemos venido sosteniendo desde el inicio de la investigación de que esto no es un hecho simplemente culposo".
“Con el dolo eventual, que es lo que siempre se ha sostenido, se respeta toda la garantía de la plataforma fáctica que está desde el inicio de la imputación, desde el inicio de la investigación de esta causa”, agregó.
Inspección ocular
Al cierre de esta edición los integrantes del tribunal se encuentran en la calle El Chañaral, donde murió Fortunato, realizando una inspección ocular.
Aseguran que no se trata de una reconstrucción del hecho que ocurrió fuera del boliche sino sólo de un recorrido por la escena.
Según pudo averiguar Los Andes, cuentan con el aporte de efectivos de la Policía Científica.