La campaña, la gestión y las inauguraciones

Es una constante cada vez que hay elecciones. Los gobiernos -sean el nacional, provinciales o los municipales- manejan los tiempos a los efectos de inaugurar obras en las cercanías de los comicios. Pero la gente pone en la balanza toda la gestión y advier

La campaña, la gestión y las inauguraciones

El hecho se ha convertido en una constante durante las diferentes gestiones de gobierno. Quien se encuentra a cargo del Poder Ejecutivo, va regulando la construcción de determinadas obras, de modo tal que su inauguración coincida con la cercanía del acto electoral.

Sucedió a lo largo de los años en el país y también en la provincia. Si nos atenemos a la realidad, la situación no sería del todo negativa, en razón de que esas obras inauguradas quedan en beneficio de la comunidad. Pero el problema se plantea cuando se superan los límites y esas inauguraciones terminan convirtiéndose en el eje de la campaña electoral.

El hecho más evidente se dio días pasados, cuando la Presidenta de la Nación procedió a inaugurar cuatro obras importantes, tres en la provincia de Buenos Aires y la restante en la Capital Federal. Lo criticable fue que se montó todo un aparato, se televisó en directo por el canal estatal y por los medios afines al gobierno, pero con un aspecto no menos llamativo: en cada una de esas inauguraciones sólo participaron, ocuparon lugares de privilegio y tuvieron varios minutos de micrófono, los candidatos del Frente para la Victoria. Además, muchas obras son inauguradas más de una vez.

Lo que ni la señora Presidenta ni sus asesores de imagen tuvieron en cuenta fue que la ciudadanía no sólo no se dejó convencer, sino que reaccionó en forma negativa ante ese tipo de actitudes, en razón de que advierte que esas obras fueron ejecutadas con el dinero de todos los argentinos, hayan aprobado o no a través del voto su gestión y coincidan o no con el actual gobierno.

No es casual ni son inocentes quienes adoptaron ese tipo de actitudes. Lo hacen a sabiendas de que se busca un rédito. A modo de ejemplo el mismo Gobierno nacional, que ejecuta obras con el dinero de todos, salió a criticar al gobernador de Córdoba cuando, durante la campaña por las PASO, insertó en un corto publicitario la inauguración de dos puentes y desde la Nación salieron de inmediato a señalar que los mismos se habían ejecutado con el aporte del Gobierno nacional.

Lo que sucede a nivel nacional se repite en Mendoza, aunque, vale aclararlo, sin la utilización desmedida de los medios de comunicación, como sucede en Buenos Aires. De todos modos, también vale señalar que la agenda oficial está cargada de inauguraciones, una situación que se da tanto a nivel provincial como departamental y abarca a las distintas gestiones partidarias.
En elecciones parlamentarias como la próxima, la gente espera de sus candidatos que expresen la propuesta con la que enfrentarán los problemas que afectan a la sociedad.

Quiere saber de qué forma defenderán sus intereses en la Legislatura provincial y cuáles serán las acciones que desarrollarán para la defensa de la provincia en el Congreso Nacional. Quiere el debate de ideas y rechaza las actitudes autoritarias o la agresividad verbal o física durante la campaña.

Los dirigentes políticos deben comprender que en cada acto electoral están siendo calificados y evaluados por la ciudadanía para premiar o castigar con el voto la gestión desarrollada. En lo que hace al Ejecutivo, la ciudadanía pone en la balanza la gestión de dos o cuatro años y no va a modificar su actitud por la simple actitud coyuntural, como es la inauguración de una obra. La ciudadanía es madura y advierte cuando se mezclan las cosas y, a la postre, quien quiere sacar ventaja terminará perjudicado.

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