El consumo de carne vacuna crece en China 5% anual en los últimos 15 años, y alcanzó a 6 kilos anuales en 2013, frente a un promedio mundial de 10 kilos por año. El mercado chino de carne vacuna ascendió el año pasado a U$S 2.500 millones.
Lo característico de las importaciones de carne vacuna en la República Popular es que se realizan a través de un doble canal. Por un lado, hay una vía "legal" que alcanzó a 470.000 toneladas en 2015, lo que implica que aumentaron más de 60% ese año, y el producto proviene fundamentalmente de Australia, Uruguay, Nueva Zelanda, Brasil, y la Argentina, en ese orden.
La segunda vía es la "ilegal", a través de una zona "gris" o directamente contrabando. Se origina en Hong Kong y proviene de Vietnam, Camboya e India. Se estima que alcanzó a más de 1,5 millones de toneladas en 2016.
Es obvio que Hong Kong utiliza su particular status como integrante con plena autonomía de la soberanía china a partir de 1997, luego de que Deng Xiao Ping pactó con el gobierno británico la recuperación de la isla y la franja adyacente del territorio continental con la República Popular, después de que Gran Bretaña la conquistara con sus cañoneras en la Guerra del Opio de 1839/1842.
La República Popular le garantiza a Hong Kong la vigencia de un régimen denominado "dos sistemas / un país", que le otorga el respeto irrestricto de sus instituciones capitalistas por un plazo de 50 años, ante todo en materia de comercio exterior. De ahí el "gris" de las importaciones de carne vacuna, notoriamente destinadas a satisfacer la demanda china de 1.340 millones de personas, y no la de sus 6,5 millones de habitantes.
Agrava la situación que la carne que ingresa por esta vía proviene de India, cuya compra está prohibida por cuestiones de seguridad alimentaria. De ahí que esta vía “ilegal” tenga un carácter absolutamente excepcional, en un país históricamente preocupado por la vigencia de la ley.
Parece difícil pensar que el presidente Xi Jinping, después de haber comprometido su palabra con el mandatario norteamericano Donald Trump en el encuentro del 6 y 7 de abril en Palm Beach, Florida, permita que Estados Unidos lo cuestione por la permanencia de una vía "ilegal" de acceso de la carne vacuna a la República Popular.
El cálculo de China es que por cada punto de crecimiento del PBI per cápita (aumentó 8,5% anual en 2016) crecen 5% las importaciones de carne vacuna. Esto significa que el principal impulsor de las importaciones de este tipo de carne es el consumo de la nueva clase media, integrada por unos 300 millones de personas, con un ingreso de U$S 45.000/ U$S 55.000 por año, equiparables a los ingresos norteamericanos.
Esa clase media alcanzaría a 600 millones de personas en 2025, el doble de la población estadounidense. Esto implica que el mercado chino de carne vacuna, y por lo tanto las importaciones de este producto, recién ha comenzado a crecer.
Es difícil que permanezca abierto mucho tiempo más el canal "gris" de ingreso de carne vacuna a la República Popular. Lo impide el acuerdo histórico realizado por Donald Trump y Xi Jinping en Palm Beach, Florida.
CC