La ex presidenta surcoreana Park Geun-hye, destituida a principios de mes, se sometió hoy a un maratónico interrogatorio en un tribunal de Seúl, que determinará esta misma jornada si la envía a la cárcel por su participación en una trama de corrupción.
La audiencia arrancó hoy temprano y concluyó casi 9 horas después, tras lo cual Park fue traslada a la cercana oficina de la fiscalía, donde aguardará el veredicto.
Aunque no tenía obligación legal de asistir a la audiencia, la ex presidenta decidió acudir a los juzgados, por lo que debió responder directamente a las preguntas del juez en detrimento de sus abogados.
Tras haber escuchado las argumentaciones de ambas partes, se espera que la corte delibere durante horas antes de anunciar si acepta la solicitud de la fiscalía, algo que se producirá seguramente a última hora de hoy.
El anterior récord en un proceso similar lo ostentaba hasta ahora el heredero del grupo Samsung, Lee Jae-yong, que el pasado 16 de febrero debió pasar siete horas y media en la sala del tribunal antes de ser detenido por sus lazos con esta misma trama de corrupción.
Si Park finalmente es detenida, iría a parar al mismo centro de detención del sur de Seúl donde se encuentran Lee y su amiga Choi Soon-sil, apodada la "Rasputina", considerada la cerebro de la trama y el eje sobre quien gira el resonante escándalo de corrupción, por su influencia sobre la ex presidenta.
La fiscalía, que ya interrogó a Park la semana pasada durante 21 horas seguidas, considera que la ex presidenta confabuló con Choi para crear una red que extorsionaba a empresas a cambio de un trato de favor por parte del Gobierno.
De este modo, los investigadores la consideran sospechosa de 13 delitos, entre ellos abuso de poder, coacción, revelación de secretos de Estado o soborno, este último castigado por la ley surcoreana con un mínimo de 10 años de prisión y hasta con cadena perpetua.
Si el tribunal emite la orden que pide la fiscalía, Park se convertirá en el tercer ex jefe de Estado surcoreano en ser detenido tras el general Chun Doo-hwan y Roh Tae-woo.
El caso de la "Rasputina" degeneró en protestas masivas en el país durante varios meses y terminó con la primera destitución de un presidente en Corea del Sur desde que se volvieron a celebrar elecciones democráticas en 1987.
Una treintena de personas están imputadas por esta causa, que salpica también a 53 empresas, entre ellas gigantes como LG, Hyundai o Samsung.