A la imputación por abuso sexual y prostitución de menores, en el caso de Independiente de Avellaneda, el árbitro Martín Bustos está más complicado aún después de saberse que es portador de VIH Sida. Esto agravó su situación por tratarse de futbolistas de inferiores, menores cuya edad rondan los 14 a 17 años, vulnerables que llegaron al club con la ilusión de cumplir un sueño en una institución grande de fútbol.
El juez consideró que ser portador del virus es un agravante que se suma a su imputación por abuso sexual y prostitución de menores. La pena máxima que le corresponde es 20 años de cárcel.
Los menores, en su gran mayoría del interior del país y que viven en situación de pobreza, recibían a cambio de sexo 800 pesos o botines, y en algunos casos hasta ropa interior, según reveló C5N.