Carnaval, en los ojos de Facundo Thormann

El Espacio de Fotografía Máximo Arias cierra el año con la primera muestra individual de Facundo Thormann.

Carnaval, en los ojos de Facundo Thormann
Carnaval, en los ojos de Facundo Thormann

Facundo Thormann surge desde las sombras. Nos ha abierto la muestra en pleno proceso de montaje y así, entre pegamento, muchas láminas impresas y alguna escalera, nos da la bienvenida.

La luz en el Espacio de Fotografía Máximo Arias es tenue, casi apagada. Se prendieron, de hecho, oficialmente anoche, cuando inauguró "Carnaval en ojos lejanos", la muestra en la que este fotógrafo de 23 años ofrece su versión de los famosos carnavales correntinos.

Es su primera muestra individual y, como vemos, debuta con el honor de cerrar la agenda anual del único salón de este tipo en Mendoza. La exposición, que reúne unos 40 trabajos, nos revela a un fotógrafo maduro: más que a un ejecutor, él es un artista.

Quiere comunicar cosas y aguza su enfoque en ese sentido. El carnaval, que podría dar material para una exhibición relajada de colores y cuerpos brillosos, es aquí un hecho antropológico.

Él se crió entre óleos y cerámicas, de hecho: los pinceles de su padre, el recordado Alberto Thormann, y el horno de su madre, Alejandra Civit. Es obvio: fue motivado para pintar, para hacerse un nombre en las artes plásticas, y sin embargo él eligió un lugar inédito en su familia: el ojo mecánico y decisivo de un obturador.

Ahora, en paralelo a sus estudios en Derecho, reflexiona: "Sobre cómo me llegó la fotografía me he puesto a pensar, y creo que empezó con esas salidas que uno tiene a los 12 o 13 años, cuando uno va por ejemplo a Potrerillos con amigos y quiere recordar para siempre el momento. Capaz que uno agarraba la cámara de la casa y la llevaba.

Para mí empezó así, con una cámara pocket sencilla y chiquita, que se usaba para los cumpleaños y que después descubrí todo lo que podía hacer con ella”.


    Orlando Pelichotti / Los Andes
Orlando Pelichotti / Los Andes

Sobre el título de la muestra amplía: "Hay un juego fuerte de miradas en toda la exposición. Hay muchos retratos. Quizás pocas miradas directas, pero se nota el juego en ellas.  Quise retratar no solo a la gente que participaba o actuaba en el Corsódromo, sino también la gente expectante. Acá tenés a los costados, en blanco y negro, a los espectadores", dice señalando las fotos.

Vemos rostros cálidos. Niños agarrados a las vallas, personas discapacitadas fanáticas de la comparsa Ará Berá, y otro con una sonrisa escandalosa, que arenga por la comparsa Sapucay (ambas son las más importantes, y la rivalidad entre una y otra es el “Superclásico” correntino).

Los textos curatoriales nos muestran a un Facundo ávido, embarcado en una especie de viaje iniciático: "Si observamos con atención descubriremos que [las fotografías] son en su gran mayoría tomas directas, sin recortar pero jugadas, a a la vez bien compuestas, centrando los puntos fuertes en los ojos. Facundo se introduce además en los temas que desarrolla con su cámara al igual que un escultor se adentra en la piedra con su cincel y bucea en esas miradas que nos cautivan", escribió el fotógrafo Carlos Calise en uno de los textos. 

La idea del viaje la confirma él, pues la idea de ir hasta Corrientes fue madurando hasta concretarse en febrero de este año. Le sirvieron conversaciones con Pablo Robello (un amigo galerista y autor del texto curatorial), quien le contó detalles de este fenómeno popular, desde lo que gastan las comparsas en trajes hasta el esfuerzo que suponen los ensayos y la producción del desfile.

Por eso fue una gran idea sumar a la muestra los atuendos ornamentados originales de la Embajadora del Carnaval 2018 (María Victoria Argüelles Dijou, quien estuvo ayer presente junto al embajador, Darío Silva Harper). El traje tiene cristales Swarovski y muestran un trabajo diminuto, intrincado.

Pero la muestra sigue, y vemos que Thormann no agotó la idea en el Carnaval principal, el más conocido y turisteado, sino que se armó de su equipo (una Nikon D500 con pocos lentes, uno de ellos prestado) para recorrer la otra cara, la periferia: el carnaval que viven los barrios populares de Corrientes. Ahí surgieron algunas de las tomas más estremecedoras de la muestra: miradas sinceras, que indagan al fotógrafo extraño, entre una lluvia de espuma, choripanes y cervezas.

-¿Pero qué te llamó la atención en el carnaval, qué viste en él, que no viste en otras fiestas populares, como la Vendimia?

-Quizás el hecho de ir a un lugar diferente. Es como cuando uno viaja y te sorprenden hasta las cosas más absurdas. La Argentina es tan grande que vas al norte y parece ya otro país. El acento de los correntinos es muy marcado y amoroso. Un hecho simple, como la forma de hablar y de tratar, ya me permitió alejarme y ver algo distinto.

Mendoza tiene, por otra parte, mucho ocre y colores apagados. En cambio, vas allá y encontrás mucho color, algo que me gusta, porque además es difícil la fotografía en color.

Me gusta mucho pero también es más difícil trabajarla. Uno pasa a blanco y negro y todo se apaga más, se vuelve interesante porque está todo en sintonía. En color hay que ver otro tipo de composición.

De punta a punta, la muestra también es una antropología de la mirada y del goce, que se percibe en el brillo de la ostentación, en el fanatismo, en el esplendor del circuito turístico y en la carne más popular.

Para dar una experiencia distinta al recorrido, Facundo sumó en dos salas instalaciones con fotografías de la misma serie, a las que eligió no montar en las paredes, sino que las pegó al suelo, para ofrecerle al visitante una experiencia distinta, cargada de conceptos.

Por eso, Facundo admitió que no quiso exponer fotos que no transmitieran nada (“poner fotos por poner”), y así destinó una sala a mostrar algunos trabajos fuera de este proyecto. En ellas viaja a la costa chilena y al campo profundo de Buenos Aires, para dejar de lado el retrato y ofrecer vistas nocturnas y de paisajes que reflejan excelente pericia técnica.

"Carnaval en ojos lejanos" estará expuesta hasta el 27 de enero y la entrada es libre y gratuita. El Espacio de Fotografía Máximo Arias (ex Hospital Emilio Civit, ubicado en Padre Jorge Contreras 1250 del Parque General San Martín) cierra así la agenda de este año, que lo vio abrir sus puertas en mayo. A partir del año que viene, nos anticipó Ana Clara Pronotto, el espacio se abrirá a las expresiones audiovisuales y al arte que trabaja primordialmente con las imágenes fotográficas.

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