Fabián Cancellara no es tracio y sólo le une a Roma ser hijo de padres italianos pero el suizo ha vuelto a demostrar que es el "Espartaco" de la contrarreloj.
Apodado así por sus compañeros debido a sus 186 cm, que llaman poderosamente la atención en el pelotón, Cancellara se consagró doble campeón olímpico, después de su oro en Pekín 2008, convirtiéndose en historia viva del ciclismo. A sus 35 años, y tras una carrera de más de una década, el suizo ha disputado ya su última gran prueba.
“Estoy súper orgulloso. Haber conseguido esto hoy significa mucho para mí. Este oro no me genera ninguna duda sobre mi retirada. No, definitivamente no. Después de 16 años, lo siento, quiero más que esto (en la vida). Ahora quiero disfrutar”, apuntó emocionado. Porque, además de su estatura, también destaca su identificativo pelo largo y su sonrisa seductora.
Si Cancellara es hoy el gran campeón que es, también debe agradecérselo a la suerte. Y es que, hasta los 13 años, el campeón contrarreloj en Pekín 2008 se dedicaba a jugar al fútbol. Un día, en el garaje de su familia, en Berna, descubrió una bicicleta y el romance ha durado 22 años. Amor a primera vista. Un flechazo que marcó su destino.
“Eso cambió mi vida. De repente me di cuenta de que había estado encerrado en una caja y eso me abrió los ojos para nuevas aspiraciones”, comentó hace tiempo el suizo.
Aún no era “Espartaco”, sólo un adolescente imberbe que acababa de descubrir la libertad encima de la bicicleta.
“Me lancé a la carretera. Las rutas por las montañas suizas son las más bonitas del mundo”.
Tras ser campeón del mundo júnior en contrarreloj en 1998 y 1999, Cancellara se convirtió en profesional. Su palmarés, desde entonces, impresiona: ostenta el récord absoluto con cuatro campeonatos del mundo contrarreloj (2006, 2007, 2009 y 2010), ha ganado tres Tour de Flandes (2010, 2013, 2014), tres París-Roubaix (2006, 2010, 2013), ocho etapas del Tour de Francia y, desde este miércoles, dos oros olímpicos.
“Soy como un reloj suizo”, dijo un día. “Sé cómo correr contra el reloj y, como todos los suizos, tengo la cabeza dura, muy dura”.
Cancellara entró al Coliseo de Rio de Janeiro con una idea en la cabeza. "Vine aquí a ganar una medalla". Una hora, 12 minutos y 15 segundos después, "Espartaco" salió como un conquistador, dejando la arena mojada vitoreado por los aficionados y la prensa.
No dirigió ninguna rebelión pero su nombre está escrito con letras de oro en la historia del ciclismo mundial.
Armstrong hizo historia
Dos veces se retiró y dos veces volvió a subirse a la bicicleta. En Londres se convirtió en la ciclista de más edad en ganar un oro olímpico. Nadie contaba con ella para Río pero, a los casi 43 años, Kristin Armstrong le ha puesto el broche dorado a una carrera de leyenda.
“¿Cuando has estado dos veces en la cima del deporte, por qué arriesgarlo todo por una medalla de oro? La mejor respuesta que puedo dar es porque puedo”, dijo emocionada tras cruzar la meta .
Vencedora en Pekín 2008 y Londres 2012, la norteamericana no sólo pulverizó su récord como la ciclista más veterana en ganar una presea dorada sino que se convirtió en la más laureada en la ruta.