Los horarios de entrada y de salida de las escuelas son algunos de los momentos más problemáticos en materia de tránsito vehicular. Es que al ir a retirar a sus hijos la mayoría de los padres opta por detener su auto en doble fila para aguardar que salgan, ocasionando grandes embotellamientos, bocinazos, malestar entre los automovilistas y peatones.
Por esta razón, se decidió realizar una campaña para concientizar a los conductores de todos los inconvenientes que produce esta actitud y comenzó a realizarse en diferentes escuelas del departamento de San Rafael. La actividad surgió de la Comisión de Educación y Ordenamiento Vial que la integran concejales y representantes de diferentes instituciones como la Policía de Mendoza entre otros.
La tarea encarada es que los mismos estudiantes de las escuelas distribuyan entre los padres al momento de salir de clases, folletos donde se explique la importancia de no detenerse en doble fila, ya que se trata de una obstrucción del tránsito.
Se eligieron para el lanzamiento de esta campaña dos escuelas que por su ubicación céntrica son un ícono de los problemas con el tránsito en los horarios pico. Así, se repartió folletería en el colegio Maristas, en el del Carmen y en la escuela Rodolfo Iselín. Allí, los chicos acompañados por personal de la Policía Vial entregaron folletos a los conductores de los autos que aguardaban la salida de los escolares, en muchos casos sus propios padres.
Insultos de los padres
"El folleto explica que pararse en doble fila hace que se produzcan accidentes, a veces con los mismos autos que esperan o con los chicos de la escuela" contó Lautaro. Además, señaló que la idea es que ellos mismos -los estudiantes- sean los que cuenten en su casa la actividad y sean multiplicadores del mensaje, para evitar que los adultos continúen realizando esta habitual maniobra, que es simplemente una infracción.
El comportamiento de algunos padres llamó la atención de docentes y del personal policial, ya que al pedido de los chicos de no detener su vehículo en doble fila, respondieron con insultos. “Son los mismos papás de los alumnos, pero se enojan cuando los chicos les hacen ver que está mal cómo están actuando”, destacó una de las maestras.
“Les dimos los folletos a un señor por la ventanilla y nos trató de irrespetuosos, que él era mayor, que si nos creíamos más vivos, y nos dijo malas palabras”, señaló uno de los chicos. Y agregó: “No le contestamos nada porque nos sorprendió que se enojara”.
El problema se repite en distintos puntos de la ciudad, incluso en barrios más alejados . “Estamos muy mal acostumbrados; queremos parar en la puerta para que se bajen nuestros hijos, verlos entrar y después irnos, pero todos queremos hacer lo mismo”, señaló Carina, mamá de un pequeño de la escuela República de Siria.
En muchas escuelas, la Policía controla el tránsito al ingreso y egreso del horario de clases. Aun así no son muchos los padres que estacionan un poco más lejos y caminan unos metros para dejar a los niños en la escuela.
La problemática se multiplica en algunos lugares donde la salida de las escuelas se junta con el de las oficinas públicas y otros establecimientos. Es el caso de las calles que rodean al colegio del Carmen, la escuela Iselín y el municipio, a lo que se suman algunas oficinas públicas y los consultorios de una clínica, cuyo estacionamiento para ambulancias habitualmente es ocupado por automovilistas que aguardan el timbre de salida de los establecimientos escolares de los alrededores.
