Los productos ricos en carbohidratos son los más populares del mercado, por ser mucho más accesibles en todo sentido (precio, disponibilidad, publicidad, practicidad para ser consumidos) también son los más consumidos, suelen poseer también altos niveles de azúcares simples, y asegurar una dieta pobre en nutrientes.
Panes, galletas, golosinas, bebidas azucaradas, alfajores, bombones, etc. son, por lo general, alimentos procesados, con grandes cantidades de harinas y azúcares. Si bien es cierto que el azúcar funciona como combustible para músculos, células y diversas funciones del organismo, el cuerpo también necesita nutrientes para lograr este objetivo, por lo que consumir grandes cantidades de azúcar significa llenar al cuerpo de calorías vacías.
Una alimentación rica en productos procesados nunca sacia el apetito ya que el cuerpo sigue pidiendo nutrientes para funcionar correctamente y desea comer siempre más, con el correspondiente aumento de peso y dificultades de salud que esto implica.