Largas colas y quejas del público marcaron ayer el inicio de los controles más rigurosos en los aeropuertos brasileños ordenados por el presidente Michel Temer tras los atentados en Niza el 14 de julio.
“Justo ahora hacen más controles cuando la gente está tomando vacaciones, sin avisar nada. ¿Así es como el país quiere organizar los Juegos Olímpicos?”, dice Renata en el Aeropuerto de Cumbica, en San Pablo.
“Espero que no perdamos el vuelo, vamos a pensar en positivo, pero la verdad es que una se enoja con esto”, agregó la pasajera mientras hacía cola y dialogaba con una reportera de la radio Joven Pan.
Situaciones similares se vivieron en los aeropuertos de Río de Janeiro, donde se incrementan las medidas de seguridad a menos de tres semanas de los Juegos Olímpicos.
El viernes pasado, el presidente Temer ordenó adoptar medidas más severas para evitar el ingreso y desplazamiento de potenciales terroristas.
El general Sergio Etchegoyen, jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, reconoció que el público podrá sufrir inconvenientes y por eso se recomienda a los pasajeros de vuelos de cabotaje llegar con más anticipación.
Por otra parte, las autoridades de seguridad brasileñas realizaron el sábado y domingo simulacros de atentados terroristas con bombas en una estación de tren.
Los ejercicios -que estaban previstos antes de que ocurriera el cruento ataque del viernes en Niza, Francia, donde hubo al menos 80 muertos y 120 heridos, muchos de ellos graves- se desarrollaron en una estación ferroviaria próxima al complejo deportivo Deodoro, una de las cuatro sedes donde se concentrarán las competencias olímpicas, junto con Maracaná, Copacabana y Barra da Tijuca.
En uno de los simulacros, dos falsos terroristas colocaron una bomba en un vagón de tren detenido y simularon un ataque a tiros contra los pasajeros. Inmediatamente, un grupo de militares llegó al lugar para contenerlos.
Miembros de fuerzas especiales descendieron luego de dos helicópteros y con información de los militares que ya estaban en el lugar neutralizaron a los falsos terroristas utilizando una granada.
“El ejercicio fue muy útil porque nos permitió trabajar sobre los parámetros reales de operación y empleo de tropas”, comentó el general Mauro Sinott, responsable del centro de combate al terrorismo montado para los Juegos.
Por otra parte, el coordinador general de Seguridad Pública, Cristiano Barbosa Sampaio, dijo que “frente a la ausencia de una amenaza concreta contra Brasil”, el país se encuentra “en alerta amarilla”.
¿Qué significa alerta amarilla? “Un aumento de la atención y del nivel de respuesta en comparación con un momento cualquiera, de alerta verde”, explicó Sampaio.
También ayer, un escuadrón antibombas de la policía respondió a un reporte de una mochila sospechosa frente a un edificio de departamentos en el adinerado vecindario de Leblón, en Río. Los agentes bloquearon la calle y utilizaron un robot para inspeccionar la mochila deportiva azul, que sólo contenía ropa.
Los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica tendrán lugar entre el 5 y el 21 de agosto. El dispositivo de seguridad para el evento movilizará unos 85.000 policías y militares para garantizar la protección de los 10.500 atletas, directivos y periodistas, así como de los 500.000 turistas del mundo entero que se esperan.
Niegan 11.000 acreditaciones para los Juegos
El Centro Integrado Antiterrorismo (Ciant) de Brasil aumentó hasta la abultada cifra de 11.000 pedidos la negativa de acreditación para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, según fuentes oficiales.
De las solicitudes rechazadas por el Ciant, 40 pertenecen a personas que están en la mira de agencias de inteligencia de otros países, y cuatro tienen vínculos comprobados con el terrorismo. Los nombres de esas personas, sus nacionalidades y las acusaciones que pesan sobre ellas no fueron revelados, mientras que es muy escueta la información sobre el resto de los rechazados.
El Ciant monitorea los antecedentes de quienes piden acreditación para acceder a las instalaciones olímpicas y le da esa información al Comité Organizador Río 2016, que es el que emite las credenciales.
En el marco de ese monitoreo se constató que entre los solicitantes hay 61 brasileños con orden de arresto emitida en su contra por delitos diversos. Además de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) integran el Ciant los organismos de inteligencia de Argentina, Bélgica, España, EEUU, Francia, Gran Bretaña y Paraguay.
En total, más de un centenar de países forman parte del sistema de cooperación internacional montado para organizar el mayor evento deportivo del planeta. La preocupación ante la posibilidad de que ocurra un atentado terrorista en los primeros Juegos Olímpicos aumentó tras el ataque en Niza.
Fuente: AP