Carlos Carrión el hombre que capturó la historia

El fotoperiodista mendocino, dejó para la historia una obra fotográfica fundamental para reconstruir la trama social y política de América.

Carlos Carrión  el hombre que capturó la historia
Carlos Carrión el hombre que capturó la historia

El reciente fallecimiento de Carlos Carrión trajo a la memoria la trayectoria de un gran fotógrafo mendocino que con su tarea constante y profesional honró durante casi 40 años su trabajo de reportero gráfico como prefería que lo reconocieran.

En sus comienzos en la década del '70, cuando se radicó en Buenos Aires, fue colaborador del diario La Opinión y al poco tiempo se desempeñó en Los Andes y El Andino.

Más tarde a partir de los ‘80 se incorporó como corresponsal en Sudamérica a Sygma -hoy Corbis-Sygma- la agencia francesa de prestigio internacional.

Con su cámara al hombro cubrió las luchas entre los regímenes militares y las guerrillas en Nicaragua y El Salvador, los sucesos de Chile bajo la dictadura militar de Augusto Pinochet, las atrocidades de Sendero Luminoso en Perú, el derrocamiento del general Noriega y la Guerra de Malvinas.

Un gran retratado suyo fue Nicolino Locche.

Su trabajos fueron editados en diarios y revistas como Time, Newsweek, Le Point, París Match, Le Fígaro, The New  York Time, Oggi, Reviú, Hola y Manchette.

Su retrato de Pinochet, durante una jornada militar en Santiago en una jornada lluviosa, es inolvidable en la historia del fotoperiodismo: en el mismo momento en que levanta su abrigo hasta la altura del cuello para protegerse del clima, la imagen combina su uniforme, su gorra, sus guantes negros y la sombra oscura sobre sus ojos. Esa foto se conoció mundialmente bajo el nombre de "El Vampiro".

Al ser expulsado de ese país para volver a ingresar y salir, debía hacerlo con valija diplomática.

Retirado de la actividad transcurrió sus últimos años en Tres de Mayo (Lavalle), en la compañía de su hijo Diego, lejos de los viajes en avión y la vida en hoteles.

Se lo recordará por lo que siempre fue: una persona de bien y un gran fotógrafo.

Otro reportero gráfico, Orlando Pelichotti, evocó al colega: "Fuimos testigos de su pasión. Siempre se aprendía a su lado. Uno de los reporteros gráficos más importantes que dio Argentina en las décadas del '80 y '90. Podía permanecer durante horas escondido entre la frondosa vegetación de Nicaragua, a la espera de la rendición de las tropas del general Noriega. Era de la vieja escuela, la de una sola obturación, que revelaba y mandaba el material rápidamente a la agencia. Feliz siempre por su condición de de que no todo lo instantáneo en la fotografía era lo bueno. 'No soy fotógrafo, soy reportero gráfico', fueron las últimas palabras que escuché de él", relató Orlando.

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