El Carnaval volvió para quedarse

Más allá del retorno de los feriados, mendocinos de diferentes edades bregan para que esta tradición tome forma en los hogares y los barrios. Una agenda completa con actividades en varios departamentos.

El Carnaval volvió para quedarse

Al decir ‘Carnaval’ habrá lectores que, seguramente, evoquen recuerdos de momentos vividos en su niñez y otros -los que nacieron hace menos de 30 años- que recuerden alguno de los dos últimos celebrados en Argentina desde que, por decreto presidencial, volvió a realizarse de manera oficial. Y si bien Carnaval es sinónimo de muchos sentimientos (todos ellos felices) el que nosotros elegimos para la edición 2013 de este festejo es “reencuentro”.

Es que tal cual pudimos apreciar entre las personas consultadas para esta nota, es ése el espíritu de este Carnaval que, en Mendoza, empezó a vivirse desde el viernes.

Con esto se busca, de alguna manera, dejar de lado la discusión de tinte político de si está bien o no que estos dos días (mañana y pasado) sean feriados. Porque al parecer lo que se intenta, en definitiva, es olvidarse un poco de los problemas y las situaciones que a diario nos estresan y festejar en familia, con amigos o con los ‘cumpas’ del barrio. Hay mucha gente -mucha más de la que uno se imagina- que hoy “milita” porque el Carnaval, que ya volvió, no se vaya nunca más.

Un ejemplo de ello es el joven murguista Luis Acuña (25), que justifica así su festejo: “Celebro porque es una fiesta de la calle, del barrio, donde no hay diferencias de clases ya que todos se disfrazan. Es una época donde se permiten los excesos ya que lo único que prima es la alegría; desde el recién nacido al más grande y sabio. Se comparte la felicidad y nos reímos de nosotros mismos y sin querer queriendo se habla de los problemas comunes, del barrio y se empieza a organizar para cambiar lo injusto. Festejo por eso y por las murgas que con su baile, música y magia de colores se hacen presentes y nos alegran el alma”.

El por qué del festejo

Así, están por un lado los festejos “oficiales” que son los que organizan los municipios (ver aparte) y por otro los particulares. Niños, jóvenes y grandes celebran, cada cual a su manera, una nueva edición del Carnaval mendocino.

“En nuestro barrio, los niños lo festejan con disfraces, guerrita de espuma y las clásicas bombitas de agua. Pero están motivados por nosotros los grandes, a quienes nos recuerda qué lindo era ese festejo cuando éramos niños. Quizá en aquel entonces se utilizaban menos accesorios y elementos decorativos que ahora, pero es algo para divertirse totalmente”, asegura Sergio Zalazar (39), que vive en el barrio Los Glaciares de Villa Hipódromo, en Godoy Cruz, junto a sus hijas Luciana (13) y Camila (17).

Otra es la historia de Mariana Falbo (41), quien hace cuatro años que organiza un baile de disfraces para que su familia, vecinos y amigos se diviertan y pasen un buen momento. Sobre cómo surgió la idea, Mariana cuenta: “Hace unos años, mi hija Martina (11) me pidió festejar Halloween. Le dije que no porque no me gustan las costumbres de otros lugares y le propuse festejar el Día de la Tradición. Le conté cómo festejábamos nosotros cuando éramos chicos y recordé también los Carnavales. Cuando llegó la fecha (febrero) decidimos festejarlo. El primer año fuimos pocos, el segundo llamamos a un DJ y ahora (el cuarto) ya se hizo conocida y nos piden que la hagamos”.

Pero el color, el baile y la música llegan a las calles de todo el territorio provincial de la mano de ellas; las murgas de Mendoza. Sean estilo uruguayo, rioplatense o mendocino, todas mostrarán su arte en espacios al aire libre o en los famosos tablados. Sin lugar a dudas, para los murgueros estos días resultan más que especiales y llegan cargados de la magia de su “rey” Momo.

“Para mí, el Carnaval es reencuentro, fiesta, familia, amigos, baile, risa. Para el murguero es época de mostrar lo que se trabajó en el año y por eso le cantamos al dios Momo. Como murguera la sensación de subirme a un tablado en Carnaval es impagable porque es donde me siento 100 por ciento plena y libre. Me siento una artista con un mensaje para dar y eso me pone la piel de gallina cada vez que piso un escenario”, afirma con emoción Alejandra Reche (33), que canta en “El Semillero”.

El golpe que apagó el color

El 24 de marzo de 1976 un golpe militar derrocó al gobierno democrático de la en ese momento presidenta María Estela Martínez de Perón. Además de los delitos de lesa humanidad, el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, que lideró el general Jorge Videla, prohibió -en la década del 70- los festejos carnavaleros.

Por eso, la alegría hace dos años fue de muchísimos argentinos. La actual presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, decretó por medio de la llamada Ley de Feriados que el Carnaval volvería a ser parte del calendario oficial. Con ello llegaron nuevamente los festejos y las celebraciones, luego de una censura que duró 35 años.

Lo cantó Carlos Gardel, lo cantó Julio Sosa. “Siga el corso”, el tango de José María Jiménez, termina con una frase ideal para empezar los festejos y alegrar siempre los corazones: ¡Todo el año es Carnaval!

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