La fórmula (si es que tienen alguna) de los Les Luthiers no exhibe fecha de caducidad. Este año transitan sus 52 años en los escenarios y son imparables. Funciones agotadas en Buenos Aires, y una multitud que los sigue en sus extensas giras por España y América Latina dan cuenta de que su humor es universal y siempre tiene algo que dispara el entusiasmo.
"Les Luthiers Gran Reserva" es su último espectáculo, con el que vuelven a la provincia y brindarán tres funciones, del viernes 26 al domingo 28 de abril, en el teatro Mendoza. "La Balada del 7º Regimiento", "San Ictícola de los Peces", "Entreteniciencia Familiar", "La Hora de la Nostalgia", "Quien Conociera a María" o "Ya No te Amo, Raúl" son parte de esta antología que tanto el sexteto de humoristas como su público revisa, para volver a desprender cientos de carcajadas, entre las disparatadas historias, el elegante juego de palabras y las melodías eficaces que acompañan cada cuadro. Luego del fallecimiento de Daniel Rabinovich (en 2015) y la salida de Carlos Núñez Cortes (en 2017), en estas últimas temporadas los históricos Carlos López Puccio, Jorge Maronna y Marcos Mundstock hicieron frente a los cambios y sumaron al sexteto a Martín O'Connor, Horacio Tato Turano y Tomás Mayer Wolf (el más joven de todos), que con creces han colmado las expectativas del público fiel y renovaron el trabajo del legendario conjunto.
Con el humor como vehículo, Les Luthiers ha hecho un estudio y empleo del idioma castellano y la música en su obra artística como ningún otro grupo. De ahí su reconocimiento permanente y admiración. Y Carlos López Puccio en eso, tiene mucho "de culpa".
El humorista, multiinstrumentista y director del Estudio Coral de Buenos Aires es parte del alma de la compañía.
Su gracia, la melena gris y su correcta forma de dirigirse son parte del sello. Algo que emplea a la hora de responder unas preguntas para esta nota.
"Una buena parte de nuestro humor juega felizmente con la palabra y el idioma. Nos sentimos buenos exponentes de lo mejor del humor culto en español. Esta fue una de las razones implícitas en la decisión del jurado del Premio Princesa de Asturias: nuestro empleo calificado y enaltecedor del idioma español, el que hablamos y con el que nos comunicamos 400 millones de seres humanos", afirma sobre el uso de la palabra en sus espectáculos, asunto que los convocó al último Congreso de la Lengua celebrado en Córdoba.
- La antología se ha vuelto una buena costumbre en los espectáculos de Les Luthiers. ¿Por qué toman este recurso para pensar en un nuevo show?
-Nuestras obras “viejas” han probado ser hoy tan efectivas como lo fueron en su momento. Nos da mucha pena no seguir sacándoles el jugo, sabiendo que tanta gente las disfruta hoy; ya sea como reencuentro con algo muy querido en su momento o, el caso de los más jóvenes, como descubrimiento de este repertorio. Y para los que ya lo conocen a través de videos, por la enorme diferencia que aporta verlo en vivo.
-El espectáculo se llama "Les Luthiers Gran Reserva". Después de más de medio siglo de trabajo, ¿se sienten como una cava que atesora grandes piezas de humor o guardan más botellas de vino que chiste?
-Esa pregunta es muy difícil de responder después de la botella de vino de hoy. Tal vez pueda opinar algo coherente en unas horas. Ah: fue vino mendocino.
-¿Cuál es el criterio que predomina para elegir cada obra y remozarla?
-Estas obras se traen del arcón según una lista de méritos aceptados en el grupo. Los rubros de esos méritos son variados. Aunque el más común es que la obra haya sido en su momento amada, reída y disfrutada por el público. Hay otros rasgos que valoramos: el clamor de los fanáticos por volver a gozar en vivo de cierta obra, la calidad musical, o -caprichosamente- ciertas cosas que a nosotros nos parecen especialmente de buena calidad aunque su repercusión no haya sido la que esperábamos. También valoramos su “grado de olvido”. Hay obras preciosas que aún los fanáticos parecen haber olvidado. Un buen ejemplo es “Música y Costumbres de Makanoa”. Está en “Gran Reserva” porque nos dimos cuenta de que la queríamos y que, aunque a nosotros nos gustaba mucho, parecía haber caído en el olvido. Cuando la repusimos nos encontramos con la sorpresa de que hoy gusta todavía más que en los tiempos remotos de su estreno. Tal vez la antropología haya ganado adeptos con el paso del tiempo. O tal vez nosotros mismos ya seamos objeto de estudio antropológico.
-En tiempos en que la tecnología domina la industria de la música, ¿cuál es el desafío a la hora de crear un nuevo instrumento?
-Precisamente lo contrario. Nos siguen fascinando los instrumentos artesanales y acústicos, los que no tienen ni una pizca de truco electrónico o de simulación teatral y que se basan en un modo ingenioso de producir sonido. En nuestro catálogo interno son los mejores, los que más se acercan a la estética del grupo. Hacen juego armonioso con nuestro ideal escénico, que casi nunca aceptó artificios como escenografía o utilería; ni siquiera vestuario más allá del smocking.
-¿Hay algún tema prohibido para hacer humor?
-En nuestro caso no hablaría de tema prohibido pero sí de temáticas y de implicados: preferimos evitar cualquier zona de humor donde haya sufrimiento de alguien. -En internet abundan los memes y el humor gráfico instantáneo. ¿Le causan gracia o lo percibe como humor con poco vuelo? -Hay de todo y soy incapaz de hacer una valoración completa. He visto poco vuelo y vuelo mediano. Con esto para mí no hay sorpresa: el humor de alto nivel, como cualquier expresión artística de alto vuelo, es un producto escaso. La obra de verdaderos artistas que trabajan mucho para alcanzarla. En el arte no valoro la improvisación: las obras maestras jamás son espontáneas.
-¿Qué conserva Les Luthiers después de tantos años?
-Hemos hecho cerca de 8.000 funciones en 16 países (actuamos en más de 130 ciudades). No sólo conservamos: atesoramos recuerdos increíbles, conocimos gente maravillosa, juntamos muchos amigos. Es suficiente para sentirnos felices y orgullosos.
La ficha
"Les Luthiers Gran Reserva"
Funciones: viernes 26 de abril, a las 21. Sábado 27, a las 19 y domingo 28, a las 20.
Lugar: Teatro Mendoza (San Juan 1427).
Entradas: $800, $1.000, $1.100, $1.300, $1.500 y $1.800 en Maxi Mall (San Martín y Las Heras, Ciudad) y www.1000tickets.com.ar