Casi un millón de personas, en su mayoría estudiantes y docentes, marcharon hoy en 800 localidades de Estados Unidos para exigir al gobierno un mayor control en la venta y tenencia de armas de fuego, un movimiento impulsado por las víctimas de la última gran masacre en una escuela de Florida.
La llamada Marcha por Nuestras Vidas es el punto culmine del movimiento estudiantil Never Again (Nunca Más), surgido tras la matanza de 17 personas en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, en la ciudad de Parkland en Florida, el pasado 14 de febrero.
"Hoy es el comienzo de un nuevo y brillante futuro para nuestro país. Salimos a la calle para exigir leyes de control de armas de sentido común, nosotros somos el cambio", exclamó ante la multitud congregada en Washington Cameron Kasky, uno de los supervivientes de la tragedia.
Fueron Kasky y otros estudiantes de la escuela de Parkland quienes construyeron consciencia sobre el acceso a las armas y organizaron 844 manifestaciones en los 50 estados del país, e incluso en ciudades del exterior, como Buenos Aires.
La capital estadounidense fue el epicentro de la protesta, donde una marea humana invadió la Avenida Pensilvania, que une la Casa Blanca con el Congreso, gritando cánticos como "Protejan a los jóvenes, no a las armas" o "Fuera el dinero de la Asociación Nacional del Rifle de la política".
Varios manifestantes portaban pancartas de rechazo en las que se leía "¿Cuántos más deben morir?" o "Este futuro maestro nunca llevará un arma", en alusión a la propuesta del presidente Donald Trump de armar a los docentes.
Las consignas estaban, sobre todo, dirigidas a la clase política, que ha sido incapaz de articular una respuesta efectiva a la generalizada violencia con armas de fuego. "Voten para sacarlos", coreó varias veces la multitud.
La marcha en Washington, que según medios locales reunió a más de medio millón de personas pese a las bajas temperaturas, contó además con la participación de artistas como Andra Day, Common, Demi Lovato o Miley Cirus, que cantaron para exigir una nueva legislación.
Aunque los más ovacionados fueron los discursos dados por los familiares y supervivientes de la matanza en la secundaria de Parkland, organizadores de la que ya se considera una de las mayores protestas de los últimos tiempos.
"Hoy es el comienzo de la primavera y mañana el de la democracia", dijo David Hogg, una de las caras más visibles del movimiento estudiantil, en referencia a las elecciones legislativas que se celebran a fin de año.
"No podemos hacer que Estados Unidos sea grande otra vez si no tenemos un Estados Unidos seguro antes. No olvidemos que cada político trabaja para nosotros", declaró Jaklin Corin, otra de las estudiantes de Parkland, citada por la agencia de noticias DPA.
Mientras, en las calles de Parkland, la ciudad situada a unos 60 kilómetros al norte de Miami donde sucedió la última gran masacre, unas 20.000 personas marcharon en solidaridad de aquellos que viajaron a Washington, reportó la agencia EFE.
"Esas 17 vidas no fueron ni serán en vano. Seguiremos adelante", afirmó en un emotivo discurso Max Schachter, padre de Alex, uno de los jóvenes fallecidos en la tragedia. "Necesitamos acción", insistió.
Las concentraciones a favor de un mayor control de armas fueron también masivas en otras ciudades del país, como Atlanta, Boston, Chicago, Miami o Los Ángeles, donde asistieron unas 40.000 personas, según las autoridades.
En Nueva York, la participación alcanzó las 150.000 personas, según afirmó el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio. "Lo que se está viendo ahora es una revolución pacífica para que haya cambios en este país", opinó el intendente.
Entre la marea humana que recorrió el lado oeste del Central Park, figuraba el músico Paul McCartney, quien recordó que unos de sus "mejores amigos fue víctima de violencia con arma de fuego" a tan sólo unas manzanas de distancia de ese lugar, en alusión al asesinato a balazos de John Lennon, en 1980.
Desde el tiroteo en la secundaria de Parkland, los estudiantes no cesaron en su lucha para que su reclamo sea escuchado y evitar así una nueva tragedia, en el país donde mayor matanzas se producen en los centros educativos a nivel mundial.
Los jóvenes ya festejaron algunas victorias como nuevas medidas de control aprobadas en el Congreso de Florida y la instalación de un debate nacional en los principales medios del país y hasta en la Casa Blanca.
Ayer, en la víspera de la marcha, Trump anunció la prohibición de los aceleradores de disparos, unos dispositivos que multiplican la capacidad de disparar de las armas de fuego.
Hoy la Casa Blanca, la misma que propuso armar a los docentes en vez de impulsar límites a la compra y venta de armas en general, apoyó explícitamente la protesta de los estudiantes.
"Aplaudimos a los muchos jóvenes estadounidenses valientes que ejercen hoy sus derechos de la Primera Enmienda", aseguró en un comunicado la vocera adjunta de la Casa Blanca, Lindsay Walters, en referencia a la enmienda que protege el derecho a la libertad de expresión.