Antes de arrancar la charla con Carlos De Casas, saca un ejemplar del Código Penal. No es un libro voluminoso. Mientras escruta las páginas del texto, pregunta: "¿sabe cuántas páginas tiene el Código Penal? Es esto", dice, tomando con dos dedos un montoncito de hojas, que no deben ser más de 100 carillas.
"Después de esto, se aprobaron un montón de leyes especiales para sancionar tipos de crímenes"; hay ley penal tributaria, de menores, de estupefacientes, entre tantas otras que no forman parte del Código Penal, pero que le sirven al destacado penalista para ejemplificar el desorden del cuerpo legal penal argentino, algo que considera uno de los problemas que inciden en la prestación del servicio de justicia.
"Un pibe corriendo una picada atropella una señora y la mata, entonces el parlamento aprueba una ley para agravar las penas en los homicidios culposos; ahora es más grave la lesión culposa que la dolosa. Si le piso el callo a alguien tengo que decir que fue a propósito y tengo una pena menor que si fuera accidental", relata De Casas para explicar lo espasmódicas que resultan algunas leyes penales..
Como se dijo, Carlos De Casas es un destacado penalista del foro local y por eso fue parte del ciclo de Encuentros de Los Andes, el capítulo referido a Seguridad y Justicia. Y es un abogado que recorre los recovecos del fuero penal, una voz autorizada para ofrecer otra perspectiva del tema.
“El primer problema es la infraestructura en general. Poca capacidad edilicia y poca capacidad de preparación concreta. Los fiscales no están suficientemente preparados para investigar. Hay fiscales que nunca pisaron una comisaría. Todavía las investigaciones las lleva adelante la Policía y al frente de una comisaría había un comisario, ahora hay un fiscal, es decir un civil que lo manda”.
-Algo dijeron usted y Kemelmajer sobre esto...
-Sí. Teóricamente quien está preparado para hacer la pesquisa es el policía y debería tener mucha preparación, como las mejores policías del mundo, en criminalística, estadística e informática. Hoy se pueden mover capitales por pantalla. Aquel día dije que los fiscales no saben leer un balance; me pregunto si saben cómo se mueve el mercado financiero, o lo que es una licitación pública.
-Ese funcionario es el que debe ordenar el trabajo del policía...
-¿Quién maneja la policía en una escena del crimen? En el caso Nisman, quien era fiscal de la Nación, acababa de denunciar a la presidenta y tenía 11 custodios. ¿Cómo se manejó esa escena? En Europa, en Chile, hay escuelas judiciales. Debería ser como en el servicio exterior de la Nación, que hay que cursar dos años en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación.
-En Mendoza hay un instituto de capacitación...
-Sí. A veces doy charlas ahí. No tiene nada sistematizado. He estado tomando exámenes en los Consejos de la Magistratura de la Nación y de la Provincia. ¿Qué se evalúa? En materia penal se rinde sobre derecho penal y minoridad. ¿Pero quién evalúa si el aspirante sabe de derecho civil? Le cae una usurpación, o un fraude bancario y tiene que saber. No se puede resolver un problema de límites si no están preparados en esa materia, si no dependen de otros. ¿Se contratan más relatores, que no son el juez y que pasan la agenda como la pasan?
Esa especialización se logra estudiando para ser juez.
-¿Qué le parece el debate respecto de la cantidad de abogados?
-Hay seis facultades de Derecho en la Ciudad. La estatal, Congreso, Maza, Mendoza, Aconcagua, Champagnat, dos en San Rafael, dos en San Juan, dos en San Luis y las que se puede estudiar on line. Eso incide en el alto nivel de litigiosidad. Tengo 40 años de profesión. Cuando yo me recibí no se estudiaba deontología, los problemas entre los colegas eran menores, de ética. Ahora las denuncias suelen ser por delitos, que se quedan con la plata del cliente u otros.
-Kemelmajer dijo que los abogados no están preparados para la mediación...
