Carolina Moralejo pasó por los dos extremos de una elección vendimial, primero vivió el sabor amargo de quedar en el camino y un año después vive horas de felicidad indescriptible desde que la coronaron como reina de San Rafael.
Es profesora de Educación Física y a través de la docencia pudo adentrarse en la vida de grandes y chicos, y conocer sus necesidades.
Por eso la palabra solidaridad está en cada proyecto que va armando en su mente y pone en práctica.
"Quiero trabajar para ayudar a la gente, escuchar sus necesidades y hacer todo lo que esté a mi alcance para colaborar. Donde haya una necesidad, ahí quiero estar", afirma.
Carolina lo viene poniendo en práctica desde que se colocó la banda de Rama Caída. Como reina distrital reunió alimentos y juguetes para el hogar Divina Providencia pero no se limitó solo a lo material y sumó cariño y dedicación a los niños y personas con discapacidad que están alojados en el lugar. "Compartía con las niñas, dejaba que la peinaran, estaba con ellos y pasaba los ratos", contó su mamá Margarita.
También fue parte de la caravana de Navidad y Reyes que recorrió el distrito: "En las cosas sencillas está la alegría. Darles solo un caramelo y ver la cara de esos niños y de los grandes también es algo que llega al corazón, es muy emotivo".
Carolina es hija de Aldo y María Margarita y tiene tres hermanos: Luciana, que es la mayor de la familia, Ana Sofía y Ezequiel.
Al agro lo conoce de raíz. Su bisabuelo llegó desde España con la ola inmigratoria y desde entonces hay una cultura del trabajo en la tierra. "Pido a las autoridades que valoren el trabajo del agricultor y eso se logra con un precio justo de la fruta, que valga la producción", afirmó Carolina.
El mundo de Vendimia le atrajo desde niña. "Mi tía me llevaba a todas las fiestas", recuerda con cariño. En 2017 hizo el primer intento y buscó ser la candidata de Ciudad "pero no pudo ser".
Por eso cuando le ofrecieron representar a Rama Caída no lo dudó pero avanzó precavida: "Traté de no hacerme ilusiones, además ya había pasado por el sufrimiento de una elección y la derrota pero miraba a mi familia y a la hinchada y lo disfrutaba".
La Vendimia le cambió la rutina y dejó temporalmente su trabajo en gimnasios: "Me dieron apoyo y me dijeron que lo tomara como vacaciones. Ahora me van a tener que seguir esperando un mes más".
Ahora, enfocada en su estadía en Mendoza, inició el sueño de sostener el cetro nacional y no lo niega: "Por supuesto que uno sueña con esas cosas y lo desea con fuerza, pero Dios dirá, mientras tanto hay que ser positiva".
El título de profesora de Educación Física lo obtuvo hace un año y consiguió trabajo rápidamente. Sin embargo, tiene planes a futuro que incluyen ser su propia empleadora. "Mi gran aspiración es poder tener mi gimnasio propio".
Celebración del círculo ritual
De las entrañas de Vendimia surge la inagotable esperanza que caracteriza a San Rafael. "Círculo ritual" representó la expresión de un pueblo que renueva su fe y en medio de las vicisitudes asume el compromiso de continuar ese ciclo interminable que lleva implícito trabajo y sacrificio para hacer grande al departamento.
Así la puesta contó con más de 150 artistas en escena entre actores, bailarines, músicos y cantantes, sobre un escenario de 800 metros cuadrados que incluyó dos niveles principales, y otro en las alturas donde se ubicaban los músicos.
Aspectos que al estar entrelazados cuidadosamente generaron un impacto visual que mantuvo al público expectante de principio a fin.
El otro gran atractivo fue la música en vivo a cargo de la orquesta municipal con la interpretación de temas de los ritmos más variados como las tradicionales cuecas y tonadas pasando por el rock, el pop y hasta cumbia. También interpretaron temas originales compuestos especialmente para esta edición vendimial.
En los primeros minutos del domingo -y con 34 votos- se coronó a Carolina Moralejo y como virreina -con 23 votos- quedó María Luján Tapia.