Pescado hasta por las orejas. Que el precio del filet de merluza por kilo, que el camión de Pescado Social, que los "retoques" en los precios, que la mejor forma de comerlo.
Cada Semana Santa es una constante: toda la información y novedades referidas a menúes con cualquier pescado (o fruto de mar) se transforma en leitmotiv, en cuestión de Estado y en el eje de conversaciones e inagotables informes periodísticos.
Es que -de acuerdo a las costumbres religiosas- los fieles católicos se abstienen de consumir carne durante el Jueves y el Viernes Santo, aunque con mayor énfasis el viernes. Por ello, el pescado o los menúes con vegetales son el centro de atención durante esta semana que termina.
Sin embargo, también están aquellos que -ya sea porque no son creyentes o porque lo son, pero no comparten esta costumbre (a la que consideran "extremista")- no cambian su menú y la carne está presente como en cualquier comida de otro día.
"Precios especiales u ofertas no hay para esta época, la verdad. Pero creo que es un poco hipócrita la decisión de no comer carnes rojas estos dos días, ya que la Semana Santa es la culminación del ayuno que se tendría que haber iniciado la gente hace 40 días, cuando inició la Cuaresma".
"Son muy pocos lo que lo hacen, entonces todo quedó reducido solamente al viernes, que se respeta y se trata de no comer carne rojas. Pero el jueves o el sábado, se come. Y ni hablar del domingo, ¡las parrillas arden!", destacó Matías González, quien se dedica a hacer asados por encargo donde lo contraten y quien actualmente también se encarga de la organización de eventos y cumpleaños.
"La gente no deja nunca de comer carne. Al argentino le cuesta estar medio día sin comer nada de carne, lo sufre. Y si por una cuestión familiar o de costumbre se lo obliga, es muy probable que el sábado después de Semana Santa se desquite con un gran asado".
"Mientras más pasan los años, y en estos tiempos modernos, veo que la gente come menos pescado y mantienen la carne, como siempre", indicó Don Cafre, un particular carnicero que -desde el misterio y sin revelar su verdadera identidad- desde hace cuatro años hace entregas a domicilios de importantes pedidos de carne para hacer asados.
"Hasta el mediodía de hoy (por el jueves pasado), tengo 25 entregas que hacer. Y todas son de personas que van a comer el asado mañana (por el Viernes Santo). Como hay confianza con la gente, yo les pregunto cuándo preferirían que se los lleve para estar alerta ante cualquier inconveniente que pueda surgir. Y toda la gente me ha dicho que lo quiere para almorzar o cenar el viernes", destacó el personaje que ha tomado un notable protagonismo en las redes sociales.
En tanto, durante la mañana del jueves en algunas carnicerías del centro mendocino el movimiento y las compras eran intensas, aunque no tanto como otros días.
Tradición
Gabriel Guzmán tiene 30 años y, desde hace algún tiempo, inició una tradición: la de comer un asado cada Viernes Santo.
"La idea surgió en los últimos años del colegio, cuando se nos ocurrió organizar un asado el Viernes Santo. Lo hicimos porque nos gustaba comerlo y a ninguno nos tiraba ningún sentimiento religioso. De hecho, empezó con un poco de rebeldía. Siempre pasaba que en la casa donde nos juntábamos los padres o hermanos del anfitrión no comían con nosotros e incluso intentaban disuadirnos de la idea, pero lo que nosotros queríamos era simplemente juntarnos y pasarla bien. Eso con el tiempo se transformó en una tradición y ahora es un asado más de tantos que compartimos", contó el joven, quien ayer repitió su ritual.
"Aunque se prioriza el pescado por estos días, en los supermercados -que es donde compramos nosotros la carne- no está más barata la carne, no hay ofertas", continuó "Gabo", quien indicó que jamás tuvo un cruce o una pelea por su tradición. "Jamás tuvimos un comentario agresivo. Nuestros padres no compartían la idea y algunos amigos tampoco, pero siempre ha habido respeto de ambos lados", se explayó.
Para Don Cafre (el carnicero virtual que abastece los pedidos que le hacen por Facebook), últimamente la gente no abandona la carne durante Semana Santa. "Y en esto tiene mucho que ver el precio del pescado (alrededor de 60 pesos el kilo de filet de merluza)", apuntó. Y agregó:
"Hace unos años, un sacerdote hizo su propia interpretación y dijo que se podía comer carne para Semana Santa, y eso incidió mucho también. Creo que influye mucho no sólo la religión y el ser creyente o no, sino también con qué cosas se identifica la gente y con cuáles no de la religión y la Iglesia en sí".
Don Cafre también se refirió a algunos inconvenientes que ha tenido alguna vez con "extremistas", quienes no quisieron concebir bajo ningún punto de vista que vendiese carne para Semana Santa.
"Recibí amenazas por mensajes privados, denuncias de mis fotos y estuvieron cerca de bloquearme la cuenta (NdR: cuando un perfil a una página recibe reiteradas denuncias y reportes en muy poco tiempo, la red social tiene la facultad de bloquear al usuario denunciado). Lo mismo me ha pasado con vegetarianos y veganos", indicó, aunque sin dramatizar la situación.
Al igual que los otros comerciantes consultados, destacó que no hay ofertas especiales, pero que -al subir tanto el pescado- algunos cortes se transforman en una alternativa económica.
"Cada época del año sube algún producto, siempre. Para Semana Santa sube el pescado; para Navidad la carne, el pollo y los fiambres. No es nada nuevo", destacó el hombre, quien desde hace cuatro años se pasó a la venta por redes sociales y teléfonos, y llegó incluso a cerrar la carnicería donde trabajaba.
Diego, encargado de una carnicería ubicada en la esquina de Patricias Mendocinas y General Paz, también atendía durante el mediodía del jueves a una gran cantidad de clientes.
"La verdad es que por estos días bajan un poco las ventas, pero la gente no deja de comprar. Un día normal, a esta altura ya hemos atendido a 200 clientes, mientras que ahora llevaremos menos de 150. Pero la gente no deja de comprar porque sea Semana Santa", indicó el comerciante desde el otro lado del mostrador.
En el mismo negocio estaba Ramón Olivera, aguardando por su pedido. "No como carne en Semana Santa. Mañana (por el viernes) vamos a comer pescado en familia, aunque no está muy barato que digamos. Pero el domingo sí vamos a hacer un asadito", anticipó el hombre.
En el Mercado Central, epicentro de las compras durante este fin de semana y con las pescadería repletas de gente aguardando ser atendida, el movimiento en las carnicerías era menor. Pero no por ello menos intenso.
"La gente compra igual carne. Bajan un poco las ventas, pero ya no se come solo pescado y la carne está en el menú de la misma forma que en otros días", indicó Hugo, de la carnicería Ke Karne, ubicada en ese centro.
"Tuve una pequeña discusión con un grupo de amigos ya que, por trabajo y otras obligaciones, sólo podíamos juntarnos todos el Viernes Santo. Y la idea era hacer un asado, pero algunos salieron con que no podíamos. Yo les dije que no entendía, porque durante todo el año no van a misa ni hacen nada comprometido con la religión, pero se ponen exigentes con lo del viernes", graficó Claudio.