Carina Chacón no es una mujer común. Es de las personas que vale la pena conocer, charlar, aprender y permitirse admirarla. Porque si bien esta nota surgió para dar a conocer que su próximo desafío será el Mundial de Ironman 70.3 en Niza, y que es la única mendocina que competirá, también vale la pena tomar cada palabra que salió de su corazón.
En esta charla con Ellas, y a sus 48 años, la atleta del Club Mendoza de Regatas descubrió que el triatlón la puso en un camino que ni ella pensaba dónde la llevaría. Para Carina, la competencia le dará un premio impensado.
"Cuando empecé con el triatlón, hace más de 20 años, no tenía rama femenina. Y cuando me inicié- yo fumaba- no me hacía ni la pileta de 25 entera. No me daba la vuelta al Lago sin morirme", nos dijo entre risas. "Mi desafío era nadar. No tenía ni bicicleta y corrí mi primer promocional (sprint) y lo terminé. Esa fue una satisfacción, y a partir de ahí no dejé de entrenar", relató en el comienzo de su historia.
Bajo las indicaciones del entrenador de la Selección, Raúl 'Turco' Lemir, Chacón comenzó a perfeccionarse, a la vez que encontró en su grupo de compañeros un apoyo incondicional. "Este deporte te atrapa y muy pocos han abandonado".
"Cuando corrí en Coquimbo no era mi meta ganarlo. Fue en octubre pasado y concurrió todo el grupo, fue más como un viaje de egresados. Ni idea tenía de que se clasificaba para un Mundial", confió.
Y continuó: "Fue una carrera difícil, me prestaron una bici, corrí sin reloj (se me rompió) y fue durísima e interminable. Se me salió seis veces la cadena y cuando me bajé de la bici para arreglarla me pasaban todos, por lo que pensé 'no alcanzo a nadie'. Pero empecé a correr sin tomar el tiempo. Lo hice con el corazón y a un ritmo rápido y pensé 'yo a este ritmo me banco los 21 kilómetros'. Y pasé gente hasta llegar a la meta. Allí me enteré que había ganado en mi categoría y obtuve el cupo para Niza", expresó la campeona.
"Le conté a mi entrenador que había ganado el cupo y le confesé que no sabía para qué era tal cosa. Y él solo me contestó: 'es una experiencia importante, no sabemos si se te dará otra vez. Aprovechalo'. Hasta hoy no sé la dimensión que es competir un Mundial de Ironman", manifestó.
En su segunda prueba, en Pukón, Carina la vivió con mayor esfuerzo. Sin embargo, no bajó los brazos. De hecho no es su costumbre, al contrario. "Después fui a Pukón, y también gané. Y confirmé que tenía que ir. Eran 2.100 corredores y el trote fue lo más complicado. Me bajé mal de la bici pero el trote es lo mío, me llenó de alegría. No pensé en el cansancio y me liberé". Sin resto físico valió más la cabeza y el valor, que su desgaste. Y ahí supo que "tengo que ir a ese Mundial".
Cuando se enteró que era en Niza, Francia, sos ojos verdes se llenaron de lágrimas -como volvió a suceder durante la entrevista-. Y es que dio un argumento muy emotivo: "En Europa vive mi hermano Rafael y hace más de 40 años que no lo veo, porque la vida nos separó cuando éramos niños".
Con una mezcla de angustia e ilusión, Cari, explicó: "Ir al Mundial significa una experiencia muy linda desde lo deportivo pero una gran oportunidad de ver a mi hermano y de conocer a mis dos sobrinos, Sebastián y Gabriel, que me van a ir a alentar. Ellos están en Escocia y todo esto es muy emocionante. Todo lo que hago, lo hago de corazón y no pensé que este Mundial me daría esta oportunidad de reencontrarme con mi familia".
Sin aliento, la triatlonista se abrió y contó: "Tuve una vida bastante difícil y el triatlón me dio una tenacidad increíble. Me enseñó a fortalecerme, pero también a no dejarme caer, más allá de ser proactiva. Es un motor para sobrepasar obstáculos, mantener la cabeza en alto, siempre pujante pero es un sacrificio también. Este deporte me ayudó a tener una vida sana alejada de un montón de otras cosas. Aprendí a ser siempre positiva".
