Cardiff es la pintoresca capital del País de Gales. Se ubica en una bahía sobre el Canal de Bristol en el sur del Reino Unido.
Una ciudad muy accesible donde se pueden ver los sitios de interés a pie o en bicicleta.
Dejé subtes, tranvías y buses de lado y la caminé toda. Me sorprendió lo intrincado del idioma galés. Completamente diferente al inglés y con palabras larguísimas. Una estación de tren que debe figurar en el Libro Guinness se llama: Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrdnrobwlllantysiliogogogoch. No es broma. Había tenido mi primer contacto con la cultura galesa en un viaje a la Patagonia donde visité la ciudad de Gaiman que nucleó a la mayoría de los inmigrantes de ese origen que poblaron Argentina.
En una casa de té probé la deliciosa torta galesa que, irónicamente, no encontré después en el mismísimo Gales. La atracción principarles el Castillo de Cardiff en el norte de la ciudad.
Es llamativa la torre del reloj donde cada 60 minutos asoman coloridas figuras anunciando la hora desde un Cucú gigante. Detrás del castillo, junto al Bute Park, está el City Hall o Municipalidad dominando el Centro Cívico y la prestigiosa Cardiff University. Justo enfrente se emplaza el Museo Nacional con secciones para disfrutar sobre arte, historia natural y arqueología. Sus habitantes son muy tranquilos y viven sin el estrés de las grandes capitales.
Me asomé al fabuloso Millenium Stadium construido especialmente para el Mundial de Rugby de 1999. Este es el deporte nacional, muy por encima del fútbol. Hay infinidad de tiendas que venden productos para la práctica de este juego. La Welsh Rugby Union Store (Unión de Rugby de Gales) está ubicada en la entrada del estadio y ofrece la indumentaria oficial. Allí se exhiben camisetas firmadas, trofeos y medallas ganadas por los aguerridos rugbiers locales, verdaderos ídolos nacionales. Vencer a los ingleses, inventores de este juego, es para ellos un placer supremo ya que no tienen mucha simpatía por sus poderosos vecinos de la isla.
Paul Mc Cartney realizaba una gira mundial y en tres días tocaba en este estadio. Ya estaban colocando el escenario y los equipos de sonido. La arquitectura del domo es soberbia. Hay cuatro estructuras metálicas que, situadas junto al río Taff, semejan las velas de un bote surcando las aguas. La zona de la bahía ha sido renovada como complejo de ocio al estilo de Puerto Madero y en verano es muy agradable sentarse a tomar un café mirando el mar. En los mástiles flameaba la bandera galesa que es mitad blanca y mitad verde con un dragón rojo en el centro. Es de origen romano ya que antaño esas tierras eran dominios del César. Me gustó tanto el dragón lanzando fuego que lo tengo tatuado en la cara interna de mi antebrazo derecho.
En la zona residencial más alejada del centro se halla la Catedral Anglicana de Llandaff. Se llega en bicicleta a unos 20 minutos del centro. Es de estilo gótico y data del siglo XIII. Todo tipo de historias se han tejido sobre este antiguo edificio. La más pintoresca dice que es muy habitual la presencia de fantasmas en distintos rincones a tal punto que se ha creado el "Ghost Walk" nocturno para mayores de 13 años que es una visita guiada por los lugares habituales de las apariciones.
Esta ciudad cobró renombre para los argentinos a partir del accidente aéreo que sufrió en el Canal de la Mancha el jugador oriundo de Santa Fé, Emiliano Sala, quien estaba a punto de incorporarse al principal club de la ciudad, el Cardiff City, en cuyo estadio juega de local la Selección Galesa.
Datos
Visita al castillo de Cardiff: 15 dólares
Museo Nacional: Gratuito
Tour por le Millenium Stadium: 9 dólares
Un café en la zona de ocio de la bahía: 3 dólares
Ghost Walk: 15 dólares (llevar linterna)
Tour para 6 personas por el Cardiff City Stadium: 40 dólares