El imaginario que regala trabajar en el mundo infantil fue lo que inspiró a Federico Ortega para encarar este proyecto. Las imágenes y la libertad con que se maneja este universo se convirtieron en la base para crear un espectáculo soñado por Ortega y la actriz Gabriela Psenda, algo que vienen madurando desde hace un tiempo.
"El espacio literario de Liliana Bodoc tiene mucha poesía que se puede representar sin ningún problema debido a la importante carga dramatúrgica que posee", dice Ortega. Es que el director, atraído por la magia de los espectáculos infantiles, comenzó a leer los cuentos de la autora debido a su vínculo con el teatro. "Ella siempre se vinculó con esa rama del arte, por eso en su literatura siempre estuvo implícito ese rasgo teatral".
Luna utópica
Como no podía ser de otra manera, la historia tiene su origen en la Luna. A veces toma forma de objetivo inalcanzable y otras tantas se convierte en la receptora de miradas que buscan respuestas. "Siempre ha sido un elemento presente en la historia del hombre, fuente de inspiración de interminables maravillas".
"En síntesis, la obra toma la figura de una gata que siempre quiere ver la Luna, pero cuando no está se pone triste". En cuanto a la creación, en el momento en que la base estuvo completa, la dramaturgia de actores surgió. Luego, desde Uruguay llegó la escritora Natacha Ortega que se encargó de terminar de dar forma al personaje que cuenta la historia. "Creó el antes y el después de la protagonista", dice.
“Ella está en el bosque, paseando con una valija. Y cuando llega la noche, junto a ella surgen las historias”. Y es ahí donde la imaginación del espectador cobra mucha fuerza y se convierte en la protagonista de la experiencia.
“Parados en un mundo donde a los chicos se les da todo digerido y el contenido es muy explícito, lo que proponemos es invitar a que a partir de la palabra se generen imágenes internas que ayuden a completar lo que ven”.
Música en vivo
Quique Öesch fue la última incorporación del equipo. Es un personaje que no habla pero que interviene por medio de la música. "No dice ni una palabra, pero eso no impide que exista un diálogo permanente con la actriz".
En los proyectos del director, la música siempre ocupa un lugar central ya que sus raíces artísticas son musicales. Fue parte de un coro de niños, hizo ópera, trabaja con el Coro Amicana e introdujo en la obra "Todas las palabras tienen el color de tus ojos" una chelista en vivo.
“El teatro es espacio y tiempo. Y el tiempo es música a través de los silencios, los sonidos y el ritmo. Me gusta evitar la música grabada porque la belleza de ver tocar a un músico en vivo no se compara con nada.
“En ‘La Luna en la valija’, Quique tiene todo su set de instrumentos y no todos son convencionales. Nos pareció interesante desde el punto de vista pedagógico para mostrar a los niños que con cualquier elemento se puede hacer música y teatro”.
Más que un homenaje
No es la primera vez que Ortega trabaja con la obra de Liliana Bodoc. Fue la voz en off de un documental del canal Encuentro, que incluyó poesías de autores mendocinos, entre ellos uno de la escritora.
Pero no fue hasta después de ver "Los confines de la palabra" que se terminó de vincular con su literatura. Si bien la obra no estuvo planteada como un homenaje, ahora sí se lo puede entender de ese modo. "Buscamos revalorizar su literatura y seguir con el legado que ella nos dejó", afirma.
Además, Ortega aclara que la obra es para toda la familia. “Nos apoyamos en la frase de un grupo de New York de los setenta: ‘hacemos teatro para el niño roto que cada ser humano lleva dentro’. Hay una esencia infantil en el adulto y es ahí hacia donde apuntamos”.
La ficha
La luna en la valija
Día y hora: mañana a las 17.
Lugar: en la sala Ana Frank (Maipú 230).
Entrada general: $ 120.