La carrera empezó y la meta está mucho más cerca de lo que parece. En apenas cinco semanas, los mendocinos votaremos en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias, y expresaremos nuestra opinión sobre la oferta que nos presentan los ocho frentes anotados. Es cierto, ese resultado no definirá nada pero dejará instalado un clima “despejado y templado” para los vencedores. Para los perdidosos, el pronóstico será “tormentoso, frío y con pocas probabilidades de cambio”, casi una agonía hasta que en octubre escuchen la sentencia definitiva de las urnas.
El corto camino hasta el 11 de agosto estará plagado de espinas, zanjas, curvas y promesas que seguramente ninguno cumplirá. Y como en toda carrera, es mentira que las posibilidades son las mismas para todos. Algún corredor contará con el incentivo que representa el aplauso fácil de la tribuna y otro con una billetera llena para hacer lo que disponga en su preparación. Una billetera tan abultada que deja caer muchos billetes que aprovechará el que venga detrás.
Pese a esto, las primarias sin duda son uno de los legados indiscutibles que dejará el kirchnerismo por los beneficios que implican para el sistema electoral. Claro que Néstor Kirchner cuando las pensó buscaba beneficiarse él. Aunque esto no quita que gracias a esta innovación el peso de las estructuras partidarias se desvanece en esta instancia porque se burla el poder de la lapicera que define candidatos y hay más igualdad para competir que en una interna cerrada y amañada, de las que suelen organizar los partidos.
Las PASO también cumplen, aunque no es su fin, el rol de una primera vuelta que, aunque no deja afuera a ningún partido salvo que no logre el 1,5% de los votos (casi 20 mil votos), sí puede terminar relegando en la general a aquel que el electorado percibió sin chances de dar pelea.
Made in Mendoza
Las miradas apuntan ahora sobre todo al peronismo, porque es el partido de gobierno a nivel provincial y nacional, el que pone en juego su proyecto y el que a priori mostró más problemas para armar su lista. Problemas que siguieron una vez confirmados los nombres por la estrategia a seguir.
El plan inicial de campaña, que ponía al gobernador Pérez como protagonista excluyente y al radical Julio Cobos como el blanco a atacar, le duró al oficialismo apenas una semana desde la presentación de los candidatos. El domingo pasado, cuando el mandatario y su estratega comunicacional preferido, Mario Riorda, confirmaron que Alejandro Abraham, el candidato en primer término, se había cortado solo lanzando su propia campaña de instalación, empezaron unos días de turbulencia que recién se calmaron hace un par de días, pero ya con otro plan.
A los candidatos Abraham y Omar Félix y al jefe real del peronismo, el vicegobernador Carlos Ciurca, no les gustó nada que quisieran imponerles un “modelo importado” de campaña. El escenario electoral de Mendoza es muy distinto al de otras provincias K, por lo que las estrategias que allá sí sirven, acá pueden fracasar.
En Chaco, el ejemplo que no se debe imitar según dicen puertas adentro del PJ, el gobernador Capitanich tiene un respaldo partidario y popular que le permiten ponerse al frente de la campaña del Frente para la Victoria; además, la mención y la aparición de la presidenta Cristina Kirchner sí suman porque su imagen positiva allá aún es alta. Y, como si esto fuera poco, no tienen en la oposición a priori ningún “cuco” que pueda amenazar su hegemonía.
En Mendoza, nada de eso se da: Pérez no tiene gran apoyo popular, a Cristina ahora le va mal en las encuestas y enfrente está Cobos, al que desde el propio Gobierno ya dan como ganador. La cuestión es por cuánto.
Tras la salida de Riorda, el PJ definió una mesa de campaña integrada por Pérez, Ciurca, el intendente lasherino Rubén Miranda, el intendente sanrafaelino Emir Félix y el senador nacional Adolfo Bermejo. Este grupo se volvió a reunir el viernes a la noche y ya resolvió dos cambios centrales. El primero es que los protagonistas serán los candidatos, y aunque no excluirán a nadie explícitamente está claro que ni Pérez ni Cristina saldrán mucho en spots y afiches. Por lo pronto, los candidatos ya hicieron una promesa que difícilmente cumplan: dijeron que no se limitarán a ser “levantamanos” de todos los proyectos del oficialismo.
