Conduce la Confederación Intercooperativa Agropecuaria, una de las cuatro entidades nacionales del campo que conforman la Mesa de Enlace, cuyos dirigentes esperan poder llevar sus planteos en lo inmediato al flamante ministro de Agricultura de la Nación. Carlos Garetto trazó un diagnóstico de situación del sector y avanzó sobre algunas propuestas de solución, con medidas que seguramente serán reclamadas a las nuevas autoridades nacionales.
-En general, ¿cuál es el panorama de la producción agropecuaria a nivel nacional?
-El mundo todavía nos ofrece una oportunidad inigualable en cuanto a sus requerimientos de alimentos. Los precios internacionales siguen siendo buenos. Nosotros tenemos una capacidad y un potencial de producción que tenemos que aprovechar. Pero la mayoría de las producciones están perdiendo rentabilidad y competitividad, y no se vislumbra una expectativa de certidumbre a futuro, para que haya más inversión, más innovación tecnológica, más incorporación de tecnología y más abastecimiento. Se necesitan correcciones en la política agropecuaria, porque se está estancando la producción.
-¿Qué medidas correctivas necesitaría el sector en lo inmediato?
-En realidad, se necesita un conjunto de medidas. Coherentes, de largo plazo, reglas de juego claras, que despejen el camino hacia el futuro. Pero, en términos concretos, para recuperar una ecuación sustentable, que le devuelva rentabilidad al sector, hay que corregir por el lado de los ingresos y por el lado de los egresos. Por el lado de los ingresos, el precio es el mayor incentivo para la producción.
-¿Cómo debería abordarse el problema de los precios?
-La formación de los precios debe darse en un mercado transparente, que realmente articule los valores internacionales con el mercado interno, y que eso llegue al bolsillo del productor. Eso sería un aliciente importante. Si a ese buen precio internacional se lo acompañara con un tipo de cambio competitivo, que realmente le dé cobertura y previsibilidad, habremos avanzado mucho por el lado de los ingresos.
-¿Y por el lado de los egresos?
-Hay que tener en cuenta que la inflación también está castigando a los sectores productivos, y particularmente a las producciones regionales, que tienen un fuerte componente de mano de obra. Pero en general, los costos de combustible, de logística, de insumos. El incremento es muy fuerte. Por otro lado, hay un aumento de la presión impositiva, que se ha tornado confiscatoria para algunas producciones, y el productor agropecuario ya no tiene más capacidad contributiva. Eso termina resintiendo la productividad, caen los volúmenes de producción y perdemos todos.
-¿Cómo resolver el problema de la inflación?
-Con más producción. Si pongo más bienes y servicios en oferta, voy a lograr estabilizar los precios. No solamente puedo abastecer la mesa de los argentinos, sino que puedo generar ingresos a través de mayores exportaciones. Por eso, si se baja la presión impositiva y el sector productivo destina esos recursos a mejorar tecnología, a aumentar el área de cultivo habrá un volumen mayor de producción, lo que va a generar más actividad económica, más empleo y más consumo, y el Estado va a volver a recaudar lo mismo o más que antes.
-¿Qué habría que hacer para mejorar la competitividad del tipo de cambio?
-Creo que hay que tomar una serie de medidas. Porque hay problemas con los saldos de IVA y con los reintegros a las exportaciones. A las producciones regionales se le pueden bajar los derechos de exportación, porque tienen una incidencia muy baja en las cuentas fiscales. Se le pueden mejorar los reintegros. Hay una serie de herramientas para devolverles competitividad sin necesidad de recurrir a una gran devaluación, porque también sabemos que eso termina perjudicando a otros sectores de la economía, especialmente al asalariado. Hay que buscar el equilibrio, para que el beneficio de un sector no se transforme en perjuicio para el otro. Pero si no motorizamos la actividad productiva, la cadena se empieza a cortar, y eso termina perjudicando a todos, incluido el Estado.
Vender con un dólar y comprar con otro
-¿Cómo articular los precios internacionales con los precios internos?
-Cuando se interviene en la comercialización se crean distorsiones, porque se rompen las reglas de juego. Entonces los operadores, ante la incertidumbre, se ponen a cubierto y si pueden pagar 10, pagan 9 o pagan 8. Esa incertidumbre se traslada en un menor precio al productor. Entonces, si no se transparentan los mercados, buena parte del precio se queda en la cadena, como consecuencia de esa incertidumbre que se genera. Lo que hay que lograr en el sistema de comercialización es que todo el mundo sepa cuánto va a pagar, cuándo puede embarcar, cuándo va a cobrar, con qué tipo de cambio, porque si no hoy estamos vendiendo la producción con un tipo de cambio y comprando los insumos con otro, y eso está generando un desequilibrio muy grande.
-¿Estas medidas deberían tomarse en forma simultánea para que fueran efectivas?
-Exactamente. Se tienen que complementar. Aisladamente no genera ningún efecto. Se trata de armonizar y articular un conjunto de normativas que den, primero previsibilidad y segundo, que tengan proyección en el tiempo, que no dependan del funcionario de turno, que sean políticas de Estado. Sobre todo para aquellas producciones que tienen ciclos muy largos. En la región pampeana, un productor puede sembrar trigo o no hacerlo, pero un productor que inicia una plantación de viña, no puede de un año para otro arrancarla y poner frutales. Lo mismo el caso de la ganadería, de la lechería, entre otros.
-Entonces no queda mucho más que esperar por las medidas que pueda anunciar el Gobierno…
-Creo que si se actúa con racionalidad y si hay predisposición al diálogo, porque con el diálogo se pueden superar las diferencias y potenciar las coincidencias, podremos alcanzar los volúmenes de producción que el sector está en condiciones de generar y que el país necesita, para que se traduzca en mejor calidad de vida y más bienestar para todos los argentinos.
Carlos Garetto: "Si no motorizamos la producción, la cadena se va a empezar a cortar”
Afirma que los precios internacionales siguen siendo buenos y que hay que aprovechar esta situación. Asegura que es necesario una reducción de impuestos, bajar derechos de exportación y subir reintegros.
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