¿Cómo hizo una mujer policía que manejaba una camioneta nueva para perder en una persecución, que sólo duró cuatro cuadras, a un viejo Fiat 600 en el que iban los presuntos asesinos de la empresaria de Tunuyán Norma Carleti?
La pregunta se la están haciendo en la Inspección General de Seguridad -el organismo encargado de controlar el trabajo policial-, que ha abierto un expediente para investigar el accionar policial y también de penitenciarios porque uno de los detenidos -Kevin Guerrero- tenía una pulsera magnética.
Los investigadores se preguntan por qué la única uniformada que enfrentó a los delincuentes iba sola.
También se preguntan por qué la mujer sólo pudo alcanzar con el móvil policial una velocidad de 53 kilómetros por hora en la fallida persecución.
Otras incógnitas a develar son: por qué no sacó el arma y disparó al aire para disuadir a los delincuentes, o bien por qué no les dio la voz de alto.
En el expediente judicial del caso más policial importante del año, la uniformada en cuestión -la auxiliar Daniela Carmona (34)- dice que comenzó la persecución porque "un vecino me hace señas para que siguiera a los sujetos". En otro momento dice que al iniciar la persecución colocó la marcha atrás y "no le respondió" y luego que frenó frente al Fiat "para evitar un accidente".
Si bien la mujer no logró detener a ningún delincuente, 5 días después se transformó en testigo "estrella" porque, al declarar, dio los nombres de Kevin y Alexis Guerrero.
Hasta ahora nadie sabe quién era la tercera persona que iba en el Fiat 600 blanco que, horas después, lo encontraron quemado a 5 kilómetros de la escena del crimen.
Sola en una camioneta
Así empezó todo según el acta policial del procedimiento: a las 0.15 del 5 de marzo pasado ingresa al CEO el llamado de una vecina de la calle República de Siria de Tunuyán que reporta a una mujer gritando. Se desplaza el móvil 2681 -una camioneta- conducido por Carmona, quien va sola, sin un acompañante como establece el protocolo.
El móvil estaba en Godoy Cruz y Pellegrini y cuando llega a la esquina de Yrigoyen y República de Siria la policía escucha un silbido pero no ve a nadie y se queda allí porque el CEO no le ha dado el domicilio exacto de Carleti.
Ahora, desde el CEO le dicen que ha ingresado otra llamada denunciando que se está produciendo un robo en el lugar y ordena que otros autos se desplacen para apoyar a la solitaria policía.
En ese momento, Carmona ve salir del jardín de la casa de Carleti a un individuo con buzo blanco y encapuchado con algo en las manos.
El sujeto se dirige hacia el sur, hacia la calle Almirante Brown, y se reúne con otra persona de buzo gris oscuro. Los dos se encaminan hacia la calle Dalmau.
En ese momento, la policía, que nunca se baja del móvil, los ve dirigirse a un Fiat 600 blanco estacionado en Dalmau y Almirante Brown, donde hay un tercer individuo en la parte de atrás.
Entonces decide actuar y les atraviesa la camioneta para que no se suban al auto y escapen.
Pero no logra detenerlos, por lo que los dos hombres se suben al "Fitito" y escapan por Dalmau hacia el este, toman Alem hacia el sur, hacen dos cuadras hasta Marinelli y cuando llegan a Yrigoyen los pierde de vista.
Para realizar esta persecución de solo cuatro cuadras, la velocidad que desarrolla la camioneta de la mujer policía -según el registro del GPS- es de una lentitud pasmosa: empieza a 55 kilómetros por hora, baja a 47 y luego a 22, finalizando la persecución a 53 kilómetros por hora.
Luego, en un acta de ratificación, la auxiliar Carmona dice que perdió de vista al auto en Marinelli e Yrigoyen y que una de las tres personas que se escaparon "sería" Kevin Guerrero.
“Llegué a Yrigoyen y no los vi más”
Después vuelve a declarar ante el fiscal Adrián Frick y cuenta que vio salir a dos personas de la casa de Carleti hacia el este, por Almirante Brown, y que un vecino "me hace señas para que siguiera a los sujetos, por lo que acelero la marcha y al llegar a Brown frené porque los sujetos iban en dirección contraria, para evitar un accidente".
Ahí dobló en contramano por Almirante Brown y los sujetos iban a 30 metros de Dalmau y se suben al Fiat 600.
Entonces tomó la radio para pedir apoyo. El Fiat la esquivó y salió por Dalmau hasta el oeste. "Entonces coloqué la marcha atrás; no me respondió; intenté nuevamente y logré salir detrás de los sujetos", que ya le habían sacado casi una cuadra de ventaja.
"Cuando comencé la persecución ellos iban a 80 metros por calle Dalmau y giraron por Alem hacia el sur. Cuando llegué a ésta y doblé en el mismo sentido, ellos giraron por Marinelli hacia el oeste. Al llegar a Yrigoyen giraron al sur y los perdí de vista. Llegué a Yrigoyen y no vi más las luces", declaró la uniformada.
En esta declaración realizada el 10 de marzo la policía reconoce a Kevin Guerrero por primera vez, diciendo que lo conocía de antes por otros procedimientos en que estuvo implicado.
Luego también reconoce por primera vez a Alexis Guerrero, porque -dice- el día 7 de marzo lo vio en la Alcaidía de Tunuyán y ahí se dio cuenta de que era uno de los que iba en el Fiat, "pero no dijo nada porque esperaba que me llamaran a declarar".