La policía chilena desalojó la madrugada de ayer 28 colegios ocupados por centenares de adolescentes que exigen cambios drásticos en la enseñanza y detuvo a 122 secundarios en un operativo que dejó dos policías heridos, informó el gobierno.
Las escuelas desalojadas serán utilizadas el domingo como centro de votación en las inéditas elecciones primarias que decidirán a los candidatos únicos de la centro izquierda y la centroderecha que el 17 de noviembre competirán por suceder al presidente Sebastián Piñera.
La Asociación de Municipalidades, que agrupa a la mayoría de los 345 alcaldes del país, repudió los desalojos, la interrupción del diálogo que mantenían con los dirigentes estudiantiles para lograr que liberaran las escuelas y una fallida solución alternativa que plantearon al Servicio Electoral.
Su presidente, Santiago Rebolledo, declaró a radio Cooperativa que la decisión del gobierno le recordó "los peores momentos de la dictadura" de Augusto Pinochet (1973-1990).
El mando policial utilizó agentes de calle para desocupar las escuelas y no efectivos antimotines como temían los alcaldes y los propios alumnos.
El ministro del Interior, Andrés Chadwick, dijo en rueda de prensa en el palacio de gobierno que "luego que el diálogo no dio los resultados esperados y estando a 72 horas de las elecciones primarias del domingo, como gobierno teníamos la obligación de garantizar que los recintos de educación iban a estar disponibles para su preparación previa y para el día de la elección".
Agregó que de los 18 recintos liberados en el Gran Santiago, la policía encontró oposición en tres, dos de mujeres y uno de varones.