-No nos han formado para solucionar los conflictos, sino para armarlos. A uno le dan el diploma que es una especie de MK7 ruso (un arma de guerra) y sale a matar. Se imagina un médico recién recibido operando a un paciente? En cualquier lugar civilizado del mundo hay que rendir una matrícula y las barras de abogados exigen una preparación determinada, una antigüedad determinada o un examen. Eso es lo que indica la época.
-Desde la profesión, qué medida propondría que sería clave para mejorar la Justicia.
-¿Quién evalúa a los jueces? En Europa existe el Consejo Consultivo de Jueces Europeo, un cuerpo del Parlamento Europeo, del que participan jueces para evaluar el trabajo de los jueces. No se puede tocar la independencia de los jueces, pero hay que buscar la manera de hacerlo. Si de diez sentencias de un juez, en apelación dan vuelta ocho, algo está mal.
-¿Se toman muestras de los expedientes y se analiza el resultado?
-Hay un montón de formas de evaluar sin tocar la independencia.
-Cómo ve la introducción de la oralidad para agilizar los procesos.
-Justicia lenta no es justicia, pero justicia express tampoco. No me sirve de nada que fijen una audiencia para el martes y que el juez llegue a resolver un tema complicado sin haber leído todo el expediente. Diga lo que diga yo, el juez llega con la decisión tomada. Es mejor que se tome tres días para leer el expediente y que tome la decisión. Por ejemplo, tenencia de hijos y la libertad de un hombre. Si va preso, va a estar tres o cuatro meses, las cárceles se abarrotan. Es mejor que tenga tres días más y lea los expedientes de familia a que se haga la farsa de que resuelve rápido.
-En el encuentro tuvo un contrapunto con el ministro de Seguridad por la lucha contra las causas del delito.
-Entiendo al ministro de Seguridad cuando habla de "mano dura", pero yo estoy del otro lado, no digo que no haya que castigar, pero si realmente se quiere pelear contra la inseguridad, hay que atacar las causas. El mayor problema es el alcohol, en segundo lugar la droga y muy atrás el tabaco. Hay gente que se quema el cerebro porque no tiene para comer. Ese problema hay que atenderlo.
-Comodoro Py empezó a funcionar con el kirchnerismo ahora y parece que funcionará con el macrismo cuando Macri termine el mandato..
-Tienen un detector para el olor del poder...
-Qué le parece el proyecto de incrementar la cantidad de jueces de la Corte.
-No tengo miedo de que la Corte tenga nueve o diez jueces, por supuesto si alguien no quiere meter tipos para controlarla. Chile tiene 17 jueces, desde el punto de vista teórico prefiero más jueces que relatores.
-¿Qué piensa de la pelea entre el Gobierno y el ala "garantista" de la Justicia?
-El garantismo es un verso ideologizado que muestra cómo ingresa la política en el ámbito del derecho.
Las garantías están en la Constitución desde 1853.
El estado de derecho es lo que permite que las reglas de juego se respeten para todos.
Para De Casas la calidad institucional viene en baja
Tránsito y muertes son dimensiones de la inseguridad y Carlos De Casas las pone en el plano cultural que nos lleva al caos. "Hay que gastar guita educando a la gente.
Estamos en contra de la legalidad y es contagioso, porque saben que no pasa nada. En Rusia todos paran en la cebra peatonal, en Chile paran todos. Los argentinos creen que el tipo tiene que cruzar la calle corriendo", dice el letrado.
Le indicamos que los efectos de la educación sirven para dentro de 10 o 15 años, cuando los chicos salgan del sistema educativo, pero que hay soluciones que no deberían esperar tanto. "Hay temas que se pueden resolver con decisión política: el trabajo es uno", dice.
De Casas valora la relativa calidad institucional, a pesar de esas peleas entre el poder político y el judicial, pero también advierte que "tenemos una institucionalidad que ha venido decayendo”.
Perfil
Nombre: Carlos De Casas
Profesión: Abogado penalista
Estudió en la Universidad Nacional del Litoral. Tiene un posgrado de Desarrollo Gerencial en la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez (Chile).
Participó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y en el Comité de Derechos Humanos de la ONU.