Caos vehicular, sin miras de solución

Múltiples factores determinan la anarquía en el tránsito en el Gran Mendoza. Lo peor es que no hay visos de corrección en el corto plazo.

Caos vehicular, sin miras de solución

Recientemente, los intendentes de Capital y Guaymallén, más el secretario de Transporte, se reunieron para intentar soluciones ante el grave problema de tránsito en la zona metropolitana, que se corona con el caos vehicular que exhibe la ciudad de Mendoza.

La problemática del tránsito no solo afecta a la Ciudad, a la que ingresan alrededor de 250.000 vehículos por día y a los que se suman los de los vecinos de la Capital, sino que es propia a los departamentos vecinos, especialmente  Godoy Cruz y Guaymallén. Por este motivo, los equipos técnicos de los municipios están estudiando, entre otros aspectos, accesos y arterias que conecten Capital con Guaymallén, a los efectos de mejorar la circulación.

Una opción es dar mano única a un tramo de Adolfo Calle, en Dorrego, continuación de calle Morón en ciudad. Pero, aun no hay decisión al respecto. Es un aporte para tratar de atemperar la fenomenal congestión de vehículos que tratan de salir de la ciudad en las horas de mayor tránsito, pero no eliminará el problema en general ni mucho menos.

El parque automotor de Mendoza ha crecido tanto que ya no es posible seguir funcionando como un pequeño pueblo, como antaño. El desorden vehicular tiene directa relación, en primer lugar, con las deficientes calles, rutas que disponemos y con las frecuencias del transporte de pasajeros.

El que tiene un auto, es difícil que opte por usar un colectivo, porque no es apto ni cómodo. Pero, el que no posee movilidad propia se ve en la necesidad de utilizar este mal servicio.

Por otra parte, se podrían estudiar los horarios de trabajo, ya que la administración pública, el comercio y muchas empresas continúan haciendo horario cortado, situación que duplica el desplazamiento de automotores, generando además una mayor contaminación.

Habría que discutir si sería conveniente para Mendoza, lo que han adoptado las ciudades avanzadas del mundo: un horario corrido de trabajo, alternativa que simplificaría mucho las cosas con un ingreso de vehículos y otro de egreso.

También se deben promover variantes en la entrada a la ciudad. Sería conveniente que quienes vienen del sur (Acceso Sur), no siempre tomen el empalme con el Acceso Este para acceder a José Vicente Zapata. Una opción sería continuar por Mitre (Guaymallén) hasta Bandera de los Andes o seguir hasta llegar a O'Brien (San José), vía que conduce hacia el oeste. Si se viaja de sur a norte, existe la posibilidad de conectar la Costanera a la altura de Rodríguez Peña y atravesar Godoy Cruz sin mayores dificultades.

Otro de los trastornos se genera especialmente a primera hora de la mañana, cuando una “avalancha” de automotores avanza hacia el Centro en las jornadas laborables. Los empleados de Casa de Gobierno y el Poder Judicial ocupan los espacios de varias calles del barrio Bombal, donde resulta imposible para los propietarios estacionar hasta que cesa la actividad administrativa. Y si se registran piquetes o cortes por protestas en algunos de los puntos de ingreso a la capital, especialmente en el nudo de Costanera y José Vicente Zapata, el panorama de descontrol se duplica o triplica.

Un inconveniente más se registra en las escuelas céntricas. A la entrada y a la salida de los alumnos, los padres estacionan en doble y hasta triple fila, entorpeciendo el tránsito, pero reconocemos: ¿cómo pueden hacer para dejar y retirar los chicos con cierta seguridad?

El tema del estacionamiento es igualmente uno de los grandes debates. El ingeniero vial Dante Civelli, por años presidente del Centro de Ingenieros, es drástico y opina que la ciudad ha crecido y deberían repensarse los estacionamientos en San Martín, Rondeau, San Juan y otras arterias. En este aspecto se añade el desmedido precio de las playas de estacionamiento, al parecer sin control y que ni siquiera emiten factura.

En Santiago de Chile, se aplicó el sistema de que según los días de la semana podían entrar al microcentro solamente los autos con chapas pares o impares.

El caos vehicular está presente, los mendocinos convivimos con él y no se ve en lo inmediato la forma de corregirlo para bien de los ciudadanos que circulan por el entramado vial del Gran Mendoza. La cooperación es ciudadana solo puede darse manejando juiciosamente y no usando el auto si hay otra posibilidad de traslado.

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