Carlos Bilardo y el complot del gobierno

Desde la Secretaría de Deportes, Rodolfo O’Reilly hizo todo para despedir a Bilardo a poco del debut, pero la prensa y Grondona lo defendieron.

Carlos Bilardo   y el complot del gobierno

Carlos Salvador Bilardo llegó a la Selección Argentina en 1982 para reemplazar a Cesar Luis Menotti. Consiguió una Copa del Mundo (1986) y un subcampeonato (1990). Julio Grondona lo designó luego del fracaso de la selección en el Mundial de España y fue el primero elegido exclusivamente por el fallecido presidente de la AFA, después de haber conseguido el titulo con Estudiantes en el Torneo Metropolitano. Además, tenía como antecedente haber llegado a la final de la Libertadores con Deportivo Cali en 1978, que perdió ante Boca.

Su debut fue en un amistoso contra Chile en mayo de 1983, un partido que terminó empatado 2 a 2 y su primer torneo oficial fue la Copa América de 1983, quedando afuera en la primera ronda. El ciclo de Bilardo empezó de manera muy complicada. Entre 1984 y 1985 se jugaron una serie de amistosos con resultados irregulares. Además, el equipo no mostraba un buen fútbol, lo que generaba una lluvia de críticas. Inclusive del mismo Menotti, lo que produjo un cortocircuito entre los dos técnicos.

Llegó el año 1985 y Argentina debió afrontar las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de México 1986. El conjunto nacional llegó al último partido ante Perú en el estadio Monumental con la necesidad de empatar o ganar para lograr la clasificación, pese a que había vencido de ida y de vuelta a Venezuela y a Colombia. Al término del primer tiempo, perdía 2-1 y se quedaba fuera de la Copa del Mundo, pero con un gol de Ricardo Gareca en la segunda etapa, logró rescatar un punto y así consiguió el pase para México.

En marzo de 1986, noventa días antes del arranque del mundial, el gobierno de Raúl Alfonsín, a través del secretario de Deportes, Rodolfo O'Reilly y el subsecretario Osvaldo Otero trató de desplazar a Bilardo de su puesto ante la certeza de un fracaso en el Mundial. 
El jueves 10 de abril, el secretario de Deportes, Rodolfo O'Reilly, se mostró disconforme con el rendimiento de la Selección en un reportaje que publicó

el diario Tiempo Argentino (propiedad de la Junta Coordinadora Radical capitalina que conducía el enigmático Enrique “Coti” Nosiglia). El título era elocuente: “Para O'Reilly, la Selección no juega a nada”. Lo que sigue es el pasaje de la entrevista que generó polémica:

-¿Qué? opina sobre la Selección argentina?

-Para mí no anda ni para atrás ni para adelante. Cada vez que la veo, no me gusta nada cómo juega. Creo que tiene muy buenos jugadores, pero hasta ahora no han demostrado ser un equipo. A mí, no me gusta nada…

-¿Pero usted tiene atribuciones para realizar un cambio de técnico, por ejemplo?

-Yo no tengo jurisdicción ni competencia sobre el tema de la Selección. Sólo es mi opinión sobre cómo juega.

El mismo día, O' Reilly se comunicó telefónicamente con el titular de la AFA, Julio Grondona. Los funcionarios habían sondeado a Grondona sobre una eventual destitución del técnico.  “Don Julio” admitió la comunicación, pero desmintió haber recibido “exigencias o pedidos fuera de lugar”.

Rápido de reflejos, cuando Bilardo se enteró de la existencia de un complot en su contra, llamó a un par de periodistas amigos para que salieran a apoyarlo públicamente.

Los medios hablaron de intento de “golpe de Estado” y Maradona fue uno de los que más defendieron públicamente al técnico. “Somos una Selección perseguida”, dijo el capitán en un reportaje en El Gráfico, atacando a los periodistas que criticaban el desempeño del equipo.

Aquellos que apoyaban a Bilardo (Víctor Hugo Morales, Adrián Paenza, Fernando Niembro, Marcelo Araujo, Enrique Macaya Márquez y José María Muñoz, entre otros) iniciaron una convincente y crucial defensa a la gestión.

Enrique Macaya Márquez contó cómo se frenó el despido. “Yo estaba en radio Rivadavia y a la tarde lo saqué al aire a Julio Grondona, que estaba en Suiza. Salió a apoyar a Bilardo y quedó demasiado abierto y público el hecho de que lo iban a sacar. El papel de la prensa fue fundamental y también el apoyo de Grondona”, aseguró.

Otro de los periodistas que apoyaron al técnico fue Ernesto Cherquis Bialo, desde la dirección de El Gráfico. “Escribí cuatro editoriales consecutivos apoyando a la Selección, a pesar de que jugaba muy mal”, dice quien hoy es jefe de prensa de la AFA.

Apoyado en el enojo de la gente, César Luis Menotti salió a crticar a Bilardo y a Maradona agudizó la grieta que habia entre ambos: “Me equivoqué porque le di a Diego una bandera. Él dice que el estilo argentino no existe, que lo único importante es ganar. Yo le recuerdo a Maradona que él juega así porque nació en la Argentina. Está negando una esencia”, decía el técnico campeón del 78 desde su columna en el diario Clarín.

Bilardo le salió a contestar por el diario La Nación: “A mí me ven con mi mujer y mi hija y no con una mujer desnuda en Alicante. […] Menotti dice que O’ Reilly tiene derecho a hablar. ¿Cómo es? ¿Se olvidó que dos meses antes del Mundial 78 salió un decreto de los militares que prohibía hablar mal de la Selección y del técnico? ¿Cómo es? ¿Cuando él está adentro no se puede hablar y cuando está afuera sí?”.

Ante todos los rumores, el plantel armó una reunión en la gira previa en Colombia y se juramentaron ganar el Mundial. “fue fundamental porque terminó de afianzar al grupo. Habían pasado algunas cositas dentro del plantel y era necesario poner en claro algunos temas. Nos dijimos de todo, hubo insultos, e incluso se puso a disposición de quien así lo quisiera la renuncia a la Selección. Aquel que tuviera algo en contra del grupo, que se fuera; los que quedábamos seguiríamos respetándolo, pero no queríamos tenerlo entre nosotros”.

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