Hasta 4 de cada 10 kilos de carne que se faenan en Mendoza provienen del circuito informal. Dato útil para dimensionar una demanda por evasión fiscal contra al menos dos operadores “truchos”, por comprar hacienda y vender carne sin emitir factura propia. Y, por ende, sin pagar Ingresos Brutos, IVA y Ganancias, en una maniobra de evasión de unos $20 millones anuales que investiga la Justicia Federal.
La denuncia -de carácter anónimo pero respaldada por la mayoría de los abasteros registrados que operan en el Gran Mendoza, por tratarse de un delito comprendido dentro de la ley Penal Tributaria- es asumida por el Estado y debería llegar tanto a ATM como a AFIP. Y consiste en dos casos.
Uno, de Rubén Righi -de Abasto Righi, con dos sociedades vinculadas, Muska S. A. y Righi Hnos-, que vende unos 220.000 kg al mes, y que habría incurrido en evasión en Ingresos Brutos e IVA por casi $1,1 millón mensual. El otro, el caso de Osvaldo Quiroga, que bajo el nombre comercial de Carnes Adrian’s alcanza 120.000 kg por mes, y habría dejado de tributar casi $ 600.000, de acuerdo a lo expuesto.
Además de evasión fiscal, la presentación de diez carillas incluye la figura de “asociación ilícita tributaria”, e involucra en esa condición a las firmas Kori, Vildoza y María del Carmen -algunos de los mataderos que más producen medias reses-, por facilitar facturas y préstamo de matrículas.
Como prueba, se adjuntaron listas que exponen para quienes faenan los mataderos, con fecha y cantidad, además de remitos “truchos” de cantidad de carne retirada para venta. Mercadería que los denunciados no facturan y venden de mataderos a comercios con un sensible recorte de costos.
“Existen abasteros que cumplen con las leyes y la normativa de organismos nacionales, y aquellos que no lo hacen reduciendo así sus costos, lo que redunda en evasión fiscal y competencia desleal”, consigna la denuncia.
El ilícito, de acuerdo a la presentación, parte de la connivencia entre abasteros evasores y mataderos, “puesto que ambos se ven beneficiados con el conocimiento de productores que dicen vender a quienes no compran en realidad, y comercios minoristas, que dicen comprar a quien no les vende”.
En el escrito figuran Bemafer, Castillo (Viomar), Mirábile, Alcomar, La Tropilla, Avenida, Cabalín, Ziar, Los Camilos y De Carolis como firmas legales, en contraposición a las “truchas”.
A criterio de Rubén Pontel, titular de la Cámara de Industrias de la Carne y Matarifes no es la única práctica. “Comprar con achique, facturando un monto inferior para tributar menos, es normal en el mercado y también configura evasión”, aseguró el empresario.
Maniobra y clausuras
De acuerdo a la denuncia, la evasión sigue tres pasos: el abastero ilegal compra a nombre del matadero, que faena la hacienda y a su vez la factura a los clientes finales (carnicerías), no sin antes marcar las medias reses de su propietario, lo que evidencia la maniobra. En el caso de Righi, la marca es "RP", y para Quiroga, "Q".
Así, “no documenta su actividad y por ende no existe a ojos impositivos, logrando una diferencia lógica en toda actividad comercial”.
En tal sentido, el valor unitario consignado es de $ 36,20 por kg de carne faenada, sin contar impuestos. Al abastero que factura, significa llegar al carnicero con una diferencia de hasta $3 más IVA. “En un cliente que compra diez medias reses por semana es el sueldo del cortador”, ilustran.
En lo que va de 2015, sobre 50 establecimientos controlados ATM clausuró dos por no emitir factura. Para su titular, Claudio Gil, “si bien está entre los rubros que cumplen, en concepto de Ingresos Brutos no existe el que paga todo lo que corresponde. La venta a consumidor final es cuando menos se factura”.
El préstamo de matrícula al abastero por parte del matadero habilitado por la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) es otra práctica expuesta. Y configura delito de “asociación ilícita tributaria”, según el art. 15 de la ley Penal Tributaria.
“Al facturar o prestar su matrícula, los mataderos facilitan la evasión de abasteros ilegales”, precisó uno de los impulsores de la acción.
Los Andes intentó consultar a la firma Righi, sin obtener respuesta. No obstante, los mataderos se defienden. Para Guillermo Sánchez, de Frigorífico Vildoza, "hay abasteros que no quieren figurar, buscan al frigorífico para que les facture y venda, pero nosotros sólo prestamos servicios de faena. La hacienda viene con guía a nombre del propietario, se faena y el romaneo está en los libros".
Respecto a la matrícula, Sánchez aseguró que su firma, que promedia 1.500 cabezas al mes, no “presta”, y que “el que viene tiene que traer sus papeles en regla. Es difícil truchar, pero en el ambiente se sabe que pasa; la Justicia debería investigar”.