Lunes por la tarde, los trabajos de planificación para China 2008 comenzaron a desplegarse lentamente. Carlos Mauricio Espínola participa de reuniones, fija objetivos junto a su compañero en la categoría Tornado, Santiago Lange, y comienza a despertarse a la realidad que implica prepararse para afrontar su quinta campaña olímpica.
A las 18, tras tomarse un pequeño recreo en el trabajo, anima un mano a mano con Más Deportes, "Camau" el abanderado argentino en los Juego Olímpicos de Atenas 2004 adelantó sus expectativas por la llegada a nuestra provincia: "Estoy muy ansioso", dice.
Invitado por la Asociación Mendocina de Windsurf y por los timoneles locales, con los que guarda un entrañable lazo de amistad, Camau será el encargado de dar la largada simbólica al Campeonato Mendocino de este deporte, que pondrá en juego la Copa Diario Los Andes. "Hace muchos años estuve en Mendoza, pero por los comentarios que he recibido, ahora hay un antes y un después para el windsurf, luego de la construcción del dique Potrerillos. La verdad es que la invitación para mí es muy interesante, tengo muchas ganas de conocer ese espejo de agua.
Me contaron que tiene muy buenas condiciones para la navegación y, además, porque sé que en Mendoza se está viviendo el clima de Vendimia y la provincia está de fiesta. Estoy muy ansioso por llegar y conocer el nuevo dique”, comentó el deportista correntino.
Tampoco puede ocultar su ansiedad por volver a tripular una tabla de windsurf, categoría en la que consiguió dos medallas de plata -Atlanta 1996 y Sidney 2000-, antes de formar la sociedad con Santiago Lange para pilotear el velero de la categoría Tornado. “La verdad es que sí, es un espejo de agua muy nuevo y por lo que me cuentan muy bueno para navegar. Claro que tengo ganas de subirme a la tabla, pero no creo que compita en el campeonato; estoy descansando y mi llegada a la provincia es para asesorar también a los mendocinos. Pero eso no quita que no pueda volver a divertirme sobre la tabla y de paso conocer las prestaciones de ese espejo de agua”, dijo en tono risueño.
"Si el dique tiene las condiciones, contar con un centro de alto rendimiento, donde se pueda entrenar y que le sea útil a todos, es un desafío importante".
Mendoza crece como una opción para el emplazamiento de un centro de alto rendimiento para la náutica deportiva. Por su experiencia, Espínola es una voz autorizada para la elaboración y planeamiento de un proyecto de esta envergadura: "Me gustaría ayudar en lo que haga falta; Mendoza puede ser un buen lugar para el desarrollo del windsurf. Si el dique tiene las condiciones, contar con un centro de alto rendimiento, donde se pueda entrenar y que le sea útil a todos los timoneles del país, es un desafío muy importante. Me gustaría poder brindar toda mi experiencia y contribuir con todo lo que esté a mi alcance para poder concretarlo. La verdad es que tengo muchas expectativas y ganas de charlar con los deportistas mendocinos; uno de los objetivos es ofrecer y buscar un sistema de entrenamiento que se pueda desarrollar. Es muy importante lo que está pasando, es por eso que hay que apoyar los esfuerzos individuales para que el deporte argentino, en general, pueda seguir creciendo" afirmó Camau.
“No importa la clase, el sistema de trabajo y la planificación hizo que podamos llegar a buenos resultados en todos los deportes. Es hora de trabajar por una continuidad. Si se tiene un sistema de trabajo que funcionó es prioritario para poder acompañar la capacidad de los atletas. En la categoría Mistral fui variando las planificaciones, primero trabajé el físico, lo que me dio mayor seguridad y solidez; luego realicé junto a mi equipo de colaboradores estudios minuciosos de las canchas de regatas para plantear las técnicas y estrategias más convenientes. En Sidney (junto al entrenador Eduardo García Velazco), por ejemplo, buscamos un sistema táctico que fuera factible para sorprender y pelear por una medalla” enfatizó.
Roto el hielo, entre los temas que se tocaron no escapó un balance de los Juegos de Atenas. “Para mí, estos Juegos fueron muy especiales, había cambiado de categoría y afrontábamos con Santiago (Lange) un nuevo desafío. Era la primera vez que competía como integrante de un equipo, fue una experiencia muy importante la adaptación a un nuevo sistema, al trabajo de equipo, aunque habían factores de navegación que se asemejaban a la categoría Mistral”.
En aquel repaso, la nostalgia tiñe de entrañables aquellos cuatro años de campaña. “Nuestra relación como integrantes de un equipo comenzó a gestarse en Sidney; él fue el primero que vino a felicitarme por la medalla y me abrazó. Recuerdo también que le comenté que no había podido llegar al oro, pero también que en los próximos Juegos iríamos juntos por una medalla. Dos meses después estábamos navegando juntos, tratando de adaptarnos mutuamente. Por eso es que la medalla de bronce de Atenas es un logro espectacular en nuestras vidas” comentó.
“Una de mis finalidades es poder transmitir una forma de trabajo” puntualizó el abanderado argentino.