Entre tantas actividades y tantos rubros cuyos trabajadores tachan los días -cual presos que los garabatean en una maltratada pared- a la espera de poder retomar sus actividades en el contexto de pandemia de coronavirus, están los dueños y encargados de canchas de fútbol 5 y 7 (conocidas popularmente como "Papi Fútbol"). En Mendoza, son entre 35 y 40 los complejos que se han agrupado en las últimas semanas y que, en conjunto con sus pares de todo el país; han elaborado un detallado y minucioso protocolo sanitario para poder reabrir sus puertas con todos los cuidados indispensables.
"Estamos empezando a darle forma a una federación o asociación provincial. Tuvo que pasar una emergencia como esta para que nos podamos reunir y trabajar en conjunto", destacó Mauricio Converti (de las canchas "Al Toque", en Godoy Cruz), y uno de los voceros del sector. Converti destacó que la semana pasada presentaron a las autoridades de la Secretaría de Deportes de Mendoza el documento. Aunque agregó que no se animan siquiera a pensar en una fecha estimativa para la vuelta al trabajo; para el regreso de "el fulbito" con amigos o amigas.
"Esperamos que cuando esté un poco dado el contexto, podamos volver, Y la idea es tener ya listo un protocolo, para ganar tiempo y arrancar cuanto antes", indicó Converti.
Los altos costos del mantenimiento de estos locales han llevado a que varios vean peligrar su continuidad en este contexto. Sólo por derecho a comercio, deben abonar mensualmente entre 10.000 y 15.000 pesos. A ello se suman cerca de 20.000 pesos mensuales de luz, unos 2.000 pesos por mes de agua; y el alquiler que es relativo y varía según el complejo.
A todo esto se suma además una seguidilla de episodios vinculados a la inseguridad. Y es que al estar cerrados, en muchos de estos lugares están robando reflectores, cables y los equipos de las cantinas.
Más allá del pedido, el secretario de Deportes, Federico Chiapetta adelantó que "es lejano" pensar en la reapertura de estos complejos. Extraoficialmente, quienes se desempeñan en el sector manejan fechas tentativas para fines de septiembre; o ya directamente en octubre. Incluso, los más pesimistas se estiran hasta noviembre.
"Es muy lejana la reapertura de canchas. Es una actividad deportiva, y los riesgos de contagio son muchos. Ni siquiera hemos podido reactivar los clubes y gimnasios todavía," destacó Chiapetta.
La propuesta
El documento con las medidas sanitarias e higiénicas planteadas y pensadas para una eventual reapertura -y que comenzó a gestarse en Tucumán- consta de 27 páginas. Y está segmentada en apartados para los diferentes actores cotidianos del sector.
En cuanto a la organización del espacio físico y lo referido al ingreso del público a los complejos, se estipula un ingreso limitado de público; directamente relacionado con la cantidad de canchas del complejo. Además, prohibe la presencia de espectadores, salvo que quienes jueguen sean menores de edad. En ese caso, se permite la presencia en el lugar de uno de los padres o tutor responsable por cada chico o chica que esté jugando.
Además, propone la instalación de "estaciones" de limpieza de manos. En ese sentido, se exigirá a todos los que entren a jugar que se laven bien las manos, al menos durante 40 segundos. En caso de no ser posible la instalación de las mencionadas estaciones, se deberá dar a los clientes alcohol en gel y otros elementos de desinfección (rociadores con mezcla 70/30 alcohol o productos antibacteriales, por ejemplo).
Qudará prohibido el ingreso a personas de más de 65 años a los complejos; mientras que los horarios de comienzo y terminación de partidos serán estrictos. Con esto último -casi una utopía en aquellos grupos de amigos o amigas que no están acostumbrados a regirse estrictamente por los relojes- se busca evitar aglomeración de personas (generalmente quienes esperan por entrar se reúnen al costado de la cancha, y se agolpan todos en el mismo espacio).