El otro cambio es que ya no saldrán a atacar al principal postulante radical. “Vamos a hacer una campaña propositiva. No podemos polarizar con Cobos habiendo tanta oferta electoral en la oposición, porque sería como poner la cabeza en la boca del león”, dice uno de los integrantes de esa mesa.
El cambio de plan es otro golpe para Pérez, que no pudo poner gente suya en las listas y al único que logró colar con algún grado de decisión en la campaña se lo bajaron sin reparos, aunque él nuevamente se haya querido mostrar como el conductor del PJ, un rol que antes le prestaban los intendentes y ahora le cede formalmente Ciurca. El Vicegobernador acumula poder y hace todas las jugarretas habidas y por haber, dejando al Gobernador casi el rol de un canciller mendocino, que viaja por el país y el mundo en representación de la provincia.
Igual, la “calma” lograda podría terminarse abruptamente esta semana, si la Cámara Nacional Electoral avala el planteo opositor contra la lista del PJ por no respetar el cupo. Un fallo negativo obligaría a Félix a pasar al tercer puesto y dejar el segundo a Tatiana Mussato.
Opositores y opositores
En la vereda de enfrente, Cobos hace su juego. La semana que el PJ salió a atacarlo, el ex vicepresidente de Cristina Kirchner no se molestó en responder. Cada golpe que le tiraban era ganancia para él, que sigue caminando la provincia fiel a su plan con un “mensaje conciliador”, aunque no exento de críticas al kirchnerismo: inflación, inseguridad y los intentos reeleccionistas nacional y provincial son los temas de los que habla en cada barrio que visita a diario. Los dos primeros son temas en los que difícilmente podrá hacer algo como legislador.
Por ahora, la UCR no ha hecho casi publicidad, pero ya está el plan armado que arrancará el viernes, el día fijado por los plazos de la ley electoral. Incluso, tienen listo el jingle que acompañará toda la campaña, con el que buscarán repetir el “hit” de la 503 en 2009. Para la última semana previa a la votación de agosto, ya está definida una gira provincial de cuatro días, que arrancará en Malargüe y terminará en el Gran Mendoza.
Los dirigentes radicales se muestran confiados y sueñan con lograr, en octubre, tres de las cinco bancas en juego. Y así como no salieron a responder las críticas del oficialismo, buscarán evitar el choque con los radicales disidentes que se presentan bajo el sello del Partido Federal. Aunque, claro está, todo dependerá de la artillería que use el rival.
Iglesias, Juri y Fayad ya lanzaron su campaña y se presentan como la oposición que “se la banca”. Los dos primeros han reforzado su discurso anti K en el último tiempo para dar con el perfil de su eslogan. La diputada Juri, que va segunda en la lista, incluso salió a juntar firmas contra el PJ, que relegó a las mujeres al tercer y cuarto lugar en su boleta con la ayuda de un fallo del juez federal Walter Bento. Pero el problema allí sigue siendo Fayad, siempre afecto a criticar a Cobos, Cornejo y el resto del radicalismo, pero al que no se le han escuchado más que elogios a la Presidenta y a Pérez.
Pese a que nunca lo dirán en público, en el radicalismo se ocupan de sus viejos compañeros de ruta en las charlas íntimas. “Si se la bancan tanto como dicen, hubieran competido en las primarias contra Cobos dentro del partido”, suelta un legislador de lengua filosa, de esos que nunca faltan, y que rescata a Fernando Armagnague, referente de la otra lista radical que se presenta en las primarias, por dar la batalla en la UCR.
Armagnague, un veterano dirigente de mil batallas, manifiesta sus claras diferencias con el estilo e ideas de Cobos y Cornejo, pero reprocha a Iglesias y Fayad que compitan en representación de otro partido y sean “funcionales” al PJ.
El iglesismo apuesta a salir tercero, un lugar que también le asignan desde el peronismo, en base a votos de radicales disconformes, independientes y hasta demócratas. Pero desde la UCR ven a los candidatos del Partido Federal cuartos, detrás de la suma de votos que obtenga el PD. Éste tiene una ensalada bárbara con las tres listas que pelean por llegar a octubre y que, pese a cierto pacto de no agresión, cuando salgan a buscar votos no podrán evitar los cruces.
Todas las fichas están sobre la mesa y es el momento de ver cómo las juegan los candidatos.