La imputación que recae sobre el ex fiscal especial Daniel Carniello, sigue en curso. Se trata de una causa compleja, plena de suspicacias, pero que conlleva acusaciones concretas.
En ella, Carniello, que acaba de zafar de un pedido de desafuero ante el Jury de Enjuiciamiento, y que fue apartado de su función en la Fiscalía de Delitos Complejos, (el 20 de noviembre de 2015) enfrenta hasta el momento dos acusaciones penales y una causa administrativa.
Desde lo penal, se le endilga “incumplimiento de los deberes de funcionario público”, por no haber aplicado la ley “en seis hechos en concurso real”. Además, se lo considera penalmente responsable de “incumplimiento de la obligación de promover la persecución y represión de delincuentes”, en esos mismos seis hechos.
Desde lo administrativo, el fiscal Darío Tagua investiga las razones que llevaron a la supuesta “inconducta” de Carniello. Esta acusación se conoció justo el mismo día en que se aprobaba el rechazo al desafuero al fiscal.
Un documento al que Los Andes tuvo acceso exclusivo, detalla la compulsa que el pasado 28 de diciembre remitió el Ministerio Público Fiscal para acusarlo. El texto da cuenta de la investigación que lleva adelante el fiscal Gustavo Pirrello, que fue el que pidió el desafuero.
Allí se detallan esos 6 hechos en los que se involucra, además de a Carniello, a dos policías y a varios estafadores, uno de los cuales hizo las veces de “datero” del ex fiscal especial, es decir, le ayudó a dilucidar algunas investigaciones que él encaraba.
En realidad, estos hechos tienen un antecedente investigativo en la Justicia Federal. Es que en una investigación por narcotráfico encarada por el juzgado de Walter Bento (Expte. FMZ5739/2013), en las que se intervinieron líneas telefónicas, se pudo saber que algunos de los investigados “se dedicarían a realizar actividades presuntamente ilícitas, como estafas y extorsiones”.
Según Bento, en esos delitos “estaría involucrado personal de la Policía de Mendoza”, que “mantendrían algún tipo de vínculo con un fiscal especial del Poder Judicial de Mendoza”.
En una nota que Bento envió al procurador general de la Suprema Corte, Rodolfo González, fechada el 7 de abril de 2015, el juez federal se declaró “incompetente” para investigar los sucesos, porque los delitos no pertenecían a su fuero. Fue en ese momento en que el Ministerio Público se hizo cargo de la investigación.
Entre las personas involucradas en las escuchas, aparecían recurrentemente los nombres de Enzo Diego Stuto y de su hijo, Renzo, además de otros involucrados.
Stuto sería el “datero” de Carniello. Tanto él como su hijo y las otras personas, aparecen además -también recurrentemente- en 6 casos de delitos por estafas y extorsiones sucedidos entre 2010 y 2012.
El primero de esos casos lleva el número de expediente P-75.242/10; el segundo, P-51.164/11; el tercero, P-55.331/11; el cuarto, P-63.735/11; el quinto, P-94.493/11 y el sexto, 105.961/11.
Entre los ilícitos cometidos, hay compras hechas con cheques robados, uso de billetes falsos o amenazas extorsivas a vendedores. Todos los casos terminaron, de una u otra forma, en la Fiscalía de Instrucción 16, de Delitos Complejos, a cargo de Carniello.
Entre las imputaciones hechas al ex fiscal especial, la mayoría apunta a “no haber continuado la acción penal”, lo que a entender de la Justicia, obstaculizó los procesos.
Carniello negó cualquier maniobra. "Ninguna de esas causas fue demorada. Por el contrario, ya estaban por resolverse", dijo a Los Andes el hoy titular de la Fiscalía 12 de Guaymallén. "Les faltaban dos años para prescribir", amplió, dando a entender que tenía tiempo para terminar su trabajo.
Además tomó como una cuestión natural las demoras en esos seis casos. "Debo tener como 50 o 100 casos demorados como ése", enfatizó el letrado, quien además consideró "sospechoso" todo lo que le está sucediendo, aunque no quiso profundizar en detalles.
Hay que recordar que el actual jefe de los fiscales, el procurador general González, en algún tiempo pasado fue suegro de Carniello, y en esta causa decidió apartarse de las investigaciones.
Más allá de eso, Carniello reconoció su conexión con Stuto, a quien no consideró amigo pero sí alguien “de mucha confianza”, algo lógico desde su visión, “para poder obtener información”.
Desde el lado de los acusadores, Pirrello no acepta la justificación de Carniello sobre las demoras e insiste en que no cumplió con su tarea debidamente.
“No se trata de un mero atraso en las causas de esos hechos sino que hubo una actitud intencional de demorarlas”, destacó el investigador.
El fiscal pidió que se "archive y anule" el caso
El rechazo del jury de enjuiciamiento al pedido de desafuero que Pirrello hizo a Carniello, envalentonó al ex fiscal especial para pedir que sea “anulada y archivada” la causa que lo involucra.
Según el propio Carniello, “si no hay desafuero, no hay por qué continuar con la investigación”.
Desde su punto de vista, además, ese pedido de desafuero no tenía razón de ser, “porque no se había terminado la investigación”.
Para Pirrello en tanto, “el desafuero se pide para sentar en el banquillo” al acusado.
En tal sentido, él considera que la investigación continuará su curso. En esa instancia, se reabriría la posibilidad de pedir el desafuero para juzgar a Carniello.