El pasado 6 de este mes falleció Carlos Silvio Navarro (89), tal vez el último cinematografista de un grupo de hombres y mujeres que se dedicaron a la exhibición de películas en los cines de nuestra provincia.
A los 18 años ingresó a las oficinas de la sucursal distribuidora Columbia Pictures, cuyas oficinas se encontraban en España casi Las Heras y poco tiempo más tarde ascendió a programador de los filmes que ese sello alquilaba a los circuitos de los cines ubicados en el Gran Mendoza, como los recordados Avenida, Gran Rex, Cóndor, Ópera, Centenario, Mendoza y los no menos recordados Suipacha, Gran Oeste, Astral y Plaza, además de aquellos que se encontraban en todos los departamentos de nuestra provincia.
Era la época de oro del cine, ya que por aquél entonces la televisión aún no destronaba a este obligado espectáculo de los fines de semana; una cita con los actores preferidos de Hollywood.
Luego, se desvinculó de Columbia para ocupar el cargo de gerente zonal de la compañía inglesa de películas Arthur Rank y años más tarde se hizo cargo de otras distribuidoras como Paramount, Universal, Metro Goldwyn Mayer y Fox.
Desde su adolescencia hasta su partida, Navarro, desarrolló una gran actividad.
Desaparecidos los cines del centro y de los barrios, surgen las instaladas en los centros comerciales de los departamentos de Guaymallén y Luján de Cuyo y él asume la responsabilidad de vincular a las distribuidoras de películas en Buenos Aires, con las salas mencionadas a través de la publicidad, control de exhibición y otras tareas afines para mantener la atención del público en cintas de alta audiencia.
Carlos Silvio Navarro, a lo largo de sus años como gerente de distintos sellos cinematográficos, supo cosechar grandes amigos no sólo entre los empresarios de cines sino también de periodistas de medios de difusión y publicistas.
Cabe señalar también que fue él quien trajo a Mendoza por primera vez al cantautor Joan Manuel Serrat presentándolo en el Islas Malvinas, como así al grupo Les Luthiers, que actuó en el Cine Teatro Gran Rex en dos oportunidades.
Si cabe recordar otras de sus facetas es que fue un enamorado del tango y seguidor implacable de Astor Piazzolla, con quien mantuvo una amistad iniciada allá por la década del 50 y con el recordado Horacio Salgán.
Casado con Julia Simone, le sobreviven su compañera de 66 años de unión y sus hijas, Laura y Patricia.
Eduardo Navarro Zeballos
DNI 6.863.472