Sergio Salgado se hizo "famoso", luego de ser destituido como intendente de Santa Rosa con el aval de todos los concejales, incluso los de su partido, el Justicialista.
En 2009, durante 112 días, Salgado debió dejar su cargo y luego la Corte provincial determinó que el proceso de destitución no era válido.
Con el apoyo del por entonces gobernador Celso Jaque, retomó el mando del departamento del Este, aunque siempre mantuvo cierta rispidez con todo el Concejo Deliberante.