El Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú, también conocido como Casa Fader por haber sido la vivienda del reconocido artista entre 1903 y 1913, reabrirá sus puertas el 29 de noviembre luego de permanecer cerrado al público durante más de siete años.
Aunque desde la Secretaría de Cultura aseguraron que los trabajos están avanzados y terminados al 90%, para el ojo de quien poco conoce del tema no pareciera estar tan avanzado. Con este panorama, casi 80 operarios trabajan incansablemente y a contrarreloj en las icónicas instalaciones ubicadas sobre la calle San Martín de Luján de Cuyo.
Comprada por Guiñazú en 1889, tres años después su dueño original comenzó con la remodelación, proceso que culminó en 1895. La meta del gobierno es dejar la casa-museo en un estado similar al que se encontraba en aquel entonces. "Hoy esta casa es otro museo, porque se han descubierto aspectos importantes", destacó el secretario de Cultura, Diego Gareca, quien ayer participó de un recorrido de la obra junto al gobernador Alfredo Cornejo y las dos restauradoras que vienen trabajando en el lugar desde 2016: Cristina Sonego y la italiana Valentina Ruggiero.
En total se han invertido $ 105.000.000 y, según anticiparon Gareca y otras autoridades, para su reinauguración y durante los días posteriores no estarán habilitados a pleno los imponentes jardines del predio. Mientras, se continuará con la resiembra del césped.
Además de la decena de murales que son obra del mismísimo Fernando Fader (y que serán limpiados, pero sobre los que no se harán trabajos de repaso o retoque), en el lugar volverán a estar disponibles las 1.725 obras que supo albergar en sus años de esplendor este museo. Esas obras hoy se encuentran resguardadas y protegidas -según destacaron desde Cultura- en una sala de guarda.
"Se ha hecho un trabajo de estándar internacional, y es lo que estamos visitando hoy. El 29 de este mes vamos a inaugurar el Fader. A esa fecha vamos a llegar sin problemas", destacó el gobernador.
Dañado
El fuerte sismo registrado el 18 de junio de 2012 dejó marcadas consecuencias en el museo ubicado en San Martín al 3.651 de Luján de Cuyo. Las paredes de las distintas salas sufrieron daños estructurales que motivaron el cierre para el público meses después. Y comenzaron también en aquel momento los trabajos para recuperarlo, aún si se tiene en cuenta que la estructura ya acarreaba las consecuencias de los movimientos telúricos de 1985 -el último gran terremoto en Mendoza- y de 2005, cuando un fuerte sismo se ensañó con Luján.
En 2016, el Gobierno de Mendoza anunció los trabajos y llevó adelante el proceso licitatorio, mientras que las recientes reformas estructurales se iniciaron el 1 de setiembre de 2019. Lo primero que se hizo fue hacer un refuerzo estructural, debajo y arriba de las vigas.
"Cuando hicimos el anuncio y vinimos, esta sala estaba prácticamente al borde del derrumbe. Se hizo un gran trabajo de restauración, histórico para el Fader y para la provincia de Mendoza", se explayó Gareca, quien destacó que el dinero para las obras salió exclusivamente de las arcas provinciales.
Por etapas
Cristina Sonego es la directora del equipo que tiene a su cargo la restauración del museo. Según destacó, "el proceso tuvo dos etapas". "La primera fue en 2017 y constó de una capacitación preventiva. La segunda fue de restauración, con un proyecto revisado y concursado que da vuelta la página de la historia de la restauración. Por primera vez las pinturas murales y decorativas se pudieron estudiar e investigar. Se hizo un diagnóstico que permitió plantear las bases para la restauración en Mendoza", indicó luego, y agregó que lo "más maravilloso" fue descubrir pinturas que siempre estuvieron ocultas. "El público las va a poder ver por primera vez", adelantó.
Por su parte, la italiana Valentina Ruggiero destacó el proceso que ha marcado este trabajo en su experiencia y que para ella representa "un antes y un después". "Llegué a Mendoza y no sabía quién había sido Fader, por lo que tuve que estudiar e investigar. Eso lo agradezco", contó.
Entre las 1.725 piezas de arte que cobijaba -y continuará cobijando luego de su reinaguración- el museo Emiliano Guiñazú se destacan obras de Antonio Berni, de Benito Quinquela Martín y de Roberto Azzoni, entre otros. La nueva iluminación está diagramada y dispuesta precisamente en torno de estas obras.
"Antes los cuadros pertenecían al inventario general de la Secretaría de Cultura de Mendoza, por lo que para el registro era lo mismo una silla que un cuadro. Ahora hicimos planillas sobre las piezas y hemos logrado inventariar específicamente las obras de arte", concluyó a su turno la jefa de Gabinete de Cultura, Noelia Santino.