Carrizal: piden informes para respaldar la viabilidad de una obra

Irrigación proyecta ampliar la capacidad del embalse, pero desde Diputados sostienen que faltan estudios que garanticen que el paredón resistirá.

Carrizal: piden informes para respaldar la viabilidad de una obra
Carrizal: piden informes para respaldar la viabilidad de una obra

El Departamento General de Irrigación pretende ampliar la capacidad del dique El Carrizal, a través de una obra en los vertederos del embalse, que permitirá subir la cota máxima y para esto, realizó durante esta semana la apertura de una licitación a la que se presentaron cinco empresas.

Sin embargo, desde la Comisión de Obras de la Legislatura aseguran que el Gobierno no ha presentado toda la documentación necesaria que respalde la viabilidad del proyecto y asegure que el paredón del dique está en condiciones de soportar la presión del nuevo caudal de agua proyectado.

El Carrizal es compartido por los departamentos de Luján y Rivadavia, comenzó a construirse en 1965 y fue habilitado en 1971 con una capacidad máxima de 390 hectómetros cúbicos de agua para riego (cada hectómetro es un cubo de cien metros), un volumen que con el paso del tiempo y la acumulación de sedimentos se redujo en un 30% hasta los actuales 275 hm3.

Así, la obra proyectada por Irrigación tiene un costo que ronda los 27 millones de pesos y prevé la construcción de una estructura de hormigón por encima del vertedero actual, lo que aumentará el nivel máximo de El Carrizal en 1,5 metro; esto permitirá recuperar el 54% de la capacidad perdida desde su inauguración.

El aumento de la capacidad del embalse proyectaría su vida útil por otros 30 años y mejoraría las condiciones de riego para las 100 mil hectáreas cultivadas de la zona Este, que están en manos de unos 20.000 productores.

“Es sin dudas una obra importante que repercutirá en toda la región, pero lamentablemente no tenemos la información técnica necesaria que garantice la seguridad y estabilidad de la presa, cuando se eleve su cota actual”, comentó el diputado radical Jorge Sosa.

El legislador asegura que la información técnica que envió el Gobierno a la Comisión de Obras se reduce prácticamente, a un informe preliminar elaborado por la UNCuyo a pedido de Irrigación: “Se trata de un informe preliminar, que no es definitivo y donde para hacer el cálculo de la nueva capacidad del embalse se emplearon los parámetros geotécnicos que mostraba el dique en 1971 y basado en el código de construcción sísmico de aquellos años”.

En síntesis, Sosa sostiene que el informe sobre la seguridad y estabilidad que mostrará el embalse al aumentar 1,5 metro la cota, se hizo en base a los datos de la época en que fue construido: “No se ha hecho un nuevo estudio de suelos y no sabemos entonces cómo está la presa después de 40 años de humedad constante; además, desde los años 70, el código de edificación se modificó y perfeccionó en cuatro oportunidades”, señaló.

“Tal vez el dique resista, pero la realidad es que no lo sabremos con certeza hasta que no tengamos estudios actualizados. Es como si yo le construyo un garaje en base al código de edificación vigente en los años 70 o como si usted se va a operar y en lugar de llevarle al doctor los análisis actuales le presenta los del año pasado, cuando estaba bien: ¿cómo sabe el médico si sigue estando bien sin nuevos análisis? Acá es lo mismo”, ejemplificó Sosa.

Irrigación tiene previsto adjudicar la obra y comenzar con las tareas durante este mes para terminarlas en agosto, pero la realidad es que previamente no se ha realizado la audiencia pública que exige la ley: “Se hizo el llamado a licitación el 19 de febrero y se abrieron los sobres el 31 de marzo, pero la audiencia pública está prevista para el 22 de abril”.

El legislador aseguró que se está apurando una obra sin ningún sentido y lo que es peor, sin la información técnica correspondiente: “Dicen que la vida útil proyectada de El Carrizal culmina en 2016, pero la verdad es que según los mismos datos de Irrigación, recién en 15 años más, la pérdida por sedimento habrá pasado del 30 al 40%, o sea que tiempo para hacer las cosas bien hay de sobra. Además, en los últimos cuatro años, el caudal de El Carrizal solamente superó el máximo actual del dique en una sola oportunidad, o sea que ampliar su capacidad lamentablemente no garantiza que vaya a entrar más agua”.

Finalmente, y tras repetir que no está en contra de la obra, sino a favor de que el trabajo se realice con todas las garantías, apuntó: “Si El Carrizal tuviese una falla la zona Este se muere porque no habrá cómo regarla”. El legislador señaló que buscará que la obra no se adjudique hasta tanto se realice la audiencia pública, “donde vamos a plantear estos temas y la falta de estudios finales, porque hemos invitado a la gente de Irrigación a la comisión y no han vuelto desde que presentaron el proyecto”.

Otros proyectos analizados

Como alternativas a la construcción de un vertedero más elevado, se analizaron otros proyectos.
Entre ellos estaban el dragado del dique, una tarea costosa y que no está dentro del presupuesto posible para recuperar el embalse. Una segunda alternativa, menos viable aún en las condiciones financieras actuales, es la construcción de un nuevo dique, pero hay que pensar en un presupuesto superior a los mil millones de pesos.

“Mientras se completan los estudios necesarios sobre la seguridad y estabilidad del dique con la proyección de la nueva cota, se podría avanzar en las obras proyectadas río arriba, con las que se planea reducir el embanque que se forma en el embalse”, señaló el ingeniero Jorge Sosa.

Tierras fiscales, derechos adquiridos y zonas bajo el agua

El Carrizal regula el caudal proveniente del río Tunuyán superior y lo distribuye para riego de los cinco departamentos del Este a través de la cuenca del Tunuyán inferior y de una extensa red de canales.
Pero además, El Carrizal junto a todos sus clubes es uno de los puntos turísticos más visitados de la provincia, con una concurrencia anual que supera las 600.000 personas.

Aumentar la cota máxima del dique hará que también se reduzca el terreno de esos clubes y que incluso muchas de sus instalaciones queden potencialmente bajo el agua. “Nos hemos reunido con Irrigación y entendemos que habrá una indemnización o ayuda para menguar los daños”, comentó Gustavo Blanco, presidente del club de pesca Junín: “Si sube el agua hasta la nueva proyección quedarán bajo la línea del agua algunas de nuestras churrasqueras y habrá que modificar la zona de descenso de las lanchas”.

De todos modos, Blanco subrayó que dada la crisis hídrica, difícilmente se alcance la nueva cota proyectada “y en todo caso lo hará por unos pocos días al año”.

Igual, y más allá de que se trata de tierras fiscales, los clubes tienen derechos adquiridos luego de un decreto de 1973 que reglamenta la administración y construcción en esas tierras costeras al dique.

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