El préstamo chino para construir casas parece tener el destino sellado, debido a la cerrada negativa radical a aprobar nuevo endeudamiento por 480 millones de dólares. El dato nuevo lo dio ayer la comitiva de funcionarios del Instituto Provincial de Vivienda (IPV) que fue a la Legislatura: según las estimaciones de los técnicos del organismo, por una casa que al inicio de la operación valdría algo más de 45 mil dólares, el adjudicatario terminaría pagándola 20 años después a 77 mil dólares.
Las planillas del IPV muestran escenarios posibles e imposibles acerca del incremento del precio del dólar y buscan demostrar que la garantía que el Estado pondría sería casi simbólica, porque el préstamo chino sería cubierto con las cuotas que paguen quienes obtengan su casa. Eso sugiere que el Instituto terminaría cobrando a los adjudicatarios la deuda por las viviendas en dólares.
Ayer por la mañana, el titular del IPV Omar Parisi no fue a la cita, pero sí lo hicieron dos de los miembros del directorio: Carmelo Simó y Manuel Moreno Serrano. Llegaron repartiendo planillas acerca de lo que costarían casas de 60 metros que entregaría el Instituto financiadas con el crédito del ICBC.
Según esas planillas, la casa pura, sin urbanización ni gastos indirectos, llegaría a 382 mil pesos. Ese monto convertido a dólares es equivalente a 45.476 dólares (cotizado cada uno $ 8,40). Aplicando los intereses durante los 20 años que el adjudicatario estaría pagando (algo más de un 6% anual), la deuda ascendería a 77.195 dólares. La gran pregunta es cómo será la evolución de la cotización los próximos 20 años; sólo así se sabría más o menos cuánto se pagaría en pesos.
Del otro lado, el diputado Martín Kerchner (UCR) decía que en el último año el dólar había incrementado su cotización algo menos del 50% y que nada hace pensar que las devaluaciones del peso no seguirán sucediéndose más o menos al mismo ritmo, por lo que la deuda de los adjudicatarios en pesos se iría a las nubes.
En ese punto están los tironeos, además del consabido impacto en las cuentas públicas que podría tener el préstamo. Ayer, los directores intentaron por todos los medios relativizar ese efecto negativo para el presupuesto estatal, lo que los hace esgrimir un argumento no muy rendidor desde lo político: las casas construidas con el préstamo chino serían cobradas en dólares a los adjudicatarios.
La respuesta no vino del oficialismo sino de la propia oposición: “No se puede trasladar el costo del incremento del precio del dólar a los adjudicatarios”, decía el radical Kerchner, lo que implicaría que una parte, quizá muy abultada, de ese crédito terminaría siendo pagado con fondos de la administración pública.
Es que, aunque el crédito de la vivienda no sea pagado en dólares por el adjudicatario, el Estado si debería cancelarlo a los bancos ICBC o al China Development en esa moneda, porque en dólares será prestado a la provincia.
Además, el Estado no goza de la fama de eficiente cobrador. Ayer, el mismo Moreno Serrano decía que “hay adjudicatarios que pagan cuotas de 20 pesos y aún así son morosos, pero no poseemos ningún instrumento legal que nos permita adecuar estos montos a valores reales”.
Más allá del debate técnico por el monto a devolver por parte de los futuros adjudicatarios, esta discusión está atravesada por un largo enfrentamiento entre el PJ y el radicalismo por las cuentas públicas y los pedidos de endeudamiento.
El contrapunto arrancó a fines del año pasado, con la negativa de la UCR de aprobarle al Ejecutivo nuevo endeudamiento para cerrar el debe y el haber del Estado. Ese debate impidió al Ejecutivo tener votado el Presupuesto 2014 hasta julio pasado. Este debate también enrareció el plan de subsidios para la poda destinado a los productores agropecuarios afectados por las heladas del año pasado.
Ahora otra vez el incremento de la deuda pública provincial vuelve a enrarecer el debate. La negativa radical clausura la operación con el ICBC o el China Development, porque hacen falta dos tercios de los votos de ambas Cámaras legislativas para autorizarla y el oficialismo no cuenta con ese número en las dos Cámaras.
"Son argentinas"
El plan de viviendas conocido popularmente como “casas chinas” nació en el último viaje del gobernador Francisco Pérez a ese país. El 14 de noviembre el mandatario suscribió una carta de intención con la empresa China Communication Construcción Company (CCCC) para tramitar un préstamo de hasta 480 millones de dólares para construir hasta seis mil casas.
Ayer hubo un cruce entre los legisladores radicales con la titular del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Silvia Ramos, justamente por el apelativo de “casas chinas”. “No son chinas, son argentinas”, decía Ramos y el argumento era sostenido por Manuel Moreno Serrano, quien argumentaba que “serán viviendas construidas por empresas de Mendoza, con trabajadores mendocinos y bajo las normas y garantías jurídicas de nuestro país”.
La cuestión es que el convenio firmado por Pérez fue con la constructora de China (CCCC), el contrato de obra se firmará con esa empresa y se harán con plata que vendría de bancos chinos. Obviamente que habrá subcontratistas locales, que los trabajadores serán mendocinos y que se tienen que hacer bajo los códigos de construcción vigentes en la provincia, pero una parte de la utilidad se la llevará CCCC, a no ser que la empresa firme contratos ad honorem.