Mariana Abraham se encontró con un condicionamiento en su aspiración de ser senadora provincial: la Constitución provincial establece que para ocupar una banca en la cámara alta hay que tener como mínimo 30 años, y ella tiene 27.
Por este motivo y ante la advertencia que hicieron algunos legisladores del oficialismo, la joven decidió renunciar como precandidata a senadora provincial de la lista kirchnerista Unidad Ciudadana, una de las que participa en la interna del justicialismo; aunque dejó una "carta abierta" en la que hizo su descargo. "No es un buen momento en mi vida", definió.
Básicamente, Abraham criticó la advertencia de los “más grandes”, entre los que se contó el senador Armando Camerucci, quien a través de su cuenta de Twitter hizo notar que la joven no podía ser candidata a senadora por su edad, un límite que por ejemplo no tienen quienes aspiran a ser diputados provinciales o concejales.
“Cuando pensaba que por fin iba a pelear desde adentro, un señor 'grande', de esos que se han eternizado en la política, le avisa a la gente: 'ojo, es muy joven, no sirve. Tiene apenas 27 años'”, apuntó la ex candidata.
Curiosamente, su crítica también apuntó a la Constitución provincial, que establece en el artículo 77 que para ser senador tiene que tener los 30 años cumplidos.
“Me ven joven, me ven mujer, me ven débil. Claro, los avala una vieja Constitución, a la que hace mucho esos 'eternizados' prometieron modificar por anacrónica, vieja, fuera de época. Una Constitución que aún discrimina a los discapacitados, a las mujeres y a los jóvenes”.
“Está bien, acepto las reglas y renuncio. Pero dejo bien en claro que considero una gran injusticia que mi edad no permita que pueda trabajar por la gente con total honestidad y capacidad. A los que confiaron en mí, que fueron muchos, perdón, por mis 27 años”, finalizó el escrito con ironía.