Cada año, cerca de 30 millones de niños nacen demasiado pronto, demasiado pequeños o se ponen enfermos y necesitan atención especializada para sobrevivir, según un nuevo informe publicado por una coalición mundial de la que forman parte el UNICEF y la OMS.
"En el caso de los recién nacidos y sus madres, todo depende de recibir el tratamiento oportuno en el momento justo y en el lugar adecuado", dijo Omar Abdi, Director Ejecutivo Adjunto de UNICEF. "Sin embargo, millones de recién nacidos pequeños y enfermos y de mujeres mueren cada año simplemente por no recibir una atención de calidad que están en su derecho de recibir y que es nuestra responsabilidad colectiva prestar".
El informe, titulado "Survive and Thrive: Transforming care for every small and sick newborn" concluye que los recién nacidos en mayor situación de riesgo de muerte y discapacidad son los que padecen complicaciones debidas a la prematuridad, lesiones cerebrales durante el parto, infecciones bacterianas graves o ictericia, y los que tienen afecciones congénitas. Además, la carga financiera y psicológica que suponen para sus familias puede tener efectos negativos sobre su desarrollo cognitivo, lingüístico y emocional.
"Es esencial que todas las madres y todos los recién nacidos puedan gozar de buena salud durante el embarazo, el nacimiento y los primeros meses de vida", dijo el Dr. Soumya Swaminathan, Director General Adjunto de Programas en la OMS. "La cobertura sanitaria universal puede garantizar que todas las personas – incluidos los recién nacidos – tengan acceso a los servicios de salud que necesitan, sin tener que afrontar por ello dificultades financieras. Los avances en la atención de salud de los recién nacidos reportan beneficios para todos, ya que salvan vidas y son esenciales para el desarrollo del niño en la primera infancia, lo que repercute a su vez sobre las familias, la sociedad y las generaciones futuras".
Según el informe, muchos recién nacidos en situación de riesgo no sobrevivirán a su primer mes de vida si no reciben una atención especializada. En 2017 murieron cerca de 2,5 millones de recién nacidos, en la mayoría de los casos por causas prevenibles. Casi dos tercios de los lactantes que mueren nacieron de forma prematura. Aunque sobrevivan, estos recién nacidos corren el riesgo de padecer enfermedades crónicas y retrasos en el desarrollo. Además, se estima que un millón de recién nacidos enfermos y de pequeño tamaño sobreviven con alguna discapacidad de larga duración.
Si reciben cuidados afectivos, estos recién nacidos pueden vivir sin complicaciones importantes. El informe muestra que aplicando estrategias inteligentes se pueden salvar las vidas de 2,9 millones de mujeres, mortinatos y recién nacidos en 81 países para el año 2030. Por ejemplo, si el mismo equipo de salud se ocupa tanto de la madre como del niño durante el parto, el nacimiento y el periodo posterior, pueden detectar los problemas desde muy temprano.
Además, casi el 68% de las muertes de recién nacidos podrían evitarse en 2030 a través de medidas simples como la lactancia materna exclusiva; el contacto entre la piel del recién nacido y la de la madre o el padre; medicamentos y equipos esenciales; y el acceso a establecimientos de salud limpios y bien equipados, con personal sanitario calificado. Otras medidas, como la reanimación de recién nacidos que no pueden respirar adecuadamente, la administración de una inyección a la madre para prevenir el sangrado, o el retraso del corte del cordón umbilical, también pueden salvar millones de vidas.
Según el informe, el mundo no alcanzará la meta de la salud para todos a menos que transforme la atención que reciben los recién nacidos. Si no se producen avances rápidos, algunos países no alcanzarán esta meta durante otras 11 décadas.
Para salvar a los recién nacidos, el informe recomienda:
- Prestar asistencia hospitalaria a los recién nacidos las 24 horas del día, los siete días de la semana.
- Formar al personal de enfermería para que preste atención directa en colaboración con las familias.
- Aprovechar el poder de los progenitores y las familias enseñándoles a convertirse en cuidadores expertos y a atender a los recién nacidos, lo que puede reducir el estrés de estos y contribuir a que ganen peso y a que su cerebro se desarrolle adecuadamente.
- Integrar la prestación de una atención de calidad en las políticas de los países, como una inversión que reportará beneficios durante toda la vida a los niños que nacen pequeños o enfermos.
- Realizar un cómputo y un seguimiento de todos los recién nacidos pequeños y enfermos, lo que permite a los gestores vigilar los progresos realizados y mejorar los resultados.
- Asignar los recursos necesarios, teniendo en cuenta que una inversión adicional de US$ 0,20 centavos por persona puede salvar a 2 de cada 3 recién nacidos en los países de ingresos bajos y medios para el año 2030.
Hace casi tres décadas, la Convención sobre los Derechos del Niño garantizó a todos los recién nacidos el derecho a los mejores niveles de atención de salud, y el informe afirma que ha llegado el momento de que los países de todo el mundo destinen los recursos necesarios a nivel legislativo, médico, humano y financiero para lograr que ese deseo se convierta en una realidad para todos los niños.