Casi cuatro décadas después de la publicación del libro de Stephen King y a tres décadas del estreno local de la versión cinematográfica de Brian De Palma -en Argentina se estrenó siete años más tarde que en los Estados Unidos-, “Carrie” regresa a las carteleras locales, esta vez con dirección de Kimberley Peirce y con Julianne Moore (52) y Chloë Grace Moretz (16) en sus roles protagónicos de madre e hija.
La idea, que en Hollywood siempre estuvo en boga, es actualizar el clásico que en 1976 hizo célebre a su director, Brian De Palma, y que se convirtió en uno de los hitos del cine de terror de todos los tiempos. Al mismo tiempo, la historia original de Stephen King, en tanto la legendaria adolescente sometida a la violencia de sus compañeros y con poderes de telequinesis surge de la primera novela del prolífico y genial escritor estadounidense, hoy también es un consensuado “clásico”.
En ese sentido, la directora Kimberly Peirce (“Los muchachos no lloran”), responsable de la nueva adaptación, reconoce que la película está más inspirada en la novela de King que en el film de De Palma. Con esta serían tres las adaptaciones al cine de “Carrie” y la gran pregunta que surge a la hora del estreno (la misma que formuló Stephen King cuando se enteró del proyecto, sabiendo que la cinta de De Palma es irreemplazable) es ¿Por qué?
Peirce, además de alabar la novela de King y su potencial para siempre adaptable, asegura que la historia de Carrie y su bullying (acoso escolar) es hoy más actual que nunca. Recordemos: Carrie, encarnada hoy por la adolescente en ascenso Chloë Grace Moretz (quien, al igual que el personaje literario, tiene 16 años) tiene como madre a una fanática religiosa (Julianne Moore) y padece a diario los abusos de sus compañeros, en el contexto de una pequeña población. Al final, se sabe, la tímida Carrie asesina de manera sangrienta a los pesados de la clase en la fiesta de graduación, asistida por su telequinesis.
El film de Peirce acentúa el aspecto “contemporáneo” de la película al añadir las turbias posibilidades del bullying actual, ejercido a través de las redes. La directora introduce así en la historia “el uso de Twitter y celulares y fotografías sobre cada cosa que experimentamos, y videos, y la posibilidad de subirlos a la Web, y la gente comentándolos, y la habilidad que todo eso tiene de causar tanto placer como dolor”. Así anticipó Peirce el aggiornamiento de “Carrie” al Huffington Post, pero también añadió: “La otra cuestión importante es que Carrie White es un personaje seminal. Ella es una marginada, quiere amor y aceptación y se enfrenta a obstáculos extraordinarios para lograrlo (...). Creo que es algo con lo que todo el mundo puede sentirse identificado y que podríamos ver esa historia con nuevos lentes”.
Así, “Carrie” y su oportuna llegada en épocas de Halloween, evento con el que quedó históricamente asociado, apuntan tanto al terrorífico poder de su protagonista como al también temible peligro del pueblo chico-infierno grande expandido en Internet y redes sociales. Pero también al lado “universal”, a la venganza comprensible de una chica que sólo quiere su novio, su baile y su vestido, y no la dejan.
