Algo más de 4.000 personas participaron ayer y durante todo el día, de los festejos patronales en honor a Santa Rosa de Lima. La fiesta tuvo su momento culminante en la siesta santarrosina, cuando una multitud caminó por las calles de la villa cabecera, en una procesión que culminó frente a la parroquia, donde se ofició la misa.
Este año y afortunadamente, la tradicional tormenta de Santa Rosa brilló por su ausencia y el día transcurrió con temperaturas casi primaverales, lo que le permitió a muchas familias y a grupos de amigos ocupar sectores de la plaza, casi como si fuese el predio de un camping.
La fiesta arrancó pasadas las 10, con el Tedeum en la parroquia departamental, a cargo del padre Marcelo Castro, que en su homilía pidió "aprender a escuchar al otro", un mensaje que apunta a que finalmente se puedan superar las diferencias entre vecinos, que en los últimos años fue creando el enfrentamiento de la política: "Hay que estar al servicio del otro y también saber perdonar", subrayó el sacerdote.
Devotos
A eso de las 11 arrancó el desfile cívico militar, del que participaron unas 40 instituciones educativas, una decena de escuelas de folclore y otras tantas agrupaciones gauchas, además de diversas unidades de la policía.
"En mi familia somos devotos de Santa Rosa de Lima y cada año venimos a agradecer lo que tenemos y a rogarle por salud", contó Mario mientras caminaba acompañado por su mujer y con una estampita de la Santa prendida de la camisa con un alfiler: "Si tengo que pedirle algo es que tengamos buena cosecha, porque los santarrosinos la necesitamos mucho".
Así, parte de los pedidos de la gente apuntaron este año a ruegos por salud, por una buena cosecha, por los ancianos o por un mejor trabajo. “Este año hemos escuchado muchos pedidos que tienen que ver con la casa propia y con el trabajo, que son dos cosas muy importantes en la vida de una persona y que en Santa Rosa lamentablemente faltan”, señaló el padre Marcelo.
Efectivamente, Santa Rosa ha declarado hace algunas semanas una crisis habitacional en todo su territorio y el municipio calcula que hacen falta unas 1.500 viviendas para solucionar la demanda; por otro lado y desde hace años, la comuna es el principal empleador en un departamento donde faltan emprendimientos privados, y en el que las tormentas y el granizo suelen ensañarse con los cultivos.
Día de reflexión
A lo largo de todo el día, los alrededores de la plaza se llenaron con ranchos de comidas y puestos de venta y en la recorrida había de todo: desde artesanías en cueros, maderas o metales, hasta ropa interior y copias en CD de los últimos estrenos en el cine.
Al mediodía fue turno del almuerzo de las fuerzas vivas, que como cada año se realizó en el salón municipal y al que esta vez asistieron unas 300 personas. En la mesa cabecera estuvieron la intendente Norma Trigo y la vicegobernadora Laura Montero.
"Creo que hoy es un día para reflexionar y buscar ese reencuentro en el que la gente se empiece a mirar como hermanos", dijo Montero durante su breve discurso: "Santa Rosa ha vivido años difíciles, pero todo está cambiando y ahora hay un clima distinto, que tiene que animarnos a construir".
Luego, la intendente Trigo dio un discurso que puso el acento en el “orden y control de las cuentas públicas”, como la base para una gestión que “apunta a ocuparse de los problemas que nunca se resolvieron y de los que finalmente nos estamos haciendo cargo”.
Tras la procesión y la misa en honor a la Santa patrona, la fiesta siguió con diversas actividades culturales en la plaza, y cerca de las 21, se presentó sobre el escenario del predio Velazco Quiroga, el grupo Estelares, que junto con un show de fuegos artificiales dieron cierre a los festejos.