Ella fue una de las estrellas de
Cris Morena
pero, en el camino, decidió dar una vuelta de tuerca a su historia.
Camila Bordonaba
abandonó los flashes y el glamour de la televisión y de Rebelde Way y se radicó en un centro cultural de Bahía Blanca donde vive desde el 2009 y donde cultiva su huerta.
“Llegué a Bahía en 2009 para participar de un festival en El Peladero invitada por Patricia (Galassi, propietaria del lugar). Organizamos el festival juntas y no me fui más de acá. Vendí el auto, mi parte del espacio teatral que tenía en Buenos Aires y con la plata compramos a Teodoro, un camión 608 con el que viajamos hasta Salta con la idea de conectar espacios artísticos independientes.", detalló Camila, de 28 años.
Su cambio de vida le llegó de forma imprevista e instantánea: “Desde que empecé a trabajar lo sentí. Mi viejo es almacenero, mi mamá podóloga. Siempre tuve a ellos de reflejo. Me harté de eso cuando empecé a laburar en televisión y más cuando tuve conciencia de lo que estaba comunicando” .
Sobre su compañera de elenco,
Luisana Lopilato
, Camila aclaró que ella se siente una estrella y que no desea ser famosa. “Es que yo me siento en el estrellato absoluto, me siento plena y feliz. No añoro otra cosa. Luisana siempre apuntaba a ser famosa”.