Finalmente, Leonardo Hisa -el ex esposo de la empresaria asesinada en Tunuyán, Norma Carleti- esperará el juicio oral y público en la cárcel. Así lo resolvió esta noche la Justicia, que en las próximas horas lo enviará al penal.
El hallazgo de una de sus huellas en la casa de Carleti, la mala relación que mantenía con su ex mujer y las llamadas realizadas esa misma noche y al día siguiente al teléfono de Juan Carlos Guerrero -padre de los imputados como autores del crimen-, cuyas justificaciones por parte de la defensa no convencieron, fueron los elementos que confirmaron su vinculación al caso.
Tras una audiencia, que había empezado pasado el mediodía y que se perfilaba hacia otorgar el beneficio de la domiciliaria; a las 22 de ayer el juez de Garantías, Oscar Balmes, sorprendió resolviendo la prisión preventiva. Los hijos del primer matrimonio de la víctima, su madre, hermana y otros familiares en la sala festejaron con un aplauso y lágrimas la medida.
Hasta minutos antes, la familia Carleti estaba convencida de que Hisa obtendría la domiciliaria. Sus supuestos no sólo se basaron en que el fiscal en jefe del Valle de Uco, Javier Pascua, había solicitado la domiciliaria sosteniendo que no existe riesgo procesal y teniendo en cuenta el estado psicológico del imputado. También, los familiares de la víctima dijeron que el funcionario no dejó espacio para que la querella expusiera todos los elementos en contra de Hisa.
“¿Qué le falta al juez, encontrar una foto del asesino cuando le está metiendo el cuchillo a mi hermana? Hay un montón de pruebas y no dejaron que la querella las expusiera”, dijo Rosana Carleti, hermana de la víctima. Tanto era el enojo, que el abogado de la familia, Víctor Ábalos, adelantó que hoy podrían plantear el pedido de recusación para que aparten a Pascua del caso.
La defensa de Hisa había sostenido que el móvil del hecho fue un robo, argumentando que los asesinos llevaban armas y que los mismos salieron de la casa con una mochila, sobre la cual hay datos erróneos y contradictorios por parte de la testigo principal (la policía que llegó primero al lugar).
Sin embargo, Balmes negó el robo como la causa del crimen y señaló "existen demasiados elementos para descartar esa hipótesis". El miedo de la víctima y su madre a que le pasara algo y la cantidad de dinero (130 mil pesos) que estaba sobre la mesa y que no fue tocado fueron algunos de los elementos tenidos en cuenta.
La prueba que se sumó de última hora fue el hallazgo de una huella de Hisa, que habría sido encontrada en una puerta de vidrio dentro de la casa. Mientras que la querella hace hincapié en que la misma estaría ubicando al ex marido en el lugar de los hechos, la defensa sostuvo que aún no están las pericias que indiquen el tiempo en que se fijó la huella en el lugar.
Daniel Sosa Arditi, su abogado defensor, dijo que la misma pudo quedar registrada cuando “Hisa, avisado por su primo, se acercó a la casa de República de Siria para ver lo que había ocurrido”.
Lo cierto es que sobre su presencia en el lugar esa noche también hay muchas contradicciones: las cámaras del barrio privado Las Praderas, donde vivían, registran que su camioneta salió del lugar a la 1,21 (según querella) o 1,30 (según su defensa) Sin embargo, existe una foto donde Hisa está en el lugar del crimen a las 1,15, junto con otros familiares de Carleti. "Esto muestra que quien estaba en la camioneta no era él", dijo Rosana, la hermana.
Balmes puso el acento en las llamadas, cuyas justificaciones de la defensa no se corresponden "con una persona con estudios y un empresario exitoso". Sucede que Hisa realizó una llamada horas antes del crimen al teléfono asignado para la custodia de Kevin Guerrero-el domingo en la noche- y sostuvo que fue para hablar cuestiones laborales con Juan Carlos Guerrero.
Después, hay otra llamada cerca de las 4 de la mañana, sobre la cual la defensa de Hisa dijo que quería buscar al padre de los Guerrero porque necesitaba compañía para pasar la angustia de la muerte de su ex esposa. Después, a las 6 lo pasa a buscar para ir a limpiar al nicho donde colocaría a su mujer. "Estas justificaciones no son aceptables en una persona estudiada como el imputado", culminó Balmes.