"He llorado en el agua, en el trote y cuando termino estoy aliviada. Este deporte me enseñó a no mirar para atrás. Ademas de darme a un grupo de personas que aprecio y me contiene. A veces cuesta venir a entrenar pero hay que ser constante porque después de entrenar, se ve todo distinto. Si hay algo que no hago es abandonar, no me lo permito. Yo llego aunque sea al final", expresó.
"Por ahí no sé lo que quiero, pero sí sé lo que no, que es volver al pasado. Por eso intento ser ordenada, disciplinada, de tener palabra, de ser constante, de manejarme con esos valores e intentar conservarlos y transmitirlos. Hay muchas mujeres que han tenido un pasado triste como yo. Y las entiendo. Pero no hay que caer, que abandonar", aconsejó.
Carina es empleada en una oficina y además, ama de casa. No ostenta riquezas, pero brilla como oro.
Para el Mundial, cuenta Carina, no irá con una bicicleta propia. "Tengo una viejita que me compré en el 2000. Mi bici es mala, por eso para competir en el Mundial voy alquilar una. Lo único nuevo que me llevo son las zapatillas Hoka que todavía están en la caja porque son lo mejor que voy a llevar".
Simple, modesta y con una gran espíritu, ella empuja hacia adelante. Una alquimista natural que transforma lo negativo de su pasado en energía para el futuro. Esa que le hace ganar no sólo las carreras deportivas, sino también las pruebas que le pone la vida. "El triatlón para mi es un premio de Dios", concluyó. Y vaya que si no lo es. La espera un Mundial y el reencuentro con su único hermano, después de 40 años.
¿Qué es el Ironman?
El triatlón de larga distancia data de 1978 cuando en Hawaii, el Infante de Marina Americano John Collins propuso la prueba combinando natación, ciclismo y la maratón, para saber qué atletas eran mejores.
Las competiciones eran la Waikiki Roughwater Swin de natación (4km), la Around-Oahu Biki Race (180 km) y la Marathon of Honolulu (42km195). Quince hombres participaron y solamente una docena logró completar las pruebas. Gorodn Haller fue el primer "Hombre de Hierro".
Un Mundial con 6 mil atletas inscriptos
Niza acogerá a los mejores atletas de elite de Ironman del planeta el fin de semana del 7 al 8 de setiembre próximo. En total serán 6 mil competidores de todo el mundo. La carrera se desarrollará en las aguas cristalinas del mar Mediterráneo, un desafiante recorrido por Promenade des Anglais.
Allí Carina Chacón competirá en Ironman 70.3 Half, modalidad que comprende 1,900 kilómetros nadando en aguas abiertas, 90 km de ciclismo de ruta y 21,097 km de carrera a pie.
Su boleto a Niza
Primera en Ironman 70.3 de Coquimbo logrando un tiempo de 1h40. Y después ratificó su cupo en Pukón.
Antecedentes
Además, Carina es la primera mujer de Mendoza en haber completado dos Ironman en la distancia full (140.6 millas) que consta de 3.800 metros de natación, 180 km de bici de ruta y la maratón con 42 kilómetros. Fue en el 2014, con el Ironman 140.6 African South Africa y Brasil, más precisamente en Florianápolis.
En el 2016, participó en el Ironman 70.3 que se organizó en la Argentina, "South American Buenos Aires". En el 2015, hizo el Cruce que comprendió Colombia-Argentina-Chile, carrera de trail de 100 km para las tres etapas, y que partió desde el Cerro Catedral de Bariloche a la frontera con el país trasandino (fue ida y vuelta). Por último, en el 2017, Carina Chacón realizó el Cruce a nado del Lago Nahuel Huapi, partiendo desde Neuquén y llegando a San Carlos de Bariloche. Llegó segunda después de nadar 10 km en aguas heladas, con un registro de 2 horas, 40 minutos.