Desde el punto de vista comercial, el productor sanrafaelino Jorge Egea señala que apuntan al turista. La vinculación se da a través de “personas que tienen cabañas” para alquilar y recomiendan el producto a quienes quieren comprar vinos caseros.
Reconoce, no obstante, que “la situación económica está afectando las ventas” que “han caído, en los últimos 4 o 5 meses, por lo menos un 30%”. Señala que “el turista viene con poco margen para gastar” pero que, “como no tenemos intermediarios y se vende al contado, podemos defender mejor el valor del producto”. Egea vende la caja de 6 botellas de su vino malbec “Finca Senés” a $ 170.
José Martínez, en tanto, entrega la mayor parte de su vino “Finca Lubis” al consumidor final y “muy poco a algún negocio de artículos regionales”, indica. Gustavo Rivero, de Lavalle, produce unas 1.000 botellas de tempranillo al año y unos 200 litros de torrontés riojano, que comercializa con la marca “Surcos de Vida”. Vende en forma personalizada a gente de su entorno. Además, ofrece en restaurantes y en negocios de venta minorista en Lavalle y en Guaymallén.