Carlos Rosenkrantz: “Juramos por la Constitución Nacional y no por convicciones politicas"

El magistrado aseguró que “los jueces no elegimos a los jueces. Y no los removemos. No pueden hacernos responsables por los malos jueces”.

Carlos Rosenkrantz: “Juramos por la Constitución Nacional y no por convicciones politicas"
Carlos Rosenkrantz: “Juramos por la Constitución Nacional y no por convicciones politicas"

-¿Qué novedad o impronta cree que traerá su gestión como presidente de la Corte?

-No puede haber un campeonato de fútbol en el que los ciudadanos dudan de la imparcialidad de los referís. No puede haber un país donde los ciudadanos dudan de la imparcialidad de sus jueces. Y si hay un desafío, es recuperar la credibilidad y legitimidad del Poder Judicial para resolver los conflictos entre los argentinos.

-¿Y hoy cómo está esa cuestión hoy? ¿Cree que la Justicia se corrió del lugar del árbitro que dirime los conflictos?

-No, pero si uno ve los índices reputacionales, la Justicia, que debería tener un lugar muy destacado, no lo tiene. En parte es por problemas comunicacionales. La gente ve al Poder Judicial mucho peor que el modo en que lo ven y lo experimentan los usuarios del sistema. Y también del liderazgo en el país.

En el último tiempo se volvió un deporte nacional denostar a los jueces. Indiscriminadamente. Un deporte que practicó todo el espectro político e institucional argentino. Y no se dan cuenta de que eso es serruchar la rama donde uno está apoyado, porque el Poder Judicial está para quedarse.

De modo que si lo queremos mejorar tenemos que comprometernos con la necesidad y el esfuerzo de discriminar, Hay buenos jueces y malos jueces. Los jueces no elegimos a los jueces. Y tampoco los removemos, de modo que no pueden hacernos responsables por los malos jueces. La remoción de los malos jueces no es responsabilidad de los jueces.

Me gustaría que mi gestión contribuya a devolverle legitimidad y credibilidad al poder judicial. creo que es algo que se puede hacer, porque es algo en lo que todos los ministros de la Corte estamos comprometidos.

El Poder Judicial tiene activos para hacerlo. Una de mis grandes sorpresas fue que cuando me incorporé a la Corte descubrí la calidad de los funcionarios de la Corte y de buena parte del Poder Judicial, cosa que no se ve muy bien desde afuera. Es un desafío realizable.

-La cuestión de la impunidad también está relacionada con la extensión de los procesos judiciales. Hay estudios que indican que las causas de corrupción llevan 16 años.

-Hay que tener ciertas reglas de circulación que de algún modo parametricen la duración que cada uno de nosotros debe dedicarse a un expediente. Pero hay expedientes que son muy complicados y por eso tardan más en ser estudiado por las vocalías.

Por ejemplo, el caso de los índices de cálculo jubilatorio debe llevar un año y medio en la Corte, que es un plazo muy corto para los plazos de la Corte. Los casos de devolución del IVA llevaron diez años en la Corte. Hay casos cuya solución no es binaria.

Una Corte no es una suma de individualidades. Muchas veces se piensa en conjunto.

A veces en el proceso previo, antes de la Corte, algunos expedientes estuvieron durmiendo por años ¿Cómo se hace para que esos tiempos no se extiendan?

-Muchas veces no depende de nosotros. El sistema procesal argentino es complicado en la Argentina. Voy a dar un ejemplo. En la Argentina, las partes mienten en los juicios.

Buena parte de la energía procesal que se aplica en un caso va a intentar identificar, develar y corregir la mentira de las partes.

¿Por qué las partes mienten? Porque hay una interpretación de la Constitución por algunos jueces que protegen a quienes mienten, con la garantía de la no incriminación.

¿Es universal eso? No, en otras latitudes las partes no pueden mentirle al juez. Tengo entendido que el proyecto de reforma del Código Penal cambia este asunto. Esa es una reforma copernicana, porque buena parte de los recursos que se dedican a develar la mentira se van a destinar a determinar la solución correcta para el caso.

Hay muchas cosas sutiles que se pueden hacer de esa manera, pero eso lo tienen que corregir los legisladores. Nosotros tenemos que aplicar las normas como son. Yo creo que en la interpretación de casos que requieren esfuerzo interpretativo, un juez no puede recurrir a sus propias convicciones y morales y política, porque nosotros no juramos por nuestras convicciones y morales y políticas. Nosotros juramos por la Constitución y las leyes. Nadie jura por sus propias convicciones morales y políticas.

-En las últimas décadas en la Corte hubo mayorías consolidadas. ¿Eso puede continuar hoy?

-Si uno analiza cómo hemos votado en estos últimos dos años en las causas relevantes, advierte que no hay mayorías estables. Yo no creo que haya en la Corte una mayoría de ningún tipo. Y menos creo que haya una mayoría peronista. No entiendo muy bien qué quiere decir que hay “una mayoría peronista”.

-Esta semana usted almorzó en la Casa Rosada y hubo jueces que no fueron.

-Decidimos hacer un almuerzo protocolar en la casa Rosada, y decidimos que fueran las autoridades de la Corte, que somos la dra. Highton y yo. Todo el mundo es consciente de que el almuerzo fue una instancia de relacionamiento institucional. En muchas circunstancias, mi predecesor, el Dr. Lorenzetti, tuvo reuniones con el Presidente, y luego nos informó sobre esas reuniones.

-¿Cree que los salarios de los jueces deben estar alcanzados por Ganancias?

-Yo creo que no hay ningún juez ni ningún funcionario que no esté de acuerdo con que tienen que pagar Ganancias.

-¿Y entonces por qué no pagan?

-La cuestión no es si pagan o no pagan Ganancias. La cuestión es la intangibilidad de la remuneración. No está en juego pagar Ganancias. Lo que está en juego es si eso implica una reducción del sueldo de bolsillo de los jueces y funcionarios.

-Eso pasa con el resto de los salarios, que también se ven reducidos los salarios de bolsillo. Es una cuestión de igualdad.

-No, no es una cuestión de igualdad. Lo que no se quiere es que el salario sea reducido para pagar Ganancias. Pero si hubiera un incremento salarial y sobre ese incremento se redujera el monto para pagar Ganancias no habría ninguna oposición.

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