En los comienzos del siglo XX, una joven mujer se decidió a enfrentar a una sociedad estrictamente conservadora, en la cual el hombre dominaba todos los ámbitos públicos y la mujer se dedicaba al trabajo doméstico.
Esta mendocina se llamaba Carmen Romero y tenía otros planes para su vida. Estudió una carrera universitaria y se recibió de médica. De hecho, fue la primera ...... en la provincia. Hoy conoceremos más de esta referente de la mujer mendocina actual.
Injusta sociedad
Para las mujeres de aquel tiempo, la vida estaba limitada a las tareas del hogar, casarse, dar a luz y criar hijos. Algunas tenían la posibilidad de ejercer como maestras (si estudiaban en el Colegio Normal para señoritas); otras, directamente se dedicaban a aprender bordado, confección y a la música.
Ésas eran, por supuesto, las perspectivas de las señoritas de las clases acomodadas. Muchas, en especial las muchachas de menores recursos, carecían de una digna educación. Tampoco tenían derecho a votar. Recién en 1947 se logró el voto femenino.
Sin embargo, la mujer comenzaría a desempeñar un rol de mayor protagonismo durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). A partir de allí, todo cambiaría.
La rebelde
Carmen Romero nació el 30 de abril de 1898 en una finca de Las Heras. Sus padres eran españoles que habían llegado a nuestra provincia de visita. La familia Romero poseía propiedades en España pero quedó encantada con Mendoza. Decidieron vender todo y radicarse definitivamente.
Carmen, que había estudiado en una escuela española, tuvo que re cursar la primaria en la escuela Juan Gregorio de Las Heras.
La niña poseía una inteligencia superior y era notable su curiosidad hacia los temas más diversos. Ya en la secundaria, su directora la alentó para que siguiera una carrera universitaria. Conversó con su padre, quien se oponía rotundamente a que la joven cursara medicina. Pero al fin lo persuadió: su progenitor dejó que se marchara a Buenos Aires, para ingresar a la Facultad de Medicina.
Violencia de género
Los estudiantes varones de aquella facultad vieron que entre ellos había una estudiante mujer, algo que desencadenó todo tipo de bromas y desprecios por parte de sus compañeros. Pero la joven tenía un arma poderosa que despertaba la envidia de muchos: su inteligencia y su aplicación. Con eso le sobraba para taparles la boca.
Fue alumna de nombres eminentes de la Medicina argentina, como los doctores Luis Agote y Mariano Castex, quienes la forjaron en esta ciencia.
En 1928, Carmen Romero con 30 años de edad, egresó con el título de doctora en medicina.
La primera médica
Con el diploma bajo el brazo, la flamante doctora llegó a Mendoza.
Inmediatamente se presentó ante su sorprendido director del área provincial de la salud.
Comenzó a ejercer en el Hospital San Antonio, situado en una manzana de la Cuarta sección.
A pesar de su desempeño impecable, sus colegas no dejaban de asombrarse y no aceptaban a una médica.
Fue duro para ella: le hicieron ‘la guerra’ en repetidas oportunidades, enfrentó el vacío y, por mucho tiempo, tuvo que acostumbrarse a trabajar sola. Su director solía enviarla a barrios marginales como el de la Media Luna para que atendiera a verdaderos "malevos" que eran heridos entre los entreveros. Hacia allí se iba con la ambulancia tirada a caballo en las frías noches de invierno.
Se cuenta que, una de esas noches, la doctora salvó la vida a un muchacho que había recibido once puñaladas.
Su vocación de salvar vidas fue más fuerte que todas las agresiones que recibió por parte de sus colegas. Tuvo su recompensa: al poco tiempo inauguró un consultorio médico en la calle San Martín al 2.200, el único atendido por una mujer a principios de los 30's.
Una adelantada para su época
La doctora Carmen Romero se especializó en señoras y niños. Trabajó en una salita de salud en Rodeo del Medio, atendiendo a los más humildes, sin cobrarles un centavo. A la madrugada, salía para atender cualquier urgencia en un autito de su propiedad, pues era además una de las pocas mujeres que sabía manejar en aquella época. Por muchos años ejerció la medicina hasta que se jubiló.
Sus últimos días transcurrieron en su casa frente a la Alameda.
La doctora Carmen Romero falleció el 17 de noviembre de 1986, a los 88 años de edad.