La nueva campaña política trajo también la renovación de las quejas de trapisondas y agresiones, en un tiempo preelectoral en el que los nervios comienzan a notarse por lo mucho que se juegan los distintos precandidatos frente a las PASO del próximo 19 de abril.
Son denuncias que hasta podrían considerarse habituales en época de búsqueda de votos, pero que en esta oportunidad parece que los ánimos están más exaltados que lo que podría considerarse normal y, ni bien suceden los hechos, se divulgan.
Así pasó hace más de un mes con lo ocurrido en el barrio Unimev de Guaymallén, cuando un joven seguidor del precandidato radical a intendente, Fabián Manzur, denunció que fue agredido a golpes. “El caso fue llevado a la Fiscalía 18 y los agresores están identificados; pertenecen a la actual gestión de Luis Lobos”, recordó Manzur.
Pero los desmanes continúan. El propio empresario informó que “el lunes a la noche hubo intento de agresiones en Buena Nueva”. Sobre ese hecho, el precandidato no tiene identificado a quienes amenazaron a jóvenes militantes, aunque sí lo hizo con otros que “bajaron carteles” que invocaban su postulación. “Fueron chicos de La Cámpora que salieron de una unidad básica de calle Tirasso para bajar nuestros carteles”, aseguró.
También denunciaron agresiones militantes del FIT de Guaymallén, que el domingo por la noche dijeron haber sido atacados con piedras por “una patota que responde al intendente” y que les dijeron: “No se metan con Lobos”.
Si bien el intendente no atendió los llamados, hizo llegar un comunicado similar al confeccionado cuando ocurrió lo del barrio Unimev, condenando todo tipo de violencia y negando “cualquier vínculo” con el hecho.
Otro que denunció campaña sucia fue el también radical Marcelino Iglesias. “Días atrás un tipo amenazó a dos militantes en el barrio Patrono Santiago y les dijo que se fueran; si no, los quemaba”, indicó el ex director de la OSEP. Además señaló que en el barrio Del Carmen, “militantes de Abraham echaron a pibes radicales porque en ese lugar ‘son todos peronistas’”, y también resaltó que en Villa Nueva pasó algo similar pero con “gente de Narváez”, es decir, con otros radicales.
Iglesias firmó el fin de semana un acuerdo con otro precandidato, Guillermo Elizalde, comprometiéndose a una “campaña limpia”. Si bien él no lo dice, su sector también ha sufrido desmanes. “Estoy preocupado por la violencia creciente en la campaña. Por eso y porque creemos que hay que debatir proyectos serios, firmamos el compromiso”, resaltó Elizalde, que volvió a invitar a Lobos y a Abraham a “que firmen también el acuerdo”, aunque se despegó de sus modos de hacer política. “Yo soy oficialista pero no me siento parte de Lobos o Abraham”, dijo.
La policía en las campañas
En otra forma de queja de campaña sucia, el precandidato a gobernador del FPV por “Juntos Podemos”, Matías Roby, denunció que el lunes por la tarde, cuando jóvenes de su línea hacían pintadas a su favor en las paredes del zanjón Frías, en Godoy Cruz, “vino dos veces la Policía para llevarse a los chicos acusándolos de un delito”, y que debió intervenir el diputado Claudio Díaz, “para explicar a los policías que no era un delito, en todo caso una contravención”. A entender de Roby, “esos policías fueron mandados ” por el oficialismo para complicar su propia campaña. Desde el Ministerio de Seguridad no respondieron las consultas periodísticas sobre el tema.