Entre partido y partido, los encargados han previsto que haya un lapso de 10 minutos, jusamente para evitar que se crucen quienes terminan de jugar con quienes se disponen a empezar. Ese tiempo deberá ser aprovechado también para desinfectar postes, arcos y pelotas después de cada partido.
La planificación de los partidos con horarios escalonados y distintos entre todas las canchas de cada complejo también apunta a que no coincidan todos en el lugar en el post encuentro.
Declaraciones juradas
De acuerdo a la propuesta de los responsables de las canchas de "Papi Fútbol", cada jugador deberá inscribirse (de forma virtual) dejando sus datos personales previo al inicio del partido. De esta manera, se compromete a haber leído el protocolo y cumplirlo. Incluso, este documento servirá como constancia para que los jugadores aficionados pongan de manifiesto que no estuvieron en contacto con afectados de Covid-19 o personas con sintomatología sospechosa.
Fuera de la cancha
Antes y después del partido -y fuera del campo de juego-, quienes permanezcan en los complejos tendrán la obligación de usar el tapabocas (sólo se podrá quitar adentro de la cancha).
Además, la idea es promover que la gente vaya en auto y que se queden dentro de ellos hasta que sea el momento de jugar (ya con la cancha desinfectada). Incluso, cada predio deberá disponer de una puerta de entrada y de salida distintas entre sí; siempre para evitar el rejunte.
Vestuarios
Otra de las metas es desalentar el uso de los vestuarios de las canchas. O que la permanencia en los mismos sea lo más breve posible. Por eso es que se insitirá con que las personas que vayan a jugar ya lleguen vestidos con el equipo de fútbol. Y no estarán habilitadas las duchas (en el caso de aquellos complejos que en circunstancias normales contaban con este espacio).
En el interior de los camarines deberá haber jabón y toallas descartables o secador para que los jugadores puedan lavar sus manos; y se le pedirá a ellos que lleven su propio alcohol en gel. Además, en el interior deberá controlarse que se respete el 1,5 metros de distanciamiento social.
En tanto, mientras se jueguen los partidos se desinfectarán constantemente los vestuarios (con agua y lavandina, o con solución diluida de alcohol). En esta tarea se hará un hincapié especial en los picaportes. Mientras que al principio de cada jornada se deberá hacer una desinfección y limpieza a fondo de los baños.
Todos los lugares de tránsito deberán ser limpiados con agua y lavandina.
Otro cambio clave tendrá que ver con que los encargados no podrán entregar pecheras a los jugadores para que puedan diferenciarse entre sí los jugadores de los diferentes equipos.
Bebidas y snacks
La intención es desalentar el uso de cualquier espacio común; entiéndase baños, vestuarios o inclusos los sectores de buffetes.
Por eso es que -y siempre de acuerdo al protocolo- en estos sectores solo se venderán bebidas o snacks al paso, y como mucho los jugadores podrán quedarse de paso para hidratarse
En ese sentido, la capacidad de la zona de consumo quedará reducida a 50% de su capacidad. Y para usar una mesa, habrá que hacer una reserva previa. Sólo se permitirán cuatro personas por cada una y respetando distancia.
Empleados
Quienes trabajan en estos complejos también deberán cumplir con ciertas medidas de higiene y seguridad sanitaria. Para ellos, el uso de tapabocas y guantes descartables de forma permanente será obligatorio. Además, deberán llevar una muda de ropa especial para usar mientras estén en el complejo, y deberán cambiarse en el lugar.
Cada 30 minutos tendrán que lavarse las manos mientras estén trabajando; y cada día -antes de empezar a trabajar- se tendrán que tomar la temperatura. Si superan los 37,5°, se lo considera "sospechoso" y tendrán la obligación de contactarse de inmediato con el sistema de salud.
También se les recomendará -cada vez que lleguen al lugar- limpiar celular y llaves con toallas de papel y solución desinfectante. Además, quienes trabajen en estos predios tendrán que limpiar y desinfectar sillas y escritorios al comienzo del turno.