Pasaron muchos años de espera y de abandono, casi 2 décadas, pero hace algunas semanas se produjo un acontecimiento muy celebrado en el Sur provincial, cuando la ex Carbometal de El Nihuil (San Rafael) puso en marcha uno de sus hornos y la producción retornó.
El humo volvió a salir de las chimeneas de la planta que fue creada, al igual que otras compañías, por el gran pionero industrial y hacedor de trabajo que tuvo la provincia en los años '60, '70 y '80, el ingeniero Florencio Bienvenido Casale, fallecido en 1987.
De esta forma se produce otra vez ferrosilicio en la Argentina para proveer a las acerías nacionales e intentar la exportación.
La iniciativa, con apoyo indudable de la Municipalidad de San Rafael, interesada en recuperar fábricas, fue llevada a cabo por la metalúrgica privada, Manferro SA.
La firma intentará ahora sustituir importaciones por U$S 12 millones al año y generar ventas al exterior por U$S 6 millones.
La planta tendrá una capacidad de producción de 1.000 toneladas por mes de ferrosilicio, de las cuales 70% se destinará al mercado interno y el 30% restante al exterior.
Lo ocurrido en el Sur no es un hecho que vaya a producir variaciones profundas en la complicada economía local ni a disminuir las dificultades que tiene la provincia, pero la recuperación de la actividad fabril de El Nihuil es un suceso muy promisorio, que brinda esperanza. Todo un pueblo, muy castigado por el desempleo, la falta de oportunidades y el desarraigo, se ha sentido tocado en sus fibras íntimas.
Según los datos proporcionados por la misma empresa, entre 90 y 100 personas de la zona fueron incorporadas y ese plantel ya en servicio plantea un aliciente muy fuerte. Además, un puñado de técnicos electromecánicos, personas jóvenes en general, está llevando a cabo las capacitaciones del personal.
Entonces, está en curso una gran expectativa en torno a la producción fabril generada por la empresa que hizo la inversión de riesgo.
Viene bien recordar que la fábrica de Casale cerró en febrero de 1992, reinició labores en marzo de 1995 y dejó de funcionar definitivamente en febrero de 1997. Todos -el Gobierno, la firma que hace el emprendimiento y los trabajadores- esperan que no haya nuevas frustraciones y la producción del estratégico material se mantenga en el tiempo.
En otro orden de la realidad económica, la producción de energía renovable, hay un hecho para comentar y que involucra a la región norte de la provincia. Se trata de la puesta en marcha de la histórica central La Lujanita, en Luján de Cuyo, bajo el nombre de Pequeño Aprovechamiento Hidroeléctrico (PAH), que abastecerá de energía a unas 4.300 familias.
La vuelta a la operación de esta centralita es una apuesta de la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo (gestión Marcelo Estrella Orrego) y un desafío de los empresarios que la recuperaron y la pusieron a andar, Sirj SRL, que la operaran por 15 años con opción a renovación. Hace unos años había sido desmantelada por vándalos y ladrones; ahora, está recuperada.
