El cáncer de ovario no es tan frecuente pero sí agresivo

Esta patología representa un desafío para los médicos porque su detección es difícil. Afecta más a mujeres menopáusicas, pero también hay casos en féminas más jóvenes.

El cáncer de ovario no es tan frecuente pero sí agresivo
El cáncer de ovario no es tan frecuente pero sí agresivo

El cáncer de mama y de cuello uterino son la vedette de las campañas de concientización sobre el cuidado de la salud ginecológica femenina. Sin embargo, poco se dice del que afecta a los ovarios. De hecho suele ser diagnosticado tardíamente ya que no se detecta con los controles habituales de papanicolau y colposcopia.

Atentas a esto es que varias organizaciones internacionales decidieron instaurar éste como primer Día Mundial del Cáncer de Ovario, del cual se hicieron eco algunas en Argentina.

En total, más de 25 entidades de 17 países se unieron para generar conciencia sobre este tipo de tumor maligno al destacar los resultados positivos que las campañas tienen con otras patologías. A nivel mundial se diagnostica en 250 mil mujeres por año y es responsable de la muerte de 140 mil.

El cáncer de ovario tiene la tasa de supervivencia más baja de todos los cánceres ginecológicos, y se caracteriza por el desconocimiento de los síntomas y el diagnóstico tardío, justamente la causa de que cuando se detecte el cuadro ya esté avanzado.

Para los médicos representa un gran desafío ya que su detección no es sencilla por ser generalmente asintomático mientras que los análisis para su diagnóstico no son de rutina.

Por eso, la enfermedad es una problemática que requiere acciones ya que no cuenta con la misma atención que otros tipos de patologías ginecológicas y por lo tanto también carece de fondos destinados a su atención. Los síntomas son a menudo mal diagnosticados, ya que pueden confundirse con los de otras enfermedades menos graves de índole gastrointestinal.

Detección difícil

Afecta mayormente a mujeres en su etapa menopáusica aunque también pueden aparecer casos en niñas y jóvenes. Se estima que dos de cada tres pacientes tratadas oportunamente tienen una buena evolución. "Es uno de los grandes problemas que tenemos los ginecólogos oncólogos", sentencia el doctor Hugo Brandi, titular de la cátedra de Ginecología de la Universidad de Mendoza.

Aunque es poco frecuente es muy agresivo y mal atendido a lo que se suma la dificultad para implementar programas de detección, señaló.

En tanto, Mario Pera, jefe del Programa de Prevención y Detección del Cáncer de Cuello Uterino y Mama del Ministerio de Salud provincial dijo que desde su punto de vista "no hay método preventivo ni método de detección confiable" que permita identificar lesiones previas al cáncer, como sí ocurre con el útero y las mamas. Sólo puede sospecharse su presencia y confirmarse una vez que se ha desarrollado el tumor.

Otra complicación que presenta es que "se disemina por la cavidad abdominal y toma otros órganos como el hígado y el intestino y en ese caso ya no queda más que hacer que tratamientos paliativos", dijo Brandi.

Por su parte, el doctor Walter Vitali, anatomopatólogo y tocoginecólogo, explicó que "en el ovario pueden desarrollarse más de 40 tipos de tumores dependiendo de la edad". El médico, miembro de la red Lalcec, una de las entidades adheridas a la campaña, agregó que cuando los síntomas se presentan ya se ha desarrollado y ejemplificó que "es como un iceberg, cuando se ve la parte que flota hay mucho más sumergido".

Mencionó que los tumores epiteliales aparecen generalmente después de los 40 años mientras que los embrionarios tienen más prevalencia en mujeres jóvenes y son más agresivos.

Es el sexto tipo de tumor según su incidencia en el sexo femenino, detrás del de mama -el primero- el de colon, pulmón, útero y linfomas, en ese orden.

Lo que se hace es un trabajo "de pesquisa" a través de la ecografía ginecológica, de las cuales es más específica la transvaginal más un estudio de laboratorio que a través de un análisis de sangre detecta marcadores tumorales. Sin embargo, el doctor Brandi dijo que este último puede dar resultados erróneos. Explicó que en otras partes del mundo se está trabajando con análisis de sangre más complejos, pero que no están instalados aún en Argentina como un estudio de rutina.

Se recomienda realizar los controles anuales una vez iniciada la vida sexual activa, a partir de esto y según la edad el profesional determinará la necesidad de exámenes más exhaustivos.

Fertilidad

El único tratamiento posible es la cirugía a través de la cual se extirpará la zona afectada. Dado que habitualmente se llega a esta instancia cuando está avanzado, generalmente esto incluye los dos ovarios, trompas de falopio o útero, además de aquellos otros órganos que puedan estar comprometidos, generalmente parte del intestino. Como consecuencia la mujer queda infértil.

Sin embargo, si se detecta tempranamente puede perderse sólo uno de los ovarios con lo cual el resto del aparato reproductor quedaría apto para concebir de manera natural, siempre y cuando no haya sido sometido a quimio o radioterapia.

Al respecto, el especialista en fertilidad, Antonio Martínez destacó como una opción para las mujeres jóvenes afectadas la criopreservación de óvulos ya que hacer lo mismo con tejido ovárico para luego reimplantarlo no sería recomendable dado que podría tener vestigios de células tumorales. Esto está indicado en mujeres menores de 35 años.

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