Al concentrar servicios bancarios, comerciales, de salud y esparcimiento, junto con una gran cantidad de espacios verdes, la Ciudad de Mendoza parece ser el lugar predilecto de los adultos mayores, tanto para los que habitaron allí durante toda su vida como aquellos que tienen la posibilidad de migrar desde otros puntos de la provincia.
Un indicador de este fenómeno se refleja en la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) 2018, elaborada por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE).
Allí se detalla que el índice de envejecimiento a nivel provincial es de 39,8, pero en Capital se duplica y llega a 81,3 (con un coeficientes de variación de 10% y 20%). Se trata de una variable que mide la cantidad de personas de 65 años o más por cada 100 personas de 14 años o menos, y es tomado por la DEIE como "indicador de los cambios en la estructura de edades de la población", tal como se detalla en el informe de la encuesta.
En segundo lugar, en orden decreciente, aparece Godoy Cruz, con un valor mucho menor (53,9 con el mismo coeficiente de variación que el anterior) y en tercero General Alvear (53,6).
En el otro extremo, el índice de envejecimiento es menor en el departamento de Tupungato (18,7), seguido por Lavalle ( 21,3) y por Malargüe (23,5). Los tres, con un coeficiente de variación de entre 10 y 20%.
A Rodrigo Olmedo, secretario de Gobierno de la municipalidad de Capital, el dato no le sorprende, ya que remarca que desde la comuna son conscientes de que allí existe una población envejecida que es considerable en relación a otros departamentos. "No se trata de un fenómeno en particular de la Ciudad de Mendoza, sino que se repite en otras ciudades de similares dimensiones ", explicó.
Para el funcionario esta tendencia tiene distintas causas. "En primer lugar tiene que ver con la nueva constitución de los espacios, donde la familia gestiona su vida, que actualmente se da más en barrios privados y en zonas más alejadas", comentó. También se refirió, por un lado, al aumento en la expectativa de vida y por el otro, al achicamiento de las estructuras familiares. "La composición del núcleo familiar ha variado, hay más familias monoparentales o parejas con un solo hijo, cuando antes era más frecuentes que las personas tuvieran tres, cuatro o cinco hijos", manifestó el secretario.
Asimismo subrayó que estos cambios en la composición social deben ser tenidos en cuenta por los gobiernos locales. "Los adultos mayores son una población que lejos de tener una actitud pasiva tiene una actitud activa, asume responsabilidades y demanda servicios", manifestó. Por esa razón desde la comuna ofrecen una gran cantidad de programas pensados específicamente para ellos tales como talleres, actividad física, clubes de día, ciclos de cine, alfabetización digital, escucha telefónica a través del Fonoamigo, entre otras.
Además, la Capital integra el programa Ciudades Amigables de la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Apunta a tener organizaciones públicas y civiles que contengan a todas las poblaciones pero particularmente se habla del envejecimiento saludable y justamente en eso estamos trabajando", adelantó Olmedo.
Con una mirada más provincial, Aldo Sáez (titular de la dirección de Atención de Adultos Mayores del Ministerios de Salud, Desarrollo Social y Deportes de Mendoza), señaló que la nuestra es una de las provincias que más está envejeciendo en comparación con el resto del país. Por eso desde el gobierno de la provincia también han avanzado en políticas para ofrecer una vejez activa sin problemas de salud, tales como la capacitación a choferes de colectivos, boleto gratuito para mayores de 70, entre otras.
Con respecto a Capital reconoció que han notado una mayor cantidad de adultos mayores que en otros puntos de la provincia. "Los que viven en la ciudad no quieren irse a otro lado y se suman los que se mudan buscando un lugar más seguro, más chico –generalmente un departamento– y más cercano, para evitar tomar el transporte público", detalló a la vez que concluyó que en definitiva es cómoda para esta población.
Por otra parte, informó que además de Capital los otros cinco departamentos que conforman el Gran Mendoza están trabajando dentro del programa de Ciudades Amigables de la OMS.
Evitar dependencias
Por su parte, el doctor Juan Carlos Scipioni, presidente de la Fundación Gerontológica de Mendoza, remarcó que como el adulto mayor no tiene tanta capacidad de trasladarse como la que tiene la gente joven, busca un lugar donde pueda desarrollar sus tareas a 15 o 20 minutos de distancia. "Lo más feo en la vejez es ser dependiente y los adultos mayores nos volvemos dependientes cuando construimos vidas con distintas discapacidades", precisó, y enumeró que hay discapacidades sociales, económicas, afectivas, físicas, entre otras. "Son discapacidades que se deben aprender a evitar para cuando se llegue a viejo, y así no depender de los demás, aunque eso sea algo que nunca nos enseñaron", expuso. Por esa razón aseguró que cuando se vive cerca de los afectos se evita la discapacidad afectiva, y a la vez, cuando se encuentra cerca de los centros de consumo se puede combatir la discapacidad económica.
Con respecto al concepto de Ciudades Amigables consideró que es muy positivo para que se consideren todo los aspectos necesarios para los adultos mayores, pero antes remarcó la necesidad de trabajar el tema a nivel social. "Creo que se debería trabajar primero en el concepto de ciudadanos amigables con los adultos para luego tener ciudades amigables con ellos, ya que si bien se ha empezado a modificar un poco el panorama, todavía se sigue discriminando a las personas mayores en muchos aspectos de la vida cotidiana", se lamentó.
En primera persona
El presidente de la Fundación Gerontológica de Mendoza, el doctor Juan Carlos Scipioni, está a punto de cumplir 78 años y sigue siendo social, laboral y económicamente activo.
“Yo vivía en Guaymallén y me mudé a la Ciudad para poder mantenerme así”, relató.
Sin tener la obligatoriedad, él sigue trabajando, por lo que también decidió establecer su hogar más cerca de su lugar de trabajo. De todas maneras aclaró que el concepto de "estar activo" en el adulto mayor no es sólo trabajar, sino desarrollar la afectividad, alguna actividad física, tener una actividad social, entre